Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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La edición de los Diarios completos de Sylvia Plath y sus escritos inéditos

Se conocen por primera vez los escritos que van entre agosto de 1957 y noviembre de 1959 que su viudo, el escritor Ted Hughes, había sellado y pedido que se abrieran el 11 de febrero de 2013.

   En la edición de los Diarios completos de Sylvia Plath, publicados recientemente en castellano por la Universidad Diego Portales, se conocen por primera vez los escritos que van entre agosto de 1957 y noviembre de 1959 que su viudo, el escritor Ted Hughes, había sellado y pedido que se abrieran el 11 de febrero de 2013.

   Según cuenta la editora Karen V. Kukil en la nota inicial de la versión estadounidense, cuando en 1981 el Smith Collage adquirió todos los manuscritos que seguían en poder de los herederos de Plath en Inglaterra, Hughes selló esos dos diarios y estableció esa fecha como opción para descubrirlos.

   Se trata de los años en los que la escritora daba clases de literatura inglesa en el Smith Collage y del momento en el que se dedicó exclusivamente a la escritura e hizo terapia con la doctora Ruth Beuscher.

   Para la traductora Elisenda Julibert, se trata de un período "interesante" porque "incluye precisamente parte del problemático período de docencia en la Universidad y parte del posterior, en que abandonó las clases para consagrarse a la escritura primero y luego, además, a la maternidad".

   "Esos años en que Plath empieza a trabajar de forma más consciente en sus relatos y poemas, y en su novela, incluyen muchísimos esbozos muy reveladores, además de un interesante testimonio de la vida académica para una joven profesora, y de una escritora en ciernes que trata de abrirse camino entre autores más o menos consagrados, con algunos de los cuales se codea", explica.

   El editor Juan Antonio Montiel dice que "son de una intimidad casi abrumadora y revelan un perfil particularmente cáustico de Plath" y poder leerlos "permite comprender mejor su personalidad".

   Sin embargo sostiene que "no hay que perder de vista toda esa historia de la prohibición de publicarlos por parte de Ted Hughes y el posterior permiso" porque expresa Montiel que "si los Diarios completos no se publicaron antes se explica por la voluntad de su marido de preservar la imagen de Plath ante personas que la conocieron y que aún vivían, incluida su madre".

   Es en ese punto en el que insiste: "Toda esa historia nos obliga a pensar y repensar el problema de la intimidad —o no— de quien escribe un diario. Esa reflexión es una dimensión más de estos Diarios".

   Julibert plantea que estos manuscritos que permanecían inéditos también son interesantes porque "sacan a la luz otro de los asuntos ineludibles para los escritores: hasta qué punto es deseable formar parte de un medio literario y hasta qué punto es contraproducente".

   "La relación con la obra de otros escritores siempre resulta compleja para un autor, y Plath no era una excepción, pero más compleja resulta aún cuando se entabla un vínculo personal y se descubren aspectos desconocidos del autor admirado y quizá algunas de sus miserias", sostiene. (Télam)