Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Olimpo, entre errores, limitaciones y la falta de jerarquía

Con la llegada de Marcelo Broggi, el equipo mejoró en su juego y mereció empatar en Sarandí. Quedan 10 “finales” y sigue sin poder ganar de visitante. ¿Le darán las cuentas si “mete” todos los de local?

El remate de David Vega le "quemará" las manos al arquero Gagliardo. Fotos: Gentileza Aurinegro Web

Por Sergio Daniel Peyssé / speysse@lanueva.com

   De los 7 cotejos que Olimpo sostuvo de visitante en esta B Nacional, perdió 6. No ganó, apenas rescató un punto, anotó dos goles y recibió 12. Un 4,76 por ciento de las unidades en juego.

   Sí, es el peor equipo del torneo en esa condición.

   Ahora bien, la propuesta saludable y filosa que propuso el aurinegro en 35 minutos del segundo tiempo en Sarandí, frente a Arsenal, no se vio en ninguna versión anterior fuera del estadio Carminatti.

   Pero vayamos por partes, porque lo de la fracción inicial fue muy parecido a lo que mostró en la era anterior.: equipo temeroso, retraído, desdibujado y dominado por el adversario.

   Tal vez el calor (el cotejo arrancó con 34 grados centígrados de temperatura), la irregularidad del campo de juego y el calibre del rival, el más goleador de la competencia y actual líder, lo amedrentaron.

   Sin la pelota, esperando demasiado, inconexo en los pases y siempre lejos del arco de Gagliardo, los de Broggi deambularon en el campo de juego sin respuestas de ningún tipo.

   En el fútbol podés hacer algún tipo de negocio si vos no producís nada pero te esmerás para no dejar jugar al rival y cuidás, con atención y concentración, esos famosos detalles que te pueden hacer perder un partido.

   Bueno, Olimpo hizo todo mal en esa parte, donde dejó que Arsenal le camine por encima.

   En el primer córner, en un centro que cayó lejos del área chica, el dueño de casa se puso en ventaja. ¿Cómo fue? Aníbal Leguizamón, uno de los centrales, entró sólo, su marcador, Salvador Sánchez, quedó enganchado en una cortina y cabezazo a media altura para descolocar a Holgado.

   Primer error grave.

   Enseguida, Iberbia pidió el cambio al sentir un pinchazo en el isquiotibial de pierna izquierda y los problemas para el cuerpo técnico olimpiense empezaban a caer como adoquines.

   ¿Qué hizo Broggi? Modificación ofensiva: entró Gallegos, Llambay pasó de “3” y Vidal de carrilero por la izquierda.

   Colectivamente no hubo una mejoría, pero el DT le estaba demostrando al equipo que los cobardes no sirven para esta durísima batalla que está afrontando, bajo presión y con la soga al cuello, la escuadra bahiense en el torneo.

   No sé qué le habrá dicho en el entretiempo, pero en el segundo, ya con un 4-3-1-2, con Vidal de enganche y Vega de volante externo, Olimpo afrontó el desafió con seriedad y sin tanta prudencia.

   Fue al frente con astucia, rompiendo por los costados, con centros picantes y haciendo sentir incómodo al adversario, que no podía salir jugando limpio de su campo como si lo había hecho en la etapa inicial.

   A los 6 minutos, un off-side polémico (si el asistente Nº 1, Matías Beares, no levantaba su banderín, nadie iba a protestar por el tanto y la posición del 9 visitante) le impidió a Axel Rodríguez establecer el 1-1.

   Está bien, fue posición adelantada, pero Olimpo no tiene porqué bancarse la soberbia del árbitro Mariano González, quien parece tener algo personal con el conjunto de nuestra ciudad, que no puede ganar con él de referí desde hace 11 partidos y 9 años.

   El colegiado obvió varias faltas en tres cuartos, no se dejó hablar, hizo ademanes al por mayor y las divididas fueron todos para el “Arse”.

   En fin, mejor entremos a la segunda falencia grave de este Olimpo que sigue en el casillero rojo del descenso.

   La falta de definición es alarmante. Malogró 7 situaciones claras frente al arco contrario, y ahí no tuvo nada que ver el “Pelado” González.

   En esa zona caliente, en el último pase, se nota la falta de jerarquía. Se tendría que haber hecho el gasto en un 9 certero y goleador, que en este momento le esté dando aire y puntos a Olimpo.

   Pero ya está, es lo que hay y no quiero criticar por criticar. Cuando esta historia, con todos los padecimientos y tan sufrida dentro y fuera del campo de juego, llegue a su fin, será momento de evaluación y balance.

   En el juego, con el cambio mental y anímico que generó la llegada de Broggi, está aprobado. Pero al fútbol se gana con goles, y en esa materia, el aplazo es más grande que toda Bahía Blanca.