Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Librerías de Bahía se adaptan a la "nueva normalidad"

Entre las tiendas online, envíos, la reciente apertura de los locales, distancia con tapabocas; tres libreros le contaron a La Nueva. cómo es trabajar en tiempos de coronavirus. 

   Tres librerías de Bahía Blanca transitan experiencias similares y distintas a la vez mientras se adaptan a la "nueva normalidad" en el marco de la pandemia por el COVID-19.

   Entre las tiendas online, envíos, la reciente apertura de los locales, distancia con tapabocas; tres libreros le contaron a La Nueva. cómo es trabajar en tiempos de coronavirus. 

"Las y los lectores bahienses no han dejado de leer"

   Tres semanas después desde que empezó la cuarentena, Benjamín volvió a la librería Don Quijote. Por un mes trabajaron a puertas cerradas, con ventas online, por redes sociales o vía telefónica.

   Cuando arrancó todo, los agarró en plena temporada escolar. A la vuelta, "sobre todo las primeras semanas, vendímos muchos textos escolares, que era gente que no había llegado antes de la pandemia".

   Benjamín contó que los primeros días el WhatsApp de la librería se les colapsó. Tenían más de 1.500 mensajes pero en la semana lo pudieron solucionar.   

   "Desde el mes que tuvimos el local cerrado hasta hoy las ventas por la página han aumentado muchísimo". 

   Benjamín dijo que muchos clientes que iban a la librería ahora se están acostumbrando a la compra online. 

   "Lo más relevante en cuanto a nuestra librería fue el tema de la plataforma de la venta online, nos ha potenciado en algún sentido".

   Trabajan de lunes a viernes de 9 a 17, el horario permitido para el comercio en este contexto. Los sábados, a puertas cerradas, preparan pedidos para despachar. 

   "Desinfectamos todo, todos los días. Alcohol en gel, tapabocas o máscara. Nos fuimos aggiornando a los cuidados que hay que respetar y cumplir". 

   "A pesar de la cuarentena, las y los lectores no han dejado de leer. Eso habla de la cantidad de lectores que hay en Bahía, algo característico de la ciudad", remarcó Benjamin. 

"Recuperar un consumo cultural"

   Con el cierre del local La Masmédula Libros, tuvieron que potenciar el trabajo con las redes sociales, armar una tienda online que como contó Emiliano, "hasta ese momento era una cuenta pendiente". 

   "Tuvimos que potenciar cuestiones que eran anexas, donde la gente no viene tanto a buscar un título en particular sino a revolver y ver qué encuentra".

   Como librería de saldos, otra dinámica: "Nos readaptamos". 

   En cuanto a la llegada del material nuevo, Emiliano explicó que hay demoras: entre 15 y 21 días. 

   "Algo positivo es que aumentó la venta de libros, la lectura y sobre todo la lectura en formato físico. Volvió a tener un valor importante como actividad para sobrellevar la cuarentena", destacó Emiliano. 

   "La gente está leyendo muchas novelas de distracción como para desengancharse un poco. Para completar estudios, libros para chicos o clásicos de la literatura como 1984, que se ajustan al espíritu de los tiempos". 

   "Fue un recuperar un consumo cultural que tiene que ver con el tiempo o el ocio", cerró Emiliano.

"Fue un cambio fuerte"

   Al igual que Benjamin, Carlos de la librería Henry contó que el decreto del aislamiento los agarró en plena temporada escolar, entre promociones bancarias. 

   "Había muchos libros reservados y de golpe, un viernes nos avisan que ya el sábado no se podía ir". 

   Después de 20 días abrieron bajo la modalidad "venta delivery". 

   "No teníamos nada preparado y por suerte fue una venta fluida, con muchos envíos. Nos tuvimos que aggionar a atender montones de WhatsApp, mensajes de Instagram, llamados",

   Esta es la tercera semana que trabajan con acceso al público, con horario de corrido. 

   Carlos explicó que tienen un cupo de clientes y una cantidad mínima de empleados para atender: "La gente se va acostumbrando. De a poco se animan a venir a comprar". 

    Con barbijo, alcohol en gel en la entrada, sin manosear los libros y el piso marcado con delimitaciones para mantener la distancia.

   Para esta librería, primero fue el boom con los libros escolares, "mechado con libros varios y después decantó. Ahora la vedette es 'Aramburu', un libro de María O donell, también policiales y editoriales chicas". 

   "Todos los años cada editorial grande saca entre 40 o 50 novedades por mes. Y ahora fueron 10 o 15 a todo vapor. Fue un cambio fuerte", mencionó Carlos, con 30 años de experiencia.