Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Salud mental en tiempos de cuarentena: seguimiento, adultos mayores y distintos abordajes

El encierro impacta de manera negativa en la salud mental de las personas. Para quienes tienen patologías como depresión o ansiedad estar adentro se hace mucho más difícil. Especialistas de Bahía Blanca cuentan cómo se abordan estos problemas y dónde se puede pedir ayuda.

Fotos: Pablo Presti-La Nueva. / Gentileza Hugo Kern y Marcela Arzuaga.
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Por Belén Uriarte / buriarte@lanueva.com

      Matías Mugione / mmugione@lanueva.com

Audionota: Malena Ruppel (LU2)

   El encierro afecta la salud mental de las personas y más la de aquellas que ya tienen patologías previas: depresión, ansiedad. El personal de salud trabaja casi sin descanso y está en la primera línea de fuego.

   La cuarentena por el coronavirus lleva más de dos meses y vivir, para algunos, se puede parecer a sobrevivir. ¿Cómo se abordan estos problemas en Bahía Blanca? ¿Dónde se puede pedir ayuda?

   El Departamento de Salud Mental del Municipio trabaja en el abordaje de estas situaciones. Lo hace con otras entidades, como la UNS, el PAMI, el Colegio de Psicólogos y la Asociación de Acompañantes Terapéuticos.

   Como señala el licenciado en Psicología Hugo Kern (M.P. 00114), quien está a cargo de este Departamento, se hacen de manera simultánea varios tipos de abordaje: seguimientos a familias relacionadas a COVID-19 (casos aislados, sospechosos y confirmados), atención psicosocial a adultos mayores y contención a personas que requieran acompañamiento y/o atención psicológica. 

    ¿En qué consiste cada una de las acciones?

   El seguimiento a familias vinculadas con COVID-19 refiere al trabajo encabezado por el Departamento para acompañar a quienes transitan momentos de incertidumbre y angustia por el coronavirus.

   Desde el 27 de marzo, cuando el Municipio informó por primera vez sobre esta práctica, hasta el 20 de mayo la demanda aumentó más de cuatro veces: empezaron con la atención a 64 familias y a mediados de la semana pasada llegaron a 270.

   —A cada familia la sigue un equipo que hace un triaje (método de clasificación de pacientes empleado en la medicina de emergencias) y se encuentra con algunos tipos de situaciones de impacto emocional, causado por la incertidumbre que se genera en la espera del resultado del hisopado y por el aislamiento. Cuando lo consideran necesario, interviene el equipo de psicólogos —explica Kern.

   Cuenta que se sumaron estudiantes de Medicina del último año para hacer seguimientos de casos sospechosos de COVID-19, con el acompañamiento de psicólogos. También hay un equipo móvil que actúa cuando el grupo epidemiológico considera que el paciente requiere atención presencial.

   Las acciones del Departamento se centran en las familias afectadas por el coronavirus y en los trabajadores de la salud, para quienes hay programas de atención individual y talleres para superar situaciones de sobreexigencia y abordar reacciones emocionales. También hay un cuidado especial para aquellos que no pueden trabajar por ser grupo de riesgo.

   Además, el equipo de Salud Mental sigue atendiendo las problemáticas habituales que “al principio habían disminuido por el impacto del aislamiento y desde hace 20 días volvieron al nivel previo a la pandemia; por ejemplo, los intentos de suicidio”. Para abordarlas, se desarrolló un sistema de atención no presencial en el que intervienen varias instituciones.

   El abordaje de Salud Mental es complejo. Argentina cuenta desde 2010 con una Ley que establece que los pacientes psiquiátricos tienen que atenderse en hospitales generales. Exige, también, tener trabajo interdisciplinario y generar espacios de inclusión. En un informe hecho por La Nueva. se mostró que la teoría dista bastante de la realidad, porque muchos derechos siguen vulnerados.

   Tal como indica uno de los videos difundidos por Kern en YouTube, “no hay salud sin salud mental” y atenderla tiene un fin: ponerle tope al padecimiento. Retomando las palabras del cardiólogo Floreal Ferrara (usadas en esa grabación), “no se trata de eliminar microbios, enseñarle a la gente cómo vivir ni alcanzar un estado imposible; se trata de luchar y desear, de cambiar lo que produce sufrimiento, lo que limita la vida”.

