Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Otro edificio del microcentro rodeado de vallas por su pésimo estado

El desprendimiento de revoques y molduras obligó a la municipalidad, ante la falta de respuesta de los propietarios del bien, a colocar vallas preventivas.

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com 

Fotos: Pablo Presti / ppresti@lanueva.com

 

 La municipalidad dispuso finalmente la colocación de vallas preventivas en el perímetro del centenario edificio de avenida Colón y Brown, a fin de evitar que los continuos desprendimientos de revoques, molduras y ornamentos que tiene el inmueble dañen a los ocasionales peatones.

   Si bien desde hace tiempo la comuna viene realizando actas de infracción a los propietarios por el mal estado del inmueble, los titulares del bien no han tenido ningún tipo de repuesta, por lo cual se decidió colocar el vallado cuyo costo, de acuerdo a la normativa existente, será exigido a los propietarios.

   De acuerdo a lo que pudo averiguar este diario, los propietarios no están radicados en nuestra ciudad y mantienen además una importante deuda,, superior al millón de pesos, en tasas e impuestos municipales, la cual también ha sido oportunamente reclamada.

   Más allá del vallado que evita que se camine cerca del edificio, hay que señalar además el muy mal estado de la vereda, con lo cual el riesgo de tener una caída es por demás probable, y la suciedad generada por la creciente cantidad de palomas que han hecho del edificio un enorme palomar.

   De esta manera son varios los edificios que por su mal estado han quedado rodeados de vallas o cercos de carácter preventivo. Son los casos de la Escuela Nº 2, Vieytes 51, de la sede de la Aduana, en avenida Colón y Estomba, parte del frente del Correo Argentino, primera cuadra de calle Moreno, y parte de la fachada del club Argentino, avenida Colón y Vicente López.

Un palacio mágico

   El edificio de avenida Colón y Brown fue inaugurado en 1909, construido por la compañía de seguros La Previsora, según un proyecto del arquitecto Alberto Coni Molina, el mismo que un año después diseñó la sede del club Argentino, en avenida Colón y Vicente López.

   Fue pensado para servir como hotel y alquilado a The South American Hotels Company, cadena hotelera que montó en el lugar el hotel Sudamericano. “Es una especie de palacio mágico”, mencionó este diario en ocasión de su inauguración, equipado como ningún otro en Sudamérica.

   Extendió su vida con ese uso hasta fines de los 70, cerrando ese ciclo como Ocean Hotel.

   En 1979 ocupó su planta baja una efímera propuesta comercial –Galerías Ocean—y entre 1987 y 1997 funcionó el Centro de Compras de la Cooperativa Obrera, que tuvo como componente destacado haber sido un adelantado shopping que abarcó todos los pisos e instalaciones del lugar.

El Centro de Compras de la Cooperativa Obrera (1987-1997)

   Fue luego el turno de una tienda de electrodomésticos y, en 1999, la desocupación definitiva del lugar. Hubo en estos 20 años que el edificio está en alquiler o venta varias propuestas, algunas serias, otros rumores, desde servir para un supermercado, hasta para una tienda de capitales chilenos, un casino, cocheras, locales en planta baja y hasta un edificio de más de 20 pisos surgiendo desde el interior del inmueble.

   Lo único concreto es el abandono que desde entonces tiene el lugar, la afectación por la falta de cuidado y mantenimiento y un camino a ruina que, a esta altura, parece poco menos que inevitable.