Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Qatar niega los sobornos, pero admite muertes en sus obras

 La extendida controversia sobre la elección del país árabe como sede de la Copa del Mundo 2022 sumó un nuevo capítulo  

   Investigaciones, acusaciones por pago de sobornos, detenciones, enjuiciamientos, reapertura de causas judiciales, muertes... El Mundial Qatar 2022 y las polémicas caminan de la mano.

   La extendida controversia sobre la elección del país árabe como sede de la Copa del Mundo sumó un nuevo capítulo con la tercera denuncia que realizó el Departamento de Justicia de Estados Unidos . La contraofensiva no se hizo esperar y ayer los organizadores, mediante un comunicado del gobierno qatarí, ensayaron una desmentida.

   Las empresas de televisión que fueron beneficiadas por el esquema de corrupción y los nombres de dos miembros del comité ejecutivo de la FIFA, que habrían sido sobornados para votar por Qatar, son los ejes de las averiguaciones que saltaron a la luz en las últimas horas y que compondrán otro episodio de las extensas batallas en los estrados judiciales que libradas desde 2015 en lo que se denominó " FIFAgate ".

   El rechazo qatarí ante la nueva andanada de acusaciones fue contundente: "El Comité Supremo para la Entrega y el Legado (SC) de Qatar niega rotundamente las acusaciones contenidas en los documentos judiciales que han sido hechos públicos en Estados Unidos el 6 de abril de 2020. Estas acusaciones forman parte de un caso antiguo, que no se centra en el proceso de licitación de la Copa Mundial de la FIFA 2018/2022", señala el comunicado, que desestima los cargos de los fiscales federales del país norteamericano.

   "Después de años de falsas acusaciones, nunca han sido presentadas pruebas que demuestren que Qatar ganó los derechos para organizar la Copa Mundial de la FIFA 2022 de manera poco ética o por medios que infringieran las estrictas reglas de la licitación FIFA. Cualquier acusación que diga lo contrario no tiene fundamento y será ferozmente refutada", agrega en su justificación el país organizador, sobre el escándalo que estalló cinco años atrás y que volvió a ser noticia en estos días.

      Para otra parte, la cuestionable idoneidad de un país que combina la falta de tradición futbolística –se tuvieron que construir de cero los 8 estadios-, así como una inexistente infraestructura de transportes, al obsceno precio de 200.000 millones de euros (presupuesto total estimado) con unas condiciones climatológicas adversas, han generado múltiples problemas en cuestiones de seguridad e higiene, causando muertes entre los obreros.

   Qatar no fue el país ideal en materia de derechos humanos. Según un informe del 2018 de Amnistía Internacional, en el emirato está restringida la libertad de expresión, de asociación y de reunión, prohibidos los partidos políticos y sindicatos de trabajadores extranjeros, las mujeres están discriminadas en la legislación y en la práctica, se vulneran los derechos de la infancia, todavía impera la pena de muerte y los derechos laborales, y humanos, están más que cuestionados en las obras de construcción.

   No hace mucho, la la oenegé Fundación para la Democracia Internacional había señalado: “Todo el planeta debe saber que el Mundial del 2022 se jugará en estadios manchados con sangre”, afirmando que durante las obras se contabilizaron unos 2.000 trabajadores muertos, la mayoría nepalíes, indios y bangladesíes

   La propia organización admitía recientemente que el “elevado número” de muertes de trabajadores fue “una tragedia”.