Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Análisis: ¿Gay retiene la intendencia o Susbielles la da vuelta?

Los candidatos de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos ingresan en la recta final de una campaña muy disputada.

Susbielles y Gay en un reciente encuentro con veteranos de Malvinas (Pablo Presti - La Nueva)

Maximiliano Allica / mallica@lanueva.com

   Hasta el último rincón de la ciudad vienen recorriendo los principales candidatos a la intendencia de Bahía Blanca en el intento de consolidar los votos capturados en las PASO, además de captar los que están sueltos y, por qué no, convencer a algunos bahienses para que reviertan sus decisiones del 11 de agosto.

   Las elecciones primarias sorprendieron por la corta distancia entre el intendente Héctor Gay y el senador provincial Federico Susbielles y el final es abierto. ¿Habrá continuidad o cambio en Alsina 65 a partir del 10 de diciembre?

   El resultado hace dos meses determinó un 44,69% de los votos para Gay (74.127 sufragios) y un 41,93% para Susbielles (69.631).

   A una semana de las generales, ¿cuánto puede crecer cada uno? ¿Mantendrá la distancia el actual jefe comunal, la ampliará? ¿El viento a favor del Frente de Todos por lo ocurrido a nivel nacional impulsará al retador para que lo dé vuelta?

   ¿Cuáles son sus puntos a favor y en  contra?

   Gay, a pesar del golpe a Juntos por el Cambio en Provincia y Nación, no pierde de vista que aquí ganó las PASO. La diferencia fue menor a la esperada, pero esos 4.500 votos pueden ser pocos o muchos según cómo se los mire.

   Son pocos porque el oficialismo esperaba una ventaja dos o tres veces superior. Pero son bastantes si se mira cuál es el universo a partir del cual su adversario debe remontar el resultado.

   En Bahía Blanca votaron para intendente en agosto 190.496 personas (77,44% del padrón), de acuerdo con los datos de la Justicia Nacional Electoral. Considerando un aumento del porcentaje del padrón, como suele ocurrir de las primarias a las generales, hasta el 80-81%, el domingo 27 podrían votar entre 198 y 200 mil personas. O sea, de 8 a 10 mil más.

   A su vez, en las PASO hubo 22.445 votos en blanco. La suma de estos con los votantes que se incorporen indica que habrá alrededor de 30 mil bahienses que no eligieron a ningún postulante a la intendencia y tendrán la posibilidad de hacerlo ahora.

   Por parámetros históricos, y porque las listas de Roberto Lavagna y José Luis Espert no llevan candidato a intendente, se puede proyectar que los votos blancos podrían rondar los 15 o 16 mil. 

   Es decir que 15 mil sufragios nuevos son los que se pueden repartir mayoritariamente entre Gay y Susbielles, incluyendo algún porcentaje para los restantes tres competidores (Néstor Conte del Frente de Izquierda, Luis José del Frente Nos y Leonardo Valente de Todos por Bahía). No obstante, estos últimos podrían ceder votos obtenidos en agosto a las dos listas principales, en caso de que se polarice en extremo la atención de los votantes.

   Proyectando que quien votó a Gay volverá a hacerlo y lo mismo para Susbielles, esa distancia de 4.500 sufragios se deberá recortar dentro un grupo de 15 a 20 mil votantes nuevos, con lo cual el dirigente kirchnerista necesita quedarse, como mínimo, con la mitad de esas adhesiones. No es imposible, pero no es nada fácil.

   Una de las dudas es la procedencia de esos votantes que se agregarán en las generales y no votaron en las primarias. Si son del centro serían más proclives a votar a Juntos por el Cambio; si son de los barrios, al Frente de Todos.

Héctor Gay emitiendo su voto en las PASO.

   Gay, asimismo, debe apuntar a crecer dentro de su propia boleta, ya que fue el más cortado de la lista. María Eugenia Vidal resultó la más elegida en este distrito (se impuso a Axel Kicillof por 85.583 sufragios a 64.145) y luego vino Mauricio Macri (le ganó a Alberto Fernández por 78.536 a 65.472). Si el intendente logra achicar su propia brecha con la gobernadora y el presidente tiene margen para crecer.

   Este último punto también puede ser considerado como una debilidad del oficialismo. El nivel de corte se puede interpretar como un rechazo a la gestión municipal. 

