Últimos detalles para una millonaria y esperada obra educativa en Coronel Dorrego

Redacción de La Nueva.

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   Con una inversión superior a 5 millones de pesos, la construcción de la sede propia del Centro Educativo para la Producción Total Nº 35 de Aparicio, obra largamente anhelada por la comunidad de esta localidad del distrito de Coronel Dorrego, ingresó en la etapa final. 

   El edificio, donde en otras épocas funcionó la Cooperativa Agraria del lugar, tendrá todas las comodidades para el dictado de clases y el alojamiento de los alumnos que asisten. 

   Como los trabajos los realiza la comuna con dinero del Fondo Educativo, el intendente municipal Raúl Reyes recorrió las instalaciones junto con la presidenta del Consejo Escolar, Diana Barabucci. 

   “En estos momentos se está cumpliendo la tercera y última etapa, que comprende el cambio de aberturas y pintura en general”, detalló el funcionario, quien recordó que esta instancia fue licitada por la propia municipalidad y que las dos primeras licitaciones estuvieron a cargo del Consejo Escolar.

   “Las dependencias contarán con todo lo necesario para que la tarea educativa y la estadía de los alumnos sea agradable y en un ambiente propicio para estudiar”, explicó.

Dos líneas estratégicas

   Los centros productivos para la producción total CEPT trabajan en dos líneas estratégicas: como propuesta educativa y como propuesta de desarrollo. En la primera, la educación de los jóvenes y la capacitación de las familias rurales; en la segunda, el desarrollo y crecimiento de las comunidades de ese medio.

   Estas entidades funcionan en zonas rurales de la provincia de Buenos Aires y dirigidas a familias de pequeños productores, trabajadores rurales y representantes de instituciones de la comunidad, tales como organizaciones gremiales, cooperativas y otras organizaciones propias del medio rural.

   Los CEPT buscan fomentar el desarrollo y arraigo de las comunidades rurales, a través del protagonismo de sus propios actores, organizados federadamente y construyendo propuestas claras que generen políticas que favorezcan el desarrollo rural.

   La particularidad de este tipo de instituciones consiste en que los chicos y los docentes viven una semana en la escuela y dos en sus casas. 

   Los maestros están dedicados exclusivamente a sus alumnos por lo que, además, realizan visitas a los hogares no sólo con fines educativos sino para atender las necesidades de sus familias por eso se los considera promotores comunitarios para el desarrollo rural. (Agencia Coronel Dorrego).