Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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De Benedictis: “No está definido aún que vayamos hacia un evento La Niña”

La probabilidad de lluvias menores a los promedios en la región cercana a Bahía Blanca inquieta al campo. Pero el agua de abril ya dejó huella para la fina.

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   “La situación no es tan grave porque no se trata de un pronóstico de seca, pero sí es para prestarle atención”, sostuvo el meteorólogo Leonardo De Benedictis, en alusión a las precipitaciones de los meses venideros.

   “¿Si tendrá un impacto directo en los cultivos de invierno? En realidad no tanto, porque partimos de una muy buena base húmeda por las lluvias de abril (NdR: 107 milímetros de promedio) y porque en el invierno habrá poca pérdida por evaporación”, explicó.

Los valores de lluvia se inician, en el extremo inferior, con 10 milímetros. La secuencia es 20, 30, 40, 50, 70, 90, 120, 150, 200, 300, 400 y 500mm. / Fuente: Leonardo De Benedictis.

  “Que la proyección posterior se mantenga cerca de los promedios no es un mal pronóstico para la fina. Pero habrá que estar atentos a lo que pueda quedar, porque si esto (NdR: por un eventual La Niña) se afianza podemos tener un déficit de precipitaciones o de humedad en el suelo a partir de la primavera”, añadió.

Los valores de temperatura se inician, en el extremo inferior, en --2 grados. La secuencia es 1, 4, 7, 10, 13, 16, 19, 22, 25, 29, 31, 37 y 40º. / Fuente: Leonardo De Benedictis.

   “Estaría claro que nos consumimos parte del agua porque, además, en octubre siempre empieza a aflojar (la lluvia)”, comentó De Benedictis, en la videoconferencia de lanzamiento de la campaña fina organizada --esta semana-- por la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca.

   Respecto del trimestre compuesto por los meses de junio, julio y agosto, el climatólogo pampeano recordó que, al estar transitando condiciones de evento Neutral, no debieran existir sorpresas.

   “Nos encontramos en continuidad (NdR: Neutral) con lo que viene pasando desde el último año; por eso tuvimos tanta variabilidad. El Pacífico estuvo inactivo, no nos aportó nada y dependimos de los factores locales, que son muy inestables”, comentó.

   También sostuvo De Benedictis que cualquier perturbación a nivel regional genera una disminución, o un aumento, de las precipitaciones, con lo cual hay que tener muy en cuenta esta situación.

   “Tenemos un Atlántico que hace un aporte importante en cuanto a humedad a nivel regional. El anticiclón del Atlántico, las temperaturas y las corrientes de Brasil y de las Malvinas pueden provocar un aumento en las lluvias”, aclaró.

   “De todos modos, hay que tener en cuenta que existe un mayor impacto desde el centro hacia el sureste bonaerense y no tanto hacia el sudoeste y, menos aún, hacia La Pampa”, agregó.

   En otro tramo, De Benedictis recordó que durante el evento La Niña es cuando existen más probabilidades de heladas tardías, sin que eso signifique que no sucedan durante El Niño (lluvias por encima de los promedios), tal como sucedió el año pasado.

Anomalías y falsas expectativas

   A la hora de presentar los pronósticos, De Benedictis ha desestimado el denominado mapa de las anomalías.

   “Es algo que me ha llevado a generas falsas expectativas”, aseguró.

Leonardo De Benedictis / Emmanuel Briane-La Nueva.

   “En el invierno, en el mes de julio cuando bajan las lluvias, por ejemplo, hay un promedio de 20/25 milímetros. Si vamos hacia La Pampa los registros disminuyen y si lo hacemos para el norte bonaerense se incrementan”, dijo.

   “Cuando se muestran mapas, muchas veces se anuncia que se esperan lluvias por encima de lo normal, pero hay que tener en cuenta que lo normal son 20 milímetros y, si hablamos por encima de ese valor aludimos a 30 milímetros. Eso, justamente, genera una cierta falsa expectativa”, explicó.

Las heladas siempre están dando vueltas en los pronósticos.

   En la presentación en videoconferencia, el meteorólogo se decidió por un gráfico de probabilidades en base a diferentes modelos de cálculos climáticos.