Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

“Pelear campeonatos con algo elaborado en casa es el sueño de todos en el taller”

Emiliano Urretabiscaya sigue alimentando la ilusión del título estival bajo la tradicional fórmula del taller barrial.

Fotos: Archivo- La Nueva.

Por Tomás Arribas / tarribas@lanueva.com
(Nota publicada en la edición impresa de hoy)

   La vieja fórmula del entrañable taller de barrio parece haber caducado en la era actual del Midget.

   El avance del tiempo y de tecnologías, las grandes inversiones y el surgimiento de estructuras especializadas dieron paso a una nueva concepción de la categoría regional más popular.

   No obstante ello, aún podemos encontrar corajudos que apelan al tradicional método tallerista; ya sea por falta de recursos o por el simple goce que imprime la atención del auto en casa.

   Ahora bien, ¿se puede aspirar a grandes cosas bajo ese paradigma?

   El máximo exponente en la materia, para quien escribe estas líneas, es Emiliano Urretabiscaya (36), quien todos los viernes demuestra que es posible.

   Con el valor agregado de apostar a un impulsor de vieja generación (ver adelante), Urreta no solo prolonga su vigencia, sino que regularmente se gana la atribución de candidato. Su única deuda, el título.

   "Todo lo que se puede hacer en el taller, se hace. Tal vez delegamos afuera lo que es tornería y rectificación, porque no tenemos los elementos. Pero todo lo demás se hace 100% acá. Me refiero al chasis, motor, amortiguación, pintura, plásticos, gomería y demás", detalló Emi.

   "Lograr el "1"--agregó-- es el objetivo que encaramos todas las temporadas. Poder pelear el campeonato con algo elaborado íntegramente en casa, como lo hice desde el primer día, es el sueño de todos en el taller. Pero cada vez se hace más difícil".

   No todas las dificultades se originan a partir del bolsillo. Ir detrás del objetivo supremo tiene un alto costo en todo sentido, y más uno asume la responsabilidad absoluta del mantenimiento íntegro.

   "Nos vamos haciendo grandes y cada vez tenemos más responsabilidades. Eso también se siente. Y después complica no tener otro auto en funcionamiento para probar elementos y estar a tono con lo que exige la categoría, que en los últimos años se profesionalizó mucho. Hacer muchas cosas a ojo te complica en relación a los autos de punta. Pero, por suerte, todavía estamos a tono", explicó.

   "Con otro auto, formando una estructura como sucede con la mayoría de los candidatos, se facilitaría mucho dar en la tecla con puestas a punto y demás. A nuestra manera ahorrás tiempo y gastás menos dinero", aseveró.

   --¿Qué tanto incide el paso del tiempo?

   --Hay maniobras que las pienso dos veces, porque sé que atrás mío hay una familia, que al otro día hay que ir a trabajar y que en la semana los tiempos son muy cortos. Un golpe muy grande en el auto haría imposible recuperarlo para el otro viernes, y más de la forma en la que trabajamos nosotros; fuera de hora, después de nuestros trabajos y cuando se puede.

"Prefiero bajarme"

   Reconoce Urreta, quien debutara en el Invernal 2001 (disputó la primera final en Coronel Dorrego), haber recibido alguna vez una tentadora propuesta competitiva. La misma requería exclusivamente su talento conductivo.

   Pero el goce del derrape, según Emiliano, va más allá del hambre de victorias y el espíritu competitivo inherente a cada piloto.

   "Existió una buena posibilidad un año, que me ofertaron un auto totalmente completo. Lo único que tenía que hacer era subirme y correr. Pero no, lo rechacé porque no es lo que me gusta.

   --Si llegado el caso tuvieses que delegar algo en alguien más, ¿aceptarías correr de esa forma?

   --Lo tendría que pensar muy en frío. Si me preguntás hoy te diría que prefiero bajarme. Disfrutamos haciéndolo así, llevándonos todas las alegrías y amarguras nosotros. Ganar un campeonato es la idea que alimentamos en la previa a cada campeonato, y lo que me motiva a seguir. Hemos estado muy cerca y por eso lo seguimos intentando.

"Pobre motorcito"

   Emiliano Urretabiscaya es uno de los pocos fieles al Fiat 125, impulsor que llevó a su padre Héctor Sergio a la obtención de dos campeonatos (1991/92 y 1992/93), siendo el único usuario campeón con la marca italiana.

   Reconoció Urreta alguna vez, ante la consulta sobre un posible cambio de rumbo, que la pasión por el noble y rendidor impulsor es algo innegociable.

   Claro que, tratándose de un fierro de mediados de siglo pasado, las complicaciones de mantenimiento y desarrollo son inevitables.

   "El Fiat tiene 60 años de vida. Pobre motorcito, todavía lo seguimos exprimiendo. Eso hace que todas las reformas, desarrollos y piezas a fabricar, haya que hacerlo a medida en el taller, porque hoy ya no se encuentra nada en el mercado", explicó.

   Más allá de las limitaciones, muy bien disimuladas con los buenos rendimientos en pista, la fórmula del taller de barrio aún brinda garantía.

   "Si bien hacemos algo totalmente distinto al resto, con poco tiempo y mucho gasto, todavía estamos en la conversación y logrando buenos resultados. Al auto lo conocemos de memoria y eso nos ayuda mucho a la hora de ponerlo a punto", cerró Emi.

“Diría que estoy disfrutando el parate”

   No hay mal que por bien no venga, dicen. El parate obligado por la propagación del coronavirus parece haber llegado en un buen momento para Urretabiscaya.

   "Te digo que hasta lo estoy disfrutando. Venía con pocas ganas, muy bajoneado; de hecho el año pasado lo encaré por las ganas de los chicos. Pero realmente, en lo personal, tengo otros proyectos, y hacer el auto lleva mucho tiempo y obliga a relegar mucho en la vida personal. Estoy en una etapa donde no me quiero perder más cosas, porque sé que el tren pasa una sola vez. Es como que nunca terminás de hacer ni una cosa ni la otra", explicó Emiliano.

   "Estos meses traté de poner la mente en frío y relajar. En ese sentido vino muy bien. De hecho, en todo este tiempo, al auto no se lo bajó del trailer y ni se le sacó la tierra de la última carrera. Es un descanso obligado, pero necesario", agregó.