Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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En el Día de la Maestra Jardinera, un videocuento animado para chicos

Pertenece a la escritora e ilustradora Sarah Mulligan.

Foto: gentileza Sarah Mulligan

   En el Día Nacional de los Jardines de Infantes y de la Maestra Jardinera, la escritora e ilustradora Sarah Mulligan comparte un videocuento animado para que los más chicos disfruten con sus maestras.

   Se trata de "El día que las mariposas empezaron el jardín”, un relato con recursos para dibujar, pintar, aprender arte y crear.

   En el sitio web de la escritora e ilustradora (sarahmulligan.com.ar/) hay varias propuestas para los más chicos. 

 

El cuento en texto

   Luli es una mariposa de alas anaranjadas con manchas amarillas, rojas y azules que vive enfrente de la escuela en un jardín colmado de árboles y flores.

   El primer día de clases los habitantes del jardín se despiertan más temprano que de costumbre… ¡hay un enorme revuelo en el barrio! Los autos tocan bocinas y se agolpan en medio de la calle; los chicos cruzan corriendo con sus delantales nuevos y sus cuadernos impecables. ¡Están tan contentos que a Luli le entran unas ganas bárbaras de ir al colegio!

   - ¡Yo también quiero ir al jardín de infantes!, rezonga.

   - ¡El jardín es para los seres humanos!, responde su mamá.

   - ¿Y por qué no existen jardines para mariposas?

   - ¿Cómo que no existen? ¡Si vivís en un jardín! ¿Te parece poco?

   - ¡Pero yo quiero ir a un jardín donde la maestra me espere cada día en la puerta con los brazos abiertos!

   - A vos te aguardan las flores que te abren los pétalos cada mañana. ¿Te parece poco?

   - ¡Pero yo quiero dibujar y pintar con lápices de todos los colores!

   - Vos llevás los colores en las alas y con ellas vas pintando el cielo. ¿Te parece poco?

   - ¡Pero yo quiero aprender canciones y cantarlas con la señorita!

   - A vos te cantan los pájaros melodías para danzar con el viento. ¿Te parece poco?

   - ¡Pero yo quiero salir al patio y jugar con mis amigos!

   - Vos tenés a las mariposas chiquitas para correr carreritas de vuelo ¿Te parece poco?

   - ¡Pero yo quiero…! – De pronto, un estruendo interrumpe las protestas de Luli. Un nene llora a más no poder en la puerta del jardín de infantes.

   - ¡Bienvenido, Pablito! – le dice la Seño Cari con una gran sonrisa. Pero no hay caso.

   - Vamos, Pablito, animate a entrar…– le dice Andrea mirando a su hijo con dulces ojos de almendras- ¡Son tan hermosos los comienzos!

   -¡Yo no quiero empezar! ¡Quiero seguir como siempre y jugar en casa!

   Luli no puede creer lo que está viendo… ¡Con las ganas que tiene ella de ir a la escuela! “Basta de quejas”, decide. Lo que necesita es una solución para dos problemas: el de Pablito y el suyo. “A ver, a ver”, piensa. Revolea una antena para un lado, revolea la otra antena para el otro lado… De improviso, Luli sale disparada hacia arriba como un saltamontes…  ¡Se le acaba de ocurrir una idea genial! Y volando va a buscar a sus amigas para contarles su plan.

   Mientras tanto, Pablito sigue haciendo pucheros. Ahora se le suma Sofía, que se aferra a las piernas de su abuelo; Benjamín, que grita, bañado en lágrimas, que no quiere entrar; y Juani que hace un berrinche a grito pelado en plena entrada del colegio.  

   De repente, en medio de semejante escándalo, se escucha una melodía deliciosa. La gente empieza a buscar de dónde viene esa música de ensueño. La están cantando a coro, con las voces bien ordenaditas, ocho canarios tenores desde la rama de un cerezo. De inmediato, una nube de mariposas invade la vereda, rodea a la Seño Cari y se pone a bailar al compás de la canción. El espectáculo es tan bello que todos enmudecen.

   Los chicos se van soltando de los grandes para señalar a las mariposas que bailan. Las mariposas, ni lerdas ni perezosas, se posan sobre sus dedos extendidos, los envuelven como si fueran anillos y tiran de ellos con fuerza en dirección a la puerta. Así, sin darse cuenta, los nuevos se dejan llevar hasta la Sala, sumidos en ese estado de fascinación.

   El primer día las mariposas chiquitas se quedan en clase. Al día siguiente pasa lo mismo. ¡Al tercer día, también! Es un hecho: ¡las mariposas empezaron a ir a la escuela!

   El rumor se esparce con rapidez por toda la ciudad, por todo el país y por todo el mundo. Como podrán imaginarse, cuando la Directora se entera pone el grito en el cielo y se va derechito a la sala para ver a esas estudiantes con alas de colores que han invadido la institución.

   Sin embargo, cuando entra no puede decir ni mú…. Las mariposas están sentadas muy orondas en los dedos de los alumnos, como anillos de colores, en el más absoluto silencio. Le están prestando atención a la Seño Cari que justito les está contando un cuento que se llama: “El día que las mariposas empezaron el jardín”.

   Un cuento que les viene… ¡como anillo al dedo!

   Y colorín colorado…

 

¿Por qué hoy?

   Cada 28 de mayo se celebra el Día Nacional de los Jardines de Infantes y de la Maestra Jardinera en homenaje a Rosario Vera Peñaloza, docente pionera que fundó el primer jardín de infantes en el país.

   Esta mujer nacida en 1873 en el pueblo riojano de Atiles logró el título de Superior de Enseñanza en 1894 y en 1900 dio lugar al primer jardín como anexo a la Escuela Normal de La Rioja. Después trasladó la misma experiencia a Córdoba, Buenos Aires y Paraná.

   Falleció el 28 de mayo de 1950 a los 77 años.