Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Ante la crisis, los bahienses ajustan los gastos de distintas maneras

El peso argentino se devaluó en un cien por ciento y casi de un día para el otro la gente debió optar por dejar de lado algunos gustos y algunos gastos que, en ciertos casos, se reflejan en el plato que se lleva a la mesa.

Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

Por Federico Moreno / fmoreno@lanueva.com

   En tiempos de crisis económica como la que vive actualmente nuestro país, son pocos los que pueden atravesarla sin sobresaltos, sin ajustar de una u otra manera sus gastos habituales.

   Dentro de la escala de poder adquisitivo, los recortes que se realizan cuando el dinero ya no vale lo mismo que antes, pueden ser de lo más diversos, ya que si bien están quienes deben reducir los momentos de ocio, en el extremo más perjudicado subsisten aquellos que deben hacer malabares con sus cuentas para llegar a fin de mes.

   Para conocer en detalle cuáles son los hábitos de consumo que forzosamente debieron cambiar los bahienses, en una tendencia que se viene dando desde hace meses pero recrudeció ante la última gran devaluación de fines de agosto, conversamos con referentes de distintos rubros comerciales y de servicios de nuestra ciudad.

   Al igual que la falta de un panorama alentador --o al menos claro--, la preocupación es el factor común de todos los consultados, quienes advierten que pronto las consecuencias serán más notorias, dado que solo los comerciantes de espaldas anchas podrán seguir resistiendo la tormenta.

   Otros rubros, entre optimistas y experimentados, advierten que más tarde o más temprano, la calma, de la mano del acostumbramiento a los nuevos precios, terminará llegando.

“La gente está eligiendo destinos nacionales”

   Mabel Maneiro, titular de la agencia de viajes que lleva su nombre, sostuvo que en su rubro “la gente está eligiendo destinos nacionales” al punto de que “muchos viajes que estaban programados al exterior se han dado de baja”.

   “El grupo de gente que puede seguir viajando al exterior es muy chico, el gran cambio en las preferencias del público se dio cuando el dólar llegó a treinta pesos”, agregó.

   Según explicó Maneiro, los viajes cancelados no corresponden solo a destinos como Europa o el Caribe, por citar dos ejemplos, sino que alcanzaron también a países limítrofes como Chile o Uruguay.

   “Por pocos que sean los dólares que cuestan tres noches en Chile, hubo que modificar el programa porque la gente está haciendo solo la parte de Argentina de lo que era ese paquete. Es que la verdad, un viaje en bus de 20 o 22 mil pesos es mucho para la gente”, analizó.

   La suba del dólar fue tan fuerte que los bahienses prefirieron perder el dinero de reservas de viajes al exterior o en algunos casos dejar abiertos los pasajes aéreos –sujetos a penalizaciones monetarias--, “porque les conviene eso antes que afrontar un viaje que no van a poder pagar”.

   En cuanto a los destinos locales que se vieron beneficiados por la devaluación, Maneiro explicó que “gracias a Dios es una época importante para las salidas como el Norte, Cataratas, Puerto Madryn o Bariloche”, mientras que pronosticó que, al igual que otras veces, “la cosa se normalizará a medida que la gente se acostumbre al nuevo valor del dólar”.

“Ya hay restaurantes que solo abren de jueves a domingo”

    Para el secretario de la Asociación de Restaurantes y Hoteles, Rodolfo Perata, la fuerte caída de la actividad en su rubro se debe al hecho de ser “uno de los primeros afectados ante una crisis porque es un consumo postergable, prescindible”.

   Según el empresario, la merma de clientela ya se nota no solo los días de semana, sino los fines de semana también.

   “Ya hay restaurantes que solo están abriendo de jueves a domingo, cuando antes lo normal era abrir todos los días. También hay reducción de turnos, por ejemplo menos noches de domingo en invierno, y eso también repercute en los turnos que trabajan los empleados”, lamentó.

