Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Villarino: las últimas lluvias no cambian el estatus de zona en riesgo de incendios

El promedio de la última semana fue de 30 milímetros. En el año apenas llovió 200 mm. La preocupación es por el rebrote de los pastizales y la generación de material fino.

La realización de cortafuegos es clave para evitar la propagación del fuego. / Fotos: Pablo Presti-La Nueva., Prensa INTA Ascasubi y Archivo LN.

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   “No hay que dormirse, porque si hubo alguna precipitación superior a la media seguramente existirá más proliferación de material fino. Y, consecuentemente, se incrementa la posibilidad de incendios”.

   Lo dijo Alejandro Pezzola, licenciado en Geografía e investigador del área de Teledetección y Sistemas de Información Geográfica de la EEA del INTA Hilario Ascasubi.

Alejandro Pezzola,del INTA Hilario Ascasubi.

   “Cuando llueve, con la humedad de la vegetación no hay posibilidades de grandes incendios pero, ahora, sí ingresa un factor muy importante: la llegada de temperaturas elevadas”, agregó.

   “Así empezamos a tener el rebrote de los pastizales y entonces sabemos que la disponibilidad de estrés en los meses de diciembre o enero puede derivar en más material fino para un incendio y posterior propagación”, explicó.

   Según Pezzola, hay dos sectores, marcadamente reflejados en imágenes satelitales, que generan la mayor preocupación en la región sur del sudoeste bonaerense.

   “Se encuentra muy cargado el Meridiano V hacia el oeste de la provincia, especialmente en el partido de Villarino. Allí hay mucho material y una alta peligrosidad”, comentó.

   “La otra está en los inicios del río Colorado, cuando se ingresa a la provincia de Buenos Aires. En ese área se nota una elevada carga de vegetación. También cerca de La Adela (La Pampa) y aguas arriba. Es la zona donde es más repetitiva la acción del fuego”, indicó.

Pezzola, en trabajo de campo en el sur del SOB.

   “La acumulación de vegetación también se da en los cordones medanosos de Villarino, en la misma línea del Meridiano V y hasta la altura de Médanos. Estas dos cadenas están muy cargadas”, aseguró.

   A principios de esta semana, los registros de lluvia en los sitios estratégicos variaron entre los 25 y 35 milímetros, para un promedio de 30 mm.

Fuente: INTA Ascasubi. / Diseño y montaje de imagen: Guillermo Kluin-La Nueva.

     El promedio de lluvias anuales en el distrito de Villarino es de 450 milímetros. Hasta este viernes 25, desde el 1 de enero del corriente año llovió una media de 201,5mm, con picos en 254,9mm. en la EEA del INTA Ascasubi y 107,8mm. en Médanos, en las once referencias estratégicas relevadas por el Laboratorio de Teledetección y SIG del INTA Ascasubi.

   La intención de los involucrados en el tema es llegar de la mejor condición posible al momento treinta, treinta y treinta. Es decir, cuando se alude a las condiciones ideales para la propagación del fuego tras el inicio de un incendio: más de 30 grados de temperatura; vientos de más de 30 kilómetros y más de 30 por ciento de humedad.

Mejor que en 2016 y 2017

   La pregunta es: ¿los actores involucrados en la problemática están mejor preparados respecto de los últimos años?

   “Sí. Lo que sucedió en 2016 y 2017 nos hizo tomar conciencia a todos”, dijo Pezzola.

Los incendios del verano 2016/2017 aún se recuerdan.

   “No solo desde el INTA, si también de parte de Vialidad Nacional, cuyo personal ha trabajado a la vera de la ruta 3 (sur) con los contrafuegos, así como con la poda de macizos de eucaliptus para disminuir la continuidad del vegetal. Se puede quemar, es cierto, pero no habrá continuidad vertical”, indicó.

   “Los productores también hacen su aporte aunque, como todos los procesos, es un trabajo lento y paulatino”, afirmó.

   También se han realizado no pocas capacitaciones en la región, como el taller sobre incendios rurales del espinal y del monte en el INTA Hilario Ascasubi.

El taller denominado Lecciones Aprendidas-El fuego enseña.

   Hubo representantes Bahía Blanca, Algarrobo, Médanos, Ascasubi, Pedro Luro y Stroeder, así como de parques nacionales de Lihué Calel, La Pampa.

   La principal temática abordada en ese taller —denominado Lecciones Aprendidas-El fuego enseña—, fue enfocada a la prevención y a la mitigación del fuego. 

La realidad del Sistema de Ventania

   “El alerta de la importante exposición a condiciones de fuego a partir del incremento de las temperaturas también se extiende más allá de Villarino”, comentó Alejandro Pezzola.

   En la zona del Sistema de Ventania, en particular, se aprecia la presencia de pastizales secos, más allá de las lluvias de las últimas semanas, que superaron los 35 milímetros.

   En algunos campos cercanos a Villa Ventana existen macizos de pino muy tupidos, con una importante continuidad de árboles y el consecuente contacto entre ellos. Esta circunstancia, ante la aparición de un eventual siniestro, contribuye a la propagación.

Ultimo incendio en la comarca serrana.

   Expertos en el tema han asegurado que la quema de los pastizales no representa un problema —no se trata de un desastre ecológico mayúsculo, más allá de la pérdida de animales y de alambrados, dicen—, porque se recuperan, pero que sería complejo el control de pinos incendiados.

   En el caso puntual de Villa Ventana, la problemática cobra otra dimensión por las construcciones de madera y baldíos sin limpiar. Se debe considerar la presencia de turistas, quienes no siempre miden las consecuencias por un natural desconocimiento del lugar. En un caso similar se encuentra la zona de Pehuen Co, en Coronel Rosales.