Preocupa la superpoblación de detenidos en las comisarías

Redacción de La Nueva.

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Audionota: Mariano Muñoz (LU2)

   La aparición del COVID-19 sacó a flote problemas de larga data y que requieren de una intervención inmediata, como por ejemplo las condiciones en que se encuentran alojados los detenidos en el ámbito de la provincia de Buenos Aires.

   Desde hace décadas el Servicio Penitenciario Bonaerense cuenta con unidades penales colapsadas, que presentan deficiencias estructurales y urgencias de todo tipo.

   Pero la caótica situación abarca también a las comisarías, la mayor parte de las cuales no disponen de calabozos habilitados, mientras que aquellas que pueden alojar a detenidos tienen su capacidad varias veces superada.

   Este panorama fue puesto de relieve recientemente por la Suprema Corte bonaerense en la resolución por la cual revocó el polémico fallo del Tribunal de Casación, que permitía el otorgamiento de arrestos domiciliarios a presos, donde destacó el estado de superpoblación y hacinamiento en que se encuentran las cárceles y seccionales policiales.

   Por supuesto que nuestra región no es la excepción y esta realidad se advierte tanto en las dos unidades penales (N° 4 de Villa Floresta y 19 de Saavedra) como en las cuatro comisarías que están habilitadas para recepcionar a personas arrestadas.

   Al respecto, el titular de la Defensoría Oficial bahiense, doctor Pablo Radivoy, expresó su preocupación por la situación.

   “En los últimos días teníamos unas 60 personas alojadas en comisarías, cuando hay cupo para 14”.

   Agregó que en nuestra ciudad solo la seccional Sexta de Villa Rosas se encuentra en condiciones de recepcionar detenidos, mientras que en la zona están aptas únicamente las dependencias de Carmen de Patagones, Monte Hermoso y Tornquist.

   El letrado mencionó que “es una preocupación que viene de vieja data. Recientemente el propio titular de la Jefatura Departamental de Policía (comisario Gustavo Cheppi) nos elevó a nosotros y a un tribunal un pedido para arbitrar los medios y solucionar este tema que los desborda”.

   Si en tiempos “normales” resulta problemática la presencia de calabozos desbordados en las dependencias, la situación es mucho más apremiante frente a la crisis sanitaria que se registra a nivel mundial.

   “A partir de la pandemia, en estos lugares es imposible cumplir algún tipo de protocolo de aislamiento o distanciamiento social. Esto determina que las disposiciones que emergen del Ejecutivo nacional son de imposible cumplimiento en estas circunstancias”, indicó Radivoy.

Presentación judicial

   En los últimos días la Defensoría presentó un Hábeas Corpus ante el Tribunal en lo Criminal N° 3, requiriendo medidas para descomprimir la situación en las comisarías.

   “Fue resuelto desfavorablemente y se reenvió a cada uno de los juzgados a disposición de los cuales se encuentran estas personas detenidas para que resuelva al respecto”, explicó Radivoy.

   Siguió diciendo que “se pedía una solución colectiva para un problema colectivo, porque acá no hay una cuestión individual por una persona que está detenida por algún tema específico. La situación es general y requería también una respuesta de ese carácter”.

   Consideró que se hizo “una mala interpretación de la última resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, que se la fuerza a los efectos de no resolver, que es lo que se terminó haciendo, mandando el expediente a los jueces para que ellos resuelvan lo que crean conveniente”.

   En tanto, dijo que en “en las últimas horas se empezaron a dar algunas respuestas como para aliviar un poco la situación. En varios casos la fiscalía no pidió la detención de gente que estaba aprehendida y determinaron que no pedirían la prisión preventiva”.

   “Otros detenidos están ingresando al penal, pero a cuentagotas, porque las alcaidías, que es el lugar donde llegan antes de ser trasladados con la población general, no dan a basto tampoco”.

   “La Unidad N° 4 cuenta con cupo para 600 internos y tiene cerca de 900, por lo que es imposible encontrar lugar para estos detenidos, máxime que tienen que cumplir con los protocolos a los efectos de no generar un brote en los establecimientos carcelarios”.

   Finalmente, Radivoy recordó que las comisarías no son lugares para que los detenidos permanezcan durante plazos prolongados.

   “Es un sitio de paso, de 24 o 48 horas, donde el imputado espera que el fiscal le tome declaración o el juez decida si va al penal o queda en libertad, pero acá tenemos gente que hace dos meses que se encuentra en una seccional”.

No pasó de un proyecto

   Allá por 2016 tomó fuerza el proyecto de construir en nuestra ciudad una alcaidía, con el objetivo de albergar a los detenidos  en la primera instancia de un proceso.

   De esa manera se buscaba descomprimir calabozos de comisarías y liberar a la policía de funciones de custodia que no le competen, para dedicarse a la prevención.

   El por entonces ministro de Justicia bonaerense, Gustavo Ferrari, pidió a las autoridades municipales que preseleccionen edificios o terrenos ociosos que sean propiedad del Estado para llevar adelante la iniciativa.

   Luego de algunos meses se eligió un sector aledaño al Hospital Penna, aunque conocida esta novedad a partir de un informe de La Nueva., los vecinos y varias entidades manifestaron su rechazo.

   Ante esto, desde la comuna se le pidió a la Provincia la búsqueda de otros sitios.  

   Si bien la construcción estaba contemplada en el presupuesto del Ejecutivo bonaerense para 2017, la falta de un espacio para llevarla adelante resultó decisiva para que no se concretara.

   Finalmente, en 2018, la obra no estuvo contemplada en el cálculo de gastos del gobierno provincial y hasta hoy sigue siendo solo un proyecto.