   Consultado por si la última suba del dólar afectó en los precios de las cartas gastronómicas, Perata manifestó: “que no te quepan dudas de que hubo que subirlos, el agravante es que en muchísimos restaurantes recién a mitad de año hicimos el primer aumento, porque veníamos con precios de 2017, y cuando nos estábamos acomodando un poco se dio la escalada del dólar de agosto y septiembre. Este último aumento ya no lo pudimos trasladar a las cartas, porque si lo hacemos nos quedamos sin consumo”.

   Por último, el secretario de la Asociación explicó que la gente que antes salía a comer cuatro veces ahora lo hace dos, que los que lo hacían dos veces ahora ya no salen, y que los que antes optaban por entrada, plato, bebida y postre, ahora prescinden o de la entrada o del postre.

   “Por supuesto que depende de la propuesta gastronómica que elijas, pero hoy en promedio un adulto no come por menos de 500 pesos”, graficó.

“La gente ya está tarjeteando el día 12”

   Santiago Vecchi provee servicios inmobiliarios y comerciales a numerosos supermercadistas chinos en nuestra ciudad, y explicó que en el sector “se está vendiendo muy poco, sobre todo en marcas y en cantidad”.

   “La gente sigue yendo igual que antes, porque los chinos venden productos de mucha necesidad y están en el corazón de los barrios, pero el cliente que antes compraba berenjena ahora lleva papa, y el que llevaba primera marca ahora lleva segunda o tercera”, afirmó el abogado.

   “El movimiento de gente es el mismo pero hay muchísima menos caja y, al igual que en todos lados, el precio de reposición no es claro, entonces los chinos vendieron mucho hasta que tuvieron que remarcar. Cuando lo hicieron se notó una merma absoluta y las ventas con tarjeta, que antes arrancaban el día 18 o 20, hoy ya se ven desde el día 12 del mes”, analizó.

   Por último, Vecchi manifestó que una medida tomada por los supermercadistas orientales “es comprar en grupo a los distribuidores –pese a lo cual no se consigue mucho descuento--, porque su idea tampoco es remarcar precios y que el golpe lo absorban únicamente los clientes”.

“Hoy el cliente busca la mejor opción”

    El titular de la Cámara del Comercio, Martín Garmendia, explicó que los locales de su sector atraviesan “momento difíciles, gravísimos” y que “el comportamiento del cliente va mutando permanentemente, algo que se debe a la búsqueda de precios”.

   “Hoy el cliente ya no es rehén del comercio, sino que busca la mejor opción, fundamentalmente gracias a la web. La persona está totalmente informada de los valores de los productos antes de salir a comprar”, agregó.

   Sobre si cambiaron los métodos de pago el último mes debido a la fuerte devaluación, Garmendia sostuvo que no poseen estadísticas fehacientes, pero explicó que “hoy los comerciantes que no tienen espalda tuvieron que adelantar las ofertas de temporada porque necesitan el dinero para pagarles al banco y a los proveedores”.

   “El cliente siempre accede al mejor crédito que le ofrece el local al que va, el presupuesto familiar se achicó a niveles --en algunos casos-- de supervivencia”, lamentó el titular de la Cámara.

“Las conversiones de autos a GNC aumentaron en un 80%”

   El presidente de la flamante Cámara de Operadores de Combustibles de Bahía Blanca y el Sur, Fabio Rodríguez, señaló que en su rubro hubo un traslado en el consumo de los clientes de entre un 10 y un 15 % de las naftas premium a las súper, y que mientras que la venta de GNC aumentó en un 7 %, la conversión de vehículos a motores que funcionan con ese gas creció en agosto –comparado con mismo mes de 2017-- en un 80%.

   “En cuanto a las ventas totales medidas en litros, las estaciones citadinas se mantienen estables porque la familia al nene a la escuela lo tiene que llevar igual, pero cayeron las ruteras debido a que en el transporte de cargas el aumento del gasoil impactó muy fuerte”.

   “Esto último va a durar hasta que haya una renegociación de tarifas, fletes y demás, porque actualmente algunos transportistas estaban yendo a pérdida y prefirieron parar el camión”, explicó Rodríguez.

