Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Primer cortocircuito entre Alberto y Cristina tras la carta

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

Archivo La Nueva.

   En las últimas horas comenzó a alumbrar sobre la escena política lo que sería el primer cortocircuito entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner luego de la dura carta de la vicepresidenta en la que cuestionó al gabinete y se despegó claramente de las responsabilidades de la gestión.

   Ocurre que el presidente dejó trascender en las últimas horas a través de sus voceros que defenderá la designación del juez Daniel Rafecas como nuevo Procurador General de la Nación, a contramano de los deseos de la vice de forzar nuevas mayorías para elegir al jefe de los fiscales y además colocar allí a una persona de su extrema confianza.

   Concretamente, Fernández dice por lo bajo que apoyará la candidatura de Rafecas para la Procuración y que está de acuerdo con la postura del juez de aceptar el cago solo si es designado por la mayoría agravada de los dos tercios de los miembros del senado, un número que hoy el Frente de Todos no tiene. Rafecas ya le había dicho personalmente al presidente durante una audiencia de hace diez días que no aceptará ser designado por mayoría simple.

   El cristinismo por el contrario quiere modificar la ley de designación del Procurador y actualmente trata en el Senado un proyecto del senador radical Martín Lousteau en el que se dispone que para la elección del Procurador solo se requerirá una mayoría simple, que el oficialismo alcanza sin problemas.

   Se dice además que Cristina Fernández no quiere a Rafecas como el reemplazante del actual procurador interino Eduardo Casal, a quien ella también cuestiona y buscó hasta ahora sin éxito desplazarlo mediante un juicio político. Y que en cambio una vez modificada la ley propondría a Graciana Peñafort, de su máxima confianza y defensora en varias de las causas judiciales que comprometen a la vicepresidente, actualmente a cargo de la Dirección de Asuntos Jurídicos del Senado.

   Alberto Fernández desde ya que no desconoce todos estos enjuagues por lo que su flamante decisión de mantener sin modificación la estrategia inicial de la Casa Rosada de proponer a Rafecas y en todo caso profundizar las conversaciones con la oposición de Juntos por el Cambio para conseguir los dos tercios necesarios para su designación, produce primeros ruidos en la relación entre presidente y vice luego de la explosiva carta de Cristina Del 26 de octubre.

   Un dato no menor se mezcló en la escena y hasta puede haber influido en la decisión de Alberto de mantener firme su apoyo a la designación de Rafecas: fue el reclamo de Elisa Carrió a sus socios de Juntos por el Cambio para que faciliten los dos tercios a la hora de la votación en el Senado, algo a lo que hasta ahora los representantes del Pro no parecían acompañar. Los radicales se muestran dispuestos a escuchar, según dijo el titular del partido, Alfredo Cornejo.

   Carrió lo dice con todas las letras: ella también sospecha que Cristina no quiere a Rafecas y reclama una nueva ley con mayorías no agravadas para elegir al procurador, porque planea impulsar para la Procuración a uno de sus abogados o jueces incondicionales. Peñafort, se insistía el lunes en fuentes del Instituto Patria, es la preferida de la vice para el cargo.


   Aunque en la Casa Rosada de ningún modo abonan esas sospechas de la líder de la Coalición Cívica, a su modo aceptan que hay alguna coincidencia entre Lilita y Fernández. Es decir que los dos quieren a Rafecas en el cargo que cubrirá la vacante -Casal es el interino- que dejó Alejandra Gils Carbó cuando decidió jubilarse.

   Como al pasar en el gobierno recuerdan que el que firma el pliego de pedido de acuerdo para Rafecas, el “dueño de la pelota”, es el presidente. “Alberto no tiene apuro para que el Senado trate el pliego, pero va a insistir con la candidatura de Rafecas, que es su única propuesta”, dijeron con intención de marcar la cancha esos mismos confidentes.