Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Viviana Marfil: "Fui cómplice del sistema hasta que un día me rebelé"

Walter Gullaci
wgullaci@lanueva.com
 
Una mirada descarnada plantea Viviana Marfil a la hora de analizar el futuro (¿futuro?) de muchos de nuestros jóvenes.
Desde 2004 se encuentra a cargo de la seccional Bahía Blanca de la Asociación de Trabajadores del Estado, hoy con casi dos mil afiliados.
Allí recaló luego de una intervención del gremio, cuando la delegación incluía a Patagones y Villarino, hoy autónomos.
Esta mujer, ya curtida por años de lucha y mucho temperamento, asegura ser una trabajadora de la niñez. Entonces, invita al recuerdo. A aquellos años en la ya desaparecida Casa de la Madre Sola, una institución provincial que funcionaban en dependencias del Hospital Interzional José Penna.
"Yo era una de las que decía que no había que movilizarse. Estaba equivocada. Fue quizás a partir de la orden de una directora, en la que me exigía no ponerle cuatro cucharadas de leche en polvo en una taza de té a un pibe de 2 años, que hice un click. Me rebelé. Porque si no me rebelaba era cómplice del sistema. A partir de entonces empecé a padecer persecuciones contínuas". 
-Aquel precio, sin embargo, hoy tiene aroma a dignidad,
-¡Ni hablar! Tuve la suerte de tener muy buenas compañeras. Llegué al extremo de que me sentaran sola en una oficina, sin hacer nada, durante ocho horas al día. Tuve que bancarme que amenzaran a madres adolescentes para que no hablaran conmigo, que ni se me acercaran. Las malas de las películas éramos las asistentes sociales. Los equipos de trabajo quedábamos aislados. Y las pobres adolescentes, a la buena de Dios.
-La palabra "cómplice" que utilizaste es muy fuerte.
-Es que por entonces fui cómplice del sistema, de la desnutrición de aquellas madres y de sus chicos. Porque yo acepté durante un tiempo la orden de darles una cucharada de leche en polvo en una taza de té cuando correspondía darles cuatro y que sea nutritivo. Hasta que un día me rebelé.
-¿Presumo que lo peor no pasó en materia de niñez?
-Tenemos un gravísimo problema. Las autoridades están pero en realidad no están. Fijate. Cerraron aquella Casa de la Madre Sola aduciendo que necesitaban el predio que pertenecía al ministerio de Salud, ya que ocupábamos un pabellón del Hospital Penna en el materno viejo, sitio que acondicionamos nosotras, las asistentes. De un día para el otro terminaron con todo. Cuando paso por allí y veo ese espacio usurpado, derruido, me duele el alma.
"Era el lugar donde la piba estaba acomopañada en su decisión de seguir con su embarazo, o de pronto de dar a su bebé en adopción. Muchas veces tuve que contener a jovencitas que habían sido abusadas por el padre o un tío y quedaron embarazadas. Y mientras el abusador permanecía libre ellas pasaban las noches llorando, preguntándose: "¿yo qué hice para estar acá, encerrada?
"Chicas, de pronto abusadas por su padre, que llevan la carga de padecer esa cruz de generación en generación. Y entre lágrimas, preguntar: "¿Cómo le voy a explicar a mi hijo que su abuelo es su padre?".
-Un tema que hoy se inserta en este gran debate sobre despenalizar o no el aborto...
-Cuando escucho a la vicepresidenta Gabriela Michetti hablar con tanta liviandad sobre esta dura realidad, pienso que no tiene idea de lo que es el sufrimiento de esas chicas. 
-Quizás no conoció el barro...
-O no convivió con ninguna situación parecida. Como la de una jovencita que decide en forma muy traumática dar a su bebé en adopción, luego de ser gestado en su panza durante nueve meses. Mirá. Cuando llegan a la sala de partos planteamos que por allí no es conveniente que le muestren el bebé, porque es un momento lacerante para quien decidió darlo en adopción. La verdad es que no quiere verlo. Y lo primero que hacen en un hospital es darle al chico. Entonces padece un triple sufrimiento.
 
Un chico, un paquete...
"Cuando entré a trabajar en la niñez existíía la Ley de Patronatos. A esas instituciones sólo iban los pibes pobres. Si estabas en conflicto de familia, de violencia, pero tenías soporte económico, ibas a un Tribunal de Familia. De lo contrario, caías en un Juzgado de Menores. El juez definía sobre tu vida como si fueras un paquete. Te tenían 8, 9, 10 años adentro de una institución y a los 21 te pegaban una patadita y a la calle. Sacándote de tu entorno, de todo. En esa pelea logramos una ley, la 13.298, que llega a todos lados", sostiene Marfil con tono apasionado. Y sigue...
"Hoy va al tribunal de Familia el chico pobre y el de un nivel socioeconómico mayor. Y deben realizarse todas las acciones para evitar que ese chico ingrese a una institución. Y de ingresar allí, ese ámbito debe otorgarle todas las herramientas para que pueda volver a un entorno familiar apropiado, con ayuda de gente idónea y profesional. Pero lamentablemente este entramado no se pone en funcionamiento. 
"El Tribunal carece de personal, los servicios locales son escasos y apenas trabajan en la urgencia. Los hogares de Abrigo como el de Bahía Blanca tienen apenas seis asistentes para trabajar durante todo el día, y ni siquiera cuentan con una caja chica para desempeñarse. A los pibes se los desarraiga de sus escuelas, cuando deben mantener sus entornos. Si el chico iba a una escuela en White, debe ser llevado a esa escuela y no a otra.
"El Valentìn Vergara se quemó y ninguna gestión volvió a adecuarlo. Pero eso sí, ahora hacemos el anuncio de que vamos a crear el Centro de Recepción y de Contención detrás del Cementerio. Donde no hay colectivos y escondemos a los pibes de la realidad. Lo que tenemos que hacer como adultos es reinsertar al chico de una buena vez a la sociedad".
-Uno percibe, sólo con andar por la calle, que cada vez hay más chicos fuera del sistema.
-Es que cada vez llegamos a menos pibes. ¡Y cada vez somos menos! En el último año se jubilaron 45 personas que se desempeñaban en el ámbito de la niñez y no se cubrió ningún cargo. Compañeras que llevan trabajando cinco años y que siguen siendo mensualizadas".
 
