Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

Un amor que nació entre salidas de emergencia y rescates

Desde hace casi un año Rodrigo Monacci y María Rosa Fernández trabajan juntos en la guardia de Defensa Civil, pero además conforman un matrimonio que disfruta de su familia “ensamblada”.

Monacci y Fernández se enamoraron en su trabajo, se casaron y hoy comparten la guardia de DC. (Fotos: Rodrigo García-LN.)

   No son habituales los casos en que un matrimonio comparta la vida familiar y el ámbito laboral al mismo tiempo, aunque la curiosa historia de amor entre dos integrantes de Defensa Civil contradice la afirmación inicial.

   María Rosa Fernández y Rodrigo Monacci trabajan en el área de guardia de la dirección de Defensa Civil de esta ciudad, pero desde que se casaron el 11 de noviembre de 2016 también comparten el hogar donde disfrutan de su familia “ensamblada”.

   La pareja relató cómo los sentimientos de uno por el otro comenzaron a ser cada vez más intensos, hasta llegar al desenlace de la convivencia y el posterior casamiento.

   “Estábamos haciendo trámites juntos por un auto que Rodrigo había comprado y le comenté que tenía que viajar a Tandil para rendir un examen, cuando estudiaba licenciatura en Gestión Ambiental”, dijo Fernández.

   “Le prometí que cuando volviera de allá retomábamos los trámites, y me dijo `voy con vos, te acompaño´. Así de cara dura y sin dar muchas vueltas”, agregó.

   La mujer aceptó la proposición de su compañero, pero de inmediato le advirtió que iba a viajar con otras ocho personas.

   “Como estudiábamos distintas carreras en Tandil, alquilábamos una cabaña entre todos, cada uno rendía lo suyo y después nos volvíamos”.

   “Le dije que íbamos a estudiar y que se iba a aburrir, pero me contestó que le gustaba Tandil y que nos iba a cocinar. Cuando los demás me confirmaron que había lugar para que viajara Rodrigo, me pidió que lo pasara a buscar y se fue con nosotros”, recordó la entrevistada.

   Monacci cumplió con su promesa. Cocinó para el grupo de estudiantes y se encargó de trasladarlos al campus de la Universidad Nacional del Centro, en aquella ciudad bonaerense.

   Con esas actitudes espontáneas y desfachatadas, el servidor público de 47 años conquistó el corazón de María Rosa.

   Luego de vivir aquella aventura entre las sierras de Tandilia, los protagonistas de esta historia comenzaron a “salir de novios”, dos meses después decidieron convivir y al año contrajeron matrimonio.

   “Antes, ella trabajaba en el área de capacitación y yo en la guardia”, explicó Rodrigo.

El visto bueno del director

   El traspaso de Fernández a la guardia de DC para desempeñarse junto con su marido, causó inicialmente cierta resistencia por parte de algunos de los otros integrantes del organismo a raíz de supuestas cuestiones de género.

   El 1 de marzo de 2019, María Rosa se convirtió en la primera mujer en formar parte de la guardia operativa de la dependencia.

   Ambos reconocieron que el cambio no se habría podido concretar sin la aprobación del director de DC, José Luis Holman.

   “Lo queremos mucho a José Luis porque, antes de ser director, fue compañero nuestro. Aparte permitió que pasara a la guardia para trabajar con Rodrigo, y es el primer director de DC que aprobó la incorporación de una mujer a la guardia”, resaltó Fernández (47), con siete años de trayectoria en DC.

   “Nunca tuvo problema por la cuestión de género; hasta ese momento no había mujeres en la guardia. Cuando le planteé a José Luis mi intención de cambiar de área, me respondió que no tenía inconveniente y que le parecía bueno y necesario”.

   “Le agradezco al director porque tomó la iniciativa y fue un precursor en este sentido. Me permitió quedarme en la guardia con Rodrigo para que no estemos tan desencontrados”, remarcó la vocera.

   Ellos están juntos desde hace cinco años y no se conocían de antes. De hecho, previo al viaje a Tandil no se miraban ni se prestaban atención.

   “Obviamente no tenemos conflictos de pareja porque, si fuese así, no podríamos compartir el lugar de trabajo. Es un placer trabajar con ella”, recalcó Monacci.

   María Rosa coincidió con su esposo. “Gracias a Dios, después de cinco años de casados no hemos tenido conflictos de pareja porque nos complementamos muy bien”, destacó.

   “No es raro trabajar juntos. Me da confianza salir con él (para acudir a una emergencia) porque hace muchos años que se dedica a esto. Cuando lo miro, ya sé qué me está pidiendo; nos entendemos”, añadió la operaria de DC.

   Al respecto su marido resaltó la contención que se brindan mutuamente luego de intervenir en siniestros graves.

   “Como en el ámbito laboral reflexionamos sobre estas situaciones generalmente traumáticas que vivimos juntos, no las trasladamos a nuestro hogar”, expresó Monacci, quien se desempeña en la repartición municipal desde hace casi nueve años.

Familia “ensamblada”

   Fernández y Monacci rearmaron sus vidas después de fracasos amorosos, y formaron su familia “ensamblada”.

   Ella es madre de dos hijas de 20 y 12 años, y Rodrigo tiene un hijo de 19 que vive con su mamá.

   “Pero gran parte de la semana está con nosotros. Ellos tres están muy bien ensamblados y, de hecho, parecen hermanos de nacimiento. Se cuidan mucho entre ellos”, enfatizó la socorrista.

   “Me hubiese encantado tener hijos con Rodrigo, pero cuando empezamos a salir yo ya era grande. La idea es disfrutar de la familia ensamblada y de nosotros como pareja”, finalizó la mujer.