“La gente reaccionó como en la devaluación de 2014”

    Desde la empresa Lucaioli informaron que si bien las ventas bajaron notablemente en la primera semana postdevaluación, entre el noveno y el décimo día comenzó a registrarse un repunte de las mismas.

   “Hicimos un estudio comparando esta última devaluación, que en su peor día fue del 18,8%, y la del 23 de enero de 2014, que fue del 33%, y la reacción de la gente fue muy parecida. En ambas oportunidades se dio una importante retracción durante los primeros siete días y repuntó lentamente desde el noveno o décimo día”, explicaron desde la casa de electrodomésticos.

   Con respecto a los métodos de pago elegidos por los clientes, explicaron que la distribución –entre contado, tarjeta y financiación-- se mantuvo igual que siempre: “por el momento no se dio un traspaso de un medio de pago a otro”.

   “En situaciones como esta, lo que incide muchísimo es la estabilidad en los precios. El cimbronazo te afecta inmediatamente, pero después, si a la gente se le rompe el termotanque, no le queda otra que cambiarlo”, analizaron.

Las estrategias de algunos bahienses conocidos

--Pedro Silberman (médico y decano de Salud de la UNS): “En términos generales reduje el consumo de los servicios, como gas, luz y agua. Tratamos de ser más prudentes y racionales en la utilización, incluso a veces en detrimento del propio confort. También disminuí la compra de ropa, así como las salidas a cenar, que antes eran frecuentes y ahora son espaciadas”.

--Marcos Marchegiani (artista): “Por poner un ejemplo, hace dos años iba a natación y acrobacia, el año pasado hice solamente natación, y este año ninguna de las dos, únicamente salgo a correr para hacer alguna actividad. Lo hago solo, busco tips de entrenamiento y les pregunto a los que lo hacen por placer y no porque no les quede otra como a mí”.

--Nilo Navas (presidente de Fundación Malvinas Argentinas y profesor de Economía): “En casa me impactan los servicios, con números a veces tan abusivos que hacen que la gente empiece a limitarse de una manera fantástica. En la cocina estoy solo con la calefacción de la cocina, en el living con la del living, y así me voy moviendo en compartimientos estancos, no como antes que uno se movía por toda la casa y todos los espacios estaban calentitos”. “Antes iba a Mar del Plata por cuestiones de mi velero escuela cada 15 días y ahora por el precio de la nafta estoy yendo cada 21 días”.

--Julio Acosta (futbolista y dueño de un almacén): “En mi caso ajusté por varios lados: cuido mucho el consumo de servicios, no me compré tanta ropa pese a que me gusta hacerlo y de vacaciones, que por ahí antes nos íbamos toda una semana, ahora fue solo una escapada de un finde”. “Otro tema en el que intentamos cuidarnos en casa es con el uso de los vehículos. Si bien como los usamos para trabajar y tenemos distintos horarios salimos en los dos, ahora hacemos un esfuerzo para coordinar nuestras tareas y salir en uno solo”.

--Federico Harfield (gerente operativo de Bahía Transporte Sapem): “Mi ajuste viene de hace años porque estoy haciendo la casa, que de hecho ahora está en etapa de finalización. Por eso hace años que no me voy de vacaciones ni cambio el auto, cosa que correspondería ir haciendo. De todas formas, recortar esos gastos grandes me permite de vez en cuando darme algunos gustos como comer un asado en familia, salir a algún restaurante o llevar a mi hijo al cine”.

--Carlos Millán (jefe del aeropuerto): “La situación es bastante crítica, hemos tenido que cambiar los hábitos totalmente y muchos lo hemos tenido que hacer de golpe. A cenar prácticamente no salimos más, y te hablo de salir en pareja, ni siquiera en familia. No es que Bahía sea muy caro, es que perdimos poder adquisitivo”. “Con respecto a los servicios también somos muy cuidadodos, hasta procurando que al tele o a la computadora no les queden ni las lucecitas rojas prendidas. Al shopping ya se va cada vez más de paseo y menos de compras, porque hablamos de mucho dinero que se puede usar para otras cosas, como pagar las facturas”, agregó.