Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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Jimmy Butler, de aquel chico al que su mamá echó a los 13 años, a ser estrella de la NBA

La figura de Miami que puso nervioso a los Lakers.

"Hoy es el partido", parece decir Butler, cuya actitud contrasta con la de Anthony Davis.

   Jimmy Butler poco menos que se desplomó en el cierre del último partido de las finales de la NBA, que Miami le ganó a los Lakers. Después, le costó levantarse de la silla tras la conferencia de prensa. No daba más. Había dejado todo para que su equipo rompa contra todo los pronósticos.

   La serie está 3-2 a favor de los angelino y hoy vuelven a enfrentarse. Y a ese jugador despreciado por muchos de la NBA y hasta por su familia durante su infancia, la vida le tenía preparados gratos momentos, como el que está atravesando, siendo es el responsable de que LeBron y compañía no puedan conciliar el sueño.

   Jimmy no era muy querido en los distintos equipos de la NBA en los que jugó. En Minnesota se fue rápido porque criticó a los directivos y a los jugadores por su falta de entrega en la cancha.

   Contó en una entrevista que el equipo era muy bueno, que tenían talento, pero no se entregaban lo suficiente. Y tomó la decisión de irse.

   En Chicago, en sus dos etapas, siempre tuvo problemas en vestuarios por su explosiva personalidad, porque es un luchador innato que no se conforma con respuestas tibias de sus compañeros.

   Pero ahora, en Miami, junto a un equipo plagado de novatos y apenas tres experimentados (sólo uno titular, Dragic, precisamente el que más juegos de las finales se ha perdido),  encontró laderos que lo potenciaron.

   Esa personalidad viene forjada por las batallas que debió afrontar. De una familia humilde y desintegrada. Su padre los abandono, y, poco tiempo después, su comportamiento era intolerable para su madre, quien decidió echarlo a la calle cuando apenas tenía 13 años.

   Jimmy cuenta que pudo haber terminado fácilmente como mendigo, ladrón, consumidor de drogas o traficante, pero el deporte le dio una vía de escape en el fútbol americano.

   Iba de casa en casa de amigos para poder comer y tener dónde dormir. Hasta que a los 17 años, uno de sus mejores amigos convenció a su madre de que le adoptaran.

   Era un hogar con 7 hijos, pero ahí Jimmy pudo asentarse y fue cuando empezó a jugar en serio al básquetbol.

   La historia es increíble. Butler supo forjar su carácter ganador al no rendirse ante los problemas de la vida.

   Jugó un año en la Tyler Junior College, y luego fue adquirido por la Universidad de Marquette, a donde sobresalió lo suficiente para que luego, en 2011, fuera elegido en el draft de la NBA en el puesto 30 por Chicago.

   Desde entonces fue todo crecimiento. Llegó a firmar un contrato por 95 millones de dólares, y hasta fue convocado al Juego de las Estrellas.

   Pero nunca terminaba de encontrar su lugar, hasta ahora, en Miami, a donde no sólo es el líder, sino que se alegra de ser “el problema”... Esta vez, para los Lakers.