   En este período de encierro recrudecen muchas cuestiones vinculadas a la salud mental. Las salidas recreativas —habilitadas el pasado fin de semana— vinieron a traer un poco de alivio.

  —El encierro puede ser vivido con mucha ansiedad o angustia por algunas personas. Las salidas recreativas pueden generar una sensación de alivio, sobre todo en las personas que tienen algún padecimiento. Cuando hay sufrimientos psicológicos, significar y procesar la sensación de encierro como cuidado y generar recursos para sentirse bien en el adentro se dificulta mucho. Quizá el salir marca un contacto espacio-temporal más concreto con el afuera, una vivencia del cuerpo aliviadora sobre todo en el marco de ciertos trastornos —explica Sonia Reale, profesora y licenciada en Psicología (M.P. 00125).

   Kern, en tanto, señala que en este contexto aumentaron las problemáticas ligadas a niños y adolescentes, como la violencia familiar y las crisis generadas en la convivencia.

  —Los mecanismos que tenía la familia para equilibrar los momentos de tensión hoy no cuentan. El chico que antes se podía ir a la casa de la abuela ya no puede hacerlo. Además, no va a la escuela, con lo cual también hay una sobrecarga en el ambiente familiar. Ese es el principal factor de desequilibrio. Y después están las intoxicaciones por alcohol y otro tipo de drogas que siguen siendo uno de los motivos de las urgencias más comunes.

—En este contexto, ¿qué recomendás a las familias para una convivencia sana?

—Cada persona tiene recursos que puede reconocer como positivos para restituir el equilibrio. Cada uno de nosotros sabe qué cosas le hacen bien, tranquilizan, divierten, generan salud y emociones positivas; y también puede reconocer cuáles son aquellas que disparan situaciones de miedo, de agresión, de desprotección. Lo importante es que la familia tenga en cuenta esto para organizar los recursos y tener una mirada positiva, conservar cierto optimismo y esperanza. 

   Kern reconoce que la situación social también tiene un peso enorme: no es lo mismo la familia que cuenta con apoyo que aquella que transita el aislamiento en condiciones de hacinamiento. Explica que la carencia de cuestiones básicas genera un impacto importantísimo en la psiquis y cuando se sostiene a lo largo del tiempo causa situaciones traumáticas, por lo que es vital llegar con la contención social.

—¿Les ha tocado atender a personas de algún sector vulnerable?

—Sí. Cuando se habilitaron los teléfonos, las personas llamaban por las razones más diversas. Ante el vacío de dónde consultar por un problema, el primer teléfono que se presentaba era el de Salud Mental. En primera línea estaban las necesidades alimentarias, que representaban un 60 o 70 % de los llamados; luego volvió ciertas cuestiones de aislamiento social, crisis emocional, ataques de pánico, intentos de suicidio, intoxicación, etc.

   Respecto a los adultos mayores, Kern destaca que, en general, son responsables en cuanto al cuidado de sí mismos y que la población tiene un comportamiento solidario con ellos. Sin embargo, muchos están solos y no saben cómo transitar el aislamiento. Para esos casos, desde el Departamento de Ciencias de la Salud de la UNS (con el aporte del PAMI y de IOMA) se hizo un programa de acompañamiento.

—¿Cuál es el balance de los abordajes de Salud Mental?

—Se demostró que podemos trabajar distinto. Hay situaciones positivas que están para quedarse: facilidad de accesos a los sistemas, compromiso de los equipos, disponibilidad del tiempo, trabajo en red, comunicación más rápida. 

Está demostrado que la lógica que debe predominar en la intervención es de territorio. Los países a los que mejor les fue con la pandemia, además de los que tomaron decisiones rápidas en cuanto a distanciamiento social, son los que tienen una red fuerte de atención primaria y comunitaria de la salud. 

 

Con los adultos mayores

   La licenciada en Trabajo Social Marcela Arzuaga (M.P. 4466), profesora de carreras del Departamento de Ciencias de la Salud de la UNS, cuenta de qué se trata el abordaje psicosocial e integral al adulto mayor que se hace estudiantes y profesores de la Tecnicatura Universitaria en Acompañamiento Terapéutico (TUAT).

