Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Más de 20 abuelos le quieren ganar la pulseada al invierno

El centro Natán II necesita una ayuda para los últimos detalles de la construcción en la que dará cobijo a los adultos mayores más necesitados.

Foto: Emmanuel Briane-La Nueva.

Por Federico Moreno / fmoreno@lanueva.com

   La mayor parte ya está hecha, motivo por el cual duele más el parate de la obra que hace peligrar su finalización antes de la llegada de un nuevo invierno. Además del centro Natán, que semanalmente da de comer a unas 250 familias, su fundadora y motor constante, Dora Sensini, encaró otros dos proyectos sociales en el sector sur de la ciudad.

   Uno de ellos se trata de Natán II, un hogar de día dedicado a albergar, higienizar, alimentar y contener cada día a unos 25 abuelos necesitados entre las 8 de la mañana y las 6 de la tarde, pero que todavía no pudo abrir sus puertas por la falta de dinero para encarar el tramo final de la obra.

   “Necesitamos revestimientos de cocina, revestimientos para los dos baños, pintura y el bajomesada. Además, mesas y sillas, pero que no son tan importantes como lo otro, porque en todo caso las podemos sacar de Natán I, donde tenemos muchas”, explicó Sensini.

   El centro, ubicado en Nicolás Pírez al 1.900 del barrio Maldonado, surgió como un deseo de Graciela Schadt, directora del Hogar Noel, pero luego de que esta lograra levantar las paredes y parte del techo, lo donó y le “pasó la posta”  a Dora Sensini para continuar con la misión conjunta de cobijar a unos 25 abuelos.

   “Una vez que nos donó esto, hace dos años, logramos conseguir fondos de distintas formas y avanzamos bastante. La Municipalidad nos dio todas las aberturas y los pisos, y el concejal José López también hizo un aporte muy significativo, pero actualmente estamos bastante estancados y justo en un punto en el que nos falta poco para llegar a la meta”.

   Sobre los únicos ingresos con los que actualmente se puede comprar de a tres o cuatro bolsas de cal, de cemento o algunas latas de pintura, Sensini explicó que ella es pastora y que dos días a la semana los que asisten a congregarse en el centro hacen una ofrenda de gratitud a Dios. “Es todo a pulmón últimamente”, reflexionó.

   El hogar, ubicado frente a un espacio NIDO, una vez en funcionamiento iniciará sus actividades a las 8 de la mañana con desayuno, higiene, médicos, asistentes sociales, continuará con recreación, descanso, merienda y los abuelos se irán a las 6 de la tarde hasta con una viandita para sus casas.

   “Acá las puertas estarán abiertas para todo aquel que lo necesite, venga del barrio que venga. Lo único que necesitamos es que sus familiares los puedan traer a las 8 y retirar a las 6 de la tarde. Sabemos de muchos abuelos que quedan solos todo el día y están en muy malas condiciones porque sus hijos o nietos trabajan y no se pueden ocupar de ellos; los vemos en Natán I, por eso estamos preocupados con no llegar a tiempo antes del invierno”, lamentó la directora del lugar.

   Sobre el modo en que mantendrán el equipo de profesionales que trabajarán en el centro, Sensini explicó que la gran mayoría lo hará de forma voluntaria. “No quieren que diga sus nombres, pero ya tengo un médico traumatólogo, una médica clínica, enfermeras y otros que quieren venir de voluntarios. Otros puestos los tendremos que cubrir pagando, pero siempre encontramos la forma”, comentó.

   Sobre los servicios con los que cuenta el espacio, que cuenta con unos 300 metros cuadrados cubiertos y un patio trasero, Sensini explicó que tiene “la trifásica conectada, agua y el gas por ahora en garrafa, pero en el NIDO de enfrente hay conexión de gas así que tal vez pronto podamos traer los caños hasta acá”.

   “Después de la última nota que nos hicieron en el diario recibimos una sola donación. Fue un freezer, de un señor muy amable, muy atento”, recordó Sensini.