   Si esa teoría es cierta, Gay podría perder muchos de los votos nuevos en favor de otros candidatos, como Valente o José, de perfil de centroderecha o derecha, y hasta con el propio Susbielles bajo la siguiente premisa: como Fernández y Kicillof casi seguro serán presidente y gobernador, a Bahía le conviene un gobierno políticamente alineado. ¿Prenderá esa idea?

   Curiosamente, o no, el Frente de Todos local no la convirtió en un eje de campaña. Pero antes de analizar ese punto se pueden repasar las fortalezas y debilidades del presidente de la Confederación Argentina de Básquetbol.

Evitar la PASO fue clave

   Hace más de un año Susbielles comenzó a dar señales públicas de su intención de ser candidato opositor y desde entonces no descansa un día en el armado del espacio. A esta altura, a nadie escapa el enorme mérito de haber encolumnado al peronismo detrás suyo, más aún teniendo en cuenta que en el punto de partida en 2018 su nivel de conocimiento en la opinión pública rondaba apenas el 10-15%. Y nadie vota al que no conoce.

   Ese punto débil lo compensaba con una bajísima imagen negativa. Dicen los expertos que el bajo conocimiento de un candidato se puede remontar, pero la visión negativa es casi imposible.

   Al ímpetu inicial se le sumó algo de suerte. Hasta hace 5 meses la unidad del peronismo era incierta. Si el PJ se presentaba dividido, la carrera para Gay hubiera sido un paseo.

   Incluso una PASO del peronismo local, como se podría haber dado con Marcelo Feliú, habría dañado a su ganador, ya que entre el cierre de listas y las primarias se tendrían que haber desgastado mutuamente, dejando al perdedor sin voluntad de acompañar en las batallas posteriores. Evitar la interna fue un acierto del justicialismo.

   Susbielles hizo una campaña muy localizada, de mucha recorrida y cercanía con los vecinos, que hasta acá le resultó efectiva. La gran pregunta es si conseguirá romper el techo histórico de votos del peronismo unido, que en Bahía se sitúa en torno a los 44-45 puntos porcentuales. Si lo hace tiene chances enormes, si no lo logra es probable que se quede en la puerta.

Federico Susbielles, el día de las primarias.

   ¿Cuál es una debilidad? Si bien elevó hasta los extremos deseables su nivel de conocimiento sin perder imagen positiva, su boleta está colgada de Fernández y Kicillof. 

   Es una gran pregunta si la sociedad bahiense, presuntamente “gorila” (discutible: el peronismo ganó tres elecciones ejecutivas seguidas, 2003-2007-2011), se inclinará por apuntalar a ambos candidatos del riñón del kirchnerismo, vertiente que en esta ciudad tuvo mayormente malas elecciones.

   En agosto el que traccionó la boleta fue Susbielles pero ahora necesita más ayuda desde arriba. Su equipo se esperanza con que los indecisos apuesten a ganador y elijan a las principales figuras del Frente de Todos.  Además, en el PJ preguntan: “¿En qué mejoró la situación del país estas semanas como para pensar que Vidal y Macri pueden crecer más que Alberto y Kicillof, incluso en Bahía?”.

   Cada ciudadano tendrá su propia respuesta.

“Como si estuviéramos perdiendo”

   Hay un par de características proselitistas que comparten el actual jefe comunal y su oponente. 

   Una es la utilización constante del verbo “escuchar” en alusión a la búsqueda de proximidad con los vecinos y, la otra, es que emprendieron un sinfín de visitas a barrios e instituciones. 

   Para reforzar, también están desarrollando una táctica de encuentros con vecinos casa por casa, eligiendo quirúrgicamente a sus interlocutores, ya que en una situación de paridad todo aliento a favor puede transformarse en un empuje decisivo.

   En la previa de las PASO el oficialismo subestimó la campaña tradicional y sobreestimó la valoración de la sociedad respecto de su gestión. Ahora no pasa una sola jornada sin timbreos, entre otras acciones que ya casi no difunden. 

   Un alto funcionario le admitió a La Nueva: “Entendimos que la gestión es la gestión y la campaña es la campaña. No vamos a cometer el mismo error de agosto”.

   Y de aquí surge otra similitud que se intensificará en esta última semana. Los dos equipos trajinan la calle 24x7 transmitiendo a la militancia una idea-fuerza: “Acá nadie se relaja ni un solo segundo. Tenemos que laburar como si estuviéramos perdiendo”.