Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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La derrota cordobesa precipitó interrogantes sobre Carrió

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

Fotos Télam

   Por primera vez, que se recuerde según los confidentes, Mauricio Macri asintió con gesto adusto tras algunos mandobles que desde la reunión del gabinete nacional del lunes, más bien una sesión de catarsis dirán algunos, se lanzaron contra Elisa Carrió. Fue mientras el presidente y sus ministros analizaban en detalle la catastrófica derrota del domingo en Córdoba, que incluyó una verdadera paliza del peronismo a la coalición gobernante en Marco Juárez, justo allí donde nació Cambiemos de la mano de macristas, radicales y "lilitos".

   "No ayuda", le han escuchado decir al residente en esa y otras reuniones, en especial por el alto, y a todas luces negativo, protagonismo que la líder de la Coalición Cívica tuvo durante la campaña electoral en la provincia mediterránea, mal que le pese al atribulado Mario Negri, que la sufrió en carne propia y que ahora en privado la calificó de "piantavotos".

   Una de las preguntas que flotaron justamente el lunes en la reunión de gabinete en la Casa Rosada, que por ahora ningún análisis prematuro ni encuestas que se conozcan podrán responder, fue si el factor Carrió influyó para que radicales y hasta macristas cordobeses enojados con su incontinencia verbal le hayan dado la espalda a Macri. Y lo que es peor, sus votos a Juan Schiaretti. "Por allí en una de esas se explica la tremenda diferencia que nos sacó Juan", sostenía un confidente que estuvo el domingo en Córdoba para seguir de cerca la elección.

   Ese mal estado de ánimo del presidente, se dice que extensivo a Marcos Peña y Rogelio Frigerio, y a otros ministros como Patricia Bullrich, contra Lilita, llevó a un análisis más extendido que tiene que ver directamente con el futuro de la diputada dentro de la coalición Cambiemos.

   Se sabe. Carrió le advirtió a Macri que se iría de Cambiemos si no apoyaba a Negri en la interna radical cordobesa . Antes ya le había dicho también en tono de ultimátum que romperá la coalición si el presidente y su mesa chica permiten que la convención radical del 27 de mayo apruebe una apertura hacia la incorporación de peronistas alternativos, de socialistas y de progresistas.

   La diputada hace centro de sus recurrentes críticas cada vez que puede, sea delante de Macri o de Peña, sobre el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, a quien suele calificar de "más peronista que macrista" por su insistencia en abrir el juego hacia otras fuerzas que refuercen la alicaída imagen de Cambiemos de cara a las próximas elecciones. El titular de la cartera política no es ajeno a esos disparos pero prefiere ejercer un prudente silencio.

   Otros de los blancos predilectos de Carrió es Bullrich. No hace mucho, la diputada acusó a la ministra de Seguridad de "exagerar" con la difusión sobre los operativos contra el narcotráfico para sacar provecho político propio. Dio a entender que eran "armados". La diferencia con Frigerio es que Bullrich esta vez no se calló la boca y la destrató en público. Fue luego del papelón de Río Cuarto que sufrió Negri en plena campaña cuando Lilita denunció el crecimiento del narcotráfico en la provincia. "Ni Córdoba es una provincia narco ni Schiaretti es un gobernador narco, eso no es cierto", dijo la ministra sin medias tintas.

   Desde siempre se dice en los pasillos de la Casa Rodada que Macri "banca" a Carrió cada vez que se le salta la cadena porque es "un bien electoral preciado", según la definición de un funcionario del entorno presidencial. Sostienen que al revés de Córdoba donde claramente surgiría que la líder de la Coalición Cívica hizo perder votos al candidato de la Casa Rosada, en el resto del país, pero en modo especial en los dos bastiones del macrismo como la Capital Federal y la provincia de Bueno Aires, su imagen positiva supera los cincuenta puntos. El electorado, lo cual surge de los focus group que realiza Santiago Nieto, el brazo derecho de Jaime Durán Barba, la visualiza como "una reserva moral" de la política y de los políticos contra la corrupción y el narcotráfico.

   Con el desastre cordobés sobre la mesa, del que no pocas voces del macrismo puro responsabilizan en gran parte a los derrapes de Carrió, lo cierto es que la diputada quedó, tal vez por primera vez, "en capilla".

   "No más amenazas", fue otra frase que se escuchó el lunes en los alrededores del Salón Eva Perón.