Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Fina: los rindes excepcionales de la cebada atenúan el sufrimiento del trigo

El promedio fue de 3.900 kilos por hectárea (15 % superior a la campaña previa). Hubo picos de 4.500 K/H. El fenómeno climático.

Bemoles: cebada brillante en Bahía Blanca (izq.) y granizo sobre el trigo dorreguense. / Fotos: Pablo Presti-La Nueva. y Prensa Bolsa de Cereales.

Guillermo D. Rueda
grueda@lanueva.com

   A excepción de algunos lotes del norte de la provincia de La Pampa, donde el granizo rompió la secuencia estadística, la cosecha de cebada en la región cercana al puerto de Ingeniero White finalizó con extremos de 5.500 kilos por hectárea, en los distritos de Carlos Casares y General Villegas, y de alrededor de 2.200 kilos por hectárea en los departamentos de Toay y Utracán.

   El rendimiento promedio de 3.900 kilos por hectárea representa el 15 % de incremento respecto de la temporada anterior, que ya había sido muy buena, y se constituye en uno de los mejores de la última década.

   Los datos surgen en el relevamiento realizado desde la Dirección de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca, en su informe de Reporte Agrícola Quincenal.

   Los números de la producción son impactantes: 24 % de incremento respecto de la zafra previa (2017/2018), pasando de 2,28 millones de toneladas a 2,83 M/T.

 "Este extraordinario crecimiento en la producción se debió a las precipitaciones que acompañaron al cultivo en los momentos críticos; a la temperatura moderada durante el llenado de grano y al mayor uso de fertilizantes que permitieron manifestar todo el potencial", dijo la ingeniera agrónoma María Elena Antonelli, de la BCP.

María Elena Antonelli, de la BCP.

  "Asimismo, el correcto manejo tecnológico permitió, en muchos casos, atenuar el efecto de enfermedades foliares", añadió.

  En los rindes, la zona norte —como suele ser habitual— analizada por la Bolsa de Cereales local tuvo el promedio más alto, con 4.500 K/H (+15 % respecto de la campaña 2017/2018). Para la producción se pasó de 430.000 toneladas a 630.000 Tns.

   La región centro llegó al promedio de 4.000 K/H (+11 % en cuanto a la campaña 2017/2018). En producción, en la última temporada fue de 1,52 millones de toneladas respecto de las actuales 1,9 M/T.

   Finalmente, la región sur registró 3.200 K/H (+14 %).

   El relevamiento contempla 43 distritos/departamentos de las provincias de Buenos Aires y La Pampa, respectivamente, y analiza el 95 % de la producción que se exporta desde el puerto local hacia distintos mercados del mundo.

Calidad y cantidad

   “No sé si alguna vez tendremos una cosecha de cebada semejante”, dijo, por su parte, el productor Guillermo Irastorza, de la zona de Coronel Dorrego.

Guillermo Irastorza, productor de Coronel Dorrego.

   “A la cebada no la afectó un fenómeno parecido a la bacteriosis, algo que sí sucedió con el trigo”, agregó.

   Las intensas lluvias de estos meses de octubre y de noviembre, que rondaron los 400 milímetros, no afectaron a la cebada, así como tampoco el fenómeno acaecido el primer día del corriente año, con una tormenta de viento, granizo y agua y afecta a los partidos de Coronel Dorrego, Coronel Pringles y Tres Arroyos, ya que para entonces se había finalizado la cosecha en toda la región.

Tormenta perfecta para el trigo

   Un fenómeno —sin igual— con pérdida de hectáreas productivas, mortandad de animales, destrucción de máquinas agrícolas y galpones, anegamiento de campos y caminos, y caída de árboles se produjo en la tarde del último martes 1.

   La principal afectación fue en Coronel Dorrego, pero la manga destructiva también llegó a Coronel Pringles y a Tres Arroyos. Aún no se precisaron los daños totales en los diferentes lotes.

   Si bien las altas temperaturas aceleraron la madurez del cultivo, aún resta cosechar alrededor del 40 % de la producción de la zona cercana al puerto de Bahía Blanca, correspondiente a Buenos Aires y La Pampa.

   Al margen de esta (inesperada) contingencia, las numerosas lluvias (400 milímetros entre octubre y noviembre), los vientos y la humedad en nuestra zona núcleo han provocado otro daño en el trigo que, recién a cosecha, se podrá precisar.