   La profesional, también directora de TUAT, señala que estudiantes de segundo año acompañan de manera voluntaria a adultos mayores en el aislamiento, “única manera de prevenir un contagio o por lo menos de disminuir las posibilidades”.

   —Hicimos un trabajo institucional con la Municipalidad, el PAMI, IOMA y con extensión de la UNS. En los casos en los que se requiere algún tipo de abordaje presencial articulamos con ellos para dar cobertura.

    Este grupo de trabajo de la UNS está conformado por 140 estudiantes y 24 docentes. Los alumnos están divididos por grupos supervisados y acompañados por dos profesores. 

   —Cada voluntario estableció distintos vínculos: algunos llaman durante la semana y otros hablan también los fines de semana. Hay adultos mayores que piden que sea día por medio.

   —¿Cómo se accede al abordaje?

   —El adulto mayor, un familiar o una persona cercana puede llamar pidiendo el abordaje psicosocial o el programa de acompañamiento. Ha pasado de amigas o amigos que nos dicen “fulana de tal quiere que la llamen”, o algún familiar que vive lejos y dice que llamemos a su allegado. La única condición que ponemos es el consentimiento del adulto mayor porque consideramos que es una persona autoválida, con derecho. 

   Si bien reconoce que es muy difícil hablar de generalidades, Arzuaga sostiene que la mayoría de los adultos mayores tiene una actitud de espera al llamado. 

   —La persona que está sola percibe que hay una preocupación del otro lado, sabe que al día siguiente alguien la va a llamar y va a poder contar sus preocupaciones, sus cosas lindas... Hay algunos que no quisieron seguir con los llamados, pero no son la mayoría.

   Cuando se presenta alguna cuestión que amerita la consulta profesional específica, desde la UNS se ponen en contacto con el Departamento de Salud Mental, que tiene un equipo en la derivación inmediata. A su vez el Departamento se comunica con la UNS por situaciones en las que evalúa la necesidad de un acompañamiento diario y telefónico.

—¿Han tenido que derivar muchos casos para una atención más específica?

—No, derivamos pocos. En la atención telefónica es difícil hacer una cuestión diagnóstica porque no está lo presencial, pero lo que hemos derivado son situaciones que hemos escuchado como complejas. 

   Arzuaga destaca la cantidad de docentes y estudiantes que se sumaron a la iniciativa y su compromiso sostenido en el tiempo. Ahora acompañan a 100 adultos mayores y tienen espacio para más personas.

 —El tema del abordaje psicosocial en pandemia es que todos, aun los que trabajamos, estamos atravesados por lo mismo. Por eso debemos hacer una continua supervisión y un sostén de aquellos que cuidan. Nos pasó de estar acompañando y que la persona muera, y es una situación que hay que sostener, por eso digo “cuidar al que cuida”. 

 

Trabajo en salud mental: a quiénes contactar

   Las personas que requieran de los servicios de los programas de salud mental pueden contactarse con el Departamento de Salud Mental y Adicciones que atiende por teléfono (4551159 - 2914261642) los días hábiles, de 8 a 15. En tanto, los trabajadores de salud que quieran participar de grupos de reflexión y/o recibir apoyo psicológico pueden contactarse al número 2914979605.

   También hay disponibles un teléfono del Colegio de Psicológicos (291-4420359), que atiende de 15 a 21; y otro de la Asociación de Acompañantes Terapéuticos (4544120), que atiende de 10 a 17.

   —Es una experiencia maravillosa y vamos aprendiendo mucho del trabajo en equipo. Por momentos es una tarea ardua pero te llena de satisfacción saber que podés dar una mano a gente que está muy sola en un momento tan difícil —dice Carlos Graiño, presidente de la Asociación.

   Indica que en los últimos 10 días la demanda de consultas cayó de manera notable: pasaron de unos 15 llamados por día a dos. Los que se mantienen son, en general, casos depresivos severos que requieren de un seguimiento constante.

   Vale destacar que para adultos mayores hay un acompañamiento integral en este contexto de pandemia. Es llevado a cabo de manera telefónica (291-4979606) por estudiantes y profesores universitarios. La atención se realiza de lunes a viernes, de 9 a 16.