Aquella frase reveladora
-¿Llegará el día en el que los gobernantes de turno inviertan como corresponde en la niñez, en una verdadera red de contención y desarrolllo para los chicos?
-Mmm... No me voy a olvidar jamás de la frase de una psicóloga, cuando realicé el primer curso de acompañamiento terapéutico que se dio en Bahía Blanca: "Si querés crear el mejor ser antisocial decile `no' desde la gestación". ¿Qué significa? No a la comida cuando nace, no al acceso a la salud, no al acceso a la educación, no a la vivienda, no a todo. Y ahí generas el mejor individuo antisocial. Pero nosotros, como sociedad, somos responsables de todo ello. Porque tenemos que estar denunciándolo y no lo hacemos.
-¿En la escuela se percibe con mayor crudeza esa realidad?
-Muchos pibes dejan la escuela porque no tienen cómo llegar o porque tienen hambre. Una institución en la que, en muchos casos, no andan los calefactores, con superpoblación en los cursos, con mobiliarios obsoletos. Acá se pretende limitar para abajo cuando estamos hablando nada menos que del futuro. Y el futuro es el presente. Lo que le estamos dando a nuestros pibes ahora es lo que vamos a cosechar más adelante.
 
Las hijas de la vida
"Soy madre de un solo hijo varón, de 33 años (trabaja en publicidad y marketing), pero él sabe que tiene hermanas de la vida. Yo tengo muchas hijas de la vida que con los años me han hecho comprender que les ofrecí todo lo que pude otorgarles. Y cuando las encontrás en el camino te das cuenta de que, al menos, pudiste sembrar alguna semilla. Adoscentes de 15 años que hoy andan por los 40. Esto no tiene precio. Pero a la vez es terrible. Porque siempre estás en el mismo lugar.
Emergencia sanitaria
1
"En la Casa de Abrigo de Bahía Blanca tenés chicos de 10 a 18 años, de ambos sexos, cuando se debería trabajar con grupos etarios y de género separados. Se traslada a los pibes compulsivamente, violando incluso el derecho a que estudien. Y acá hay un gran responsable que es el ministerio de Desarrollo Social, la autoridad de aplicación de la ley 13.298".
2
"Estamos ya en emergencia sanitaria. Si teníamos casos de Síndrome Urémico Hemolítico con los controles que habìa en el Senasa, con la cantidad de despidos que hubo últimamente ya no hay seguridad sanitaria".
3
"Aprobaron la ley que regula las antenas de telecomunicaciones, cuando especialistas de todo el país dejaron en claro que debìan instalarse pero con menos emisiones, por lo cual no hay casi control en medio ambiente. Desde la vieja usina, el castillo, vuela amianto y asbesto a cuatro manos. Los pibes del bulevard no pueden tener ningún  futuro. En el `78 yo era chica y estaban erigiendo el Polo Petroquímico. Decían que era lo mejor que nos iba a pasar en esta vida. Iba a darle trabajo a todo el mundo, no contaminaba... Así estamos".
4
"Al Estado nacional lo vaciaron con los retiros voluntarios. Entonces proliferaron los quioscos, las ferreterías, los taxis. Ahora quisieron hacer lo mismo y no lo lograron. El retiro voluntario en la provincia de Buenos Aires sólo lo agarraron 350 trabajadores".
 
La más vaga, la más chorra...
Entre otras manifestaciones lacerantes para cualquier mujer, Viviana Marfil dice haber padecido esas expresiones. 
 Pero al contrario de cualquier par suya, la secretaria de la Asociación Trabajadores del Estado a nivel local sostiene que todo ello no la amilana. La fortalece.
¿Te molesta que esté instalado que entre los empleados estatales hay mucho ñoqui, demasiado burócrata o palanqueado por el oficialismo de turno?
-Tengo una ventaja sobre muchos. Yo entré a trabajar en Niñez por un aviso del diario, en 1991. Y siempre fui la peor de todas. Porque cuando entré a cuestionar a la autoridad empecé a ser eso, la peor. Tengo en claro que mi tránsito por esta vida no pasa por arreglar sólo mi pequeño mundo. Soy cristiana y muy creyente. Ante esto voy viendo que si me difaman es porque estoy molestando más de lo debido. Cuando me enfrenté a los de arriba por primera vez me di cuenta que había roto algo. Eran las cadenas del "sí". El siísmo, el "no te metas", son las formas que tienen de dominación para que uno vuelva para atrás. Desde que entré en el sindicalismo soy la más vaga, la chorra, la peor de todas...
"Es un  trabajo de estigmatización que llevó a cabo muy bien la dictadura militar y quedó, parece, para siempre".
-¿Te mortifica lidiar con eso?
-Ya no. Es como cuando me cambié de casa. Me preguntaban con asombro: "¿cómo?, ¿cambiaste de casa?". Y sí, cambié de casa. Yo alquilo... Y si sos mujer tenés doble estigmatización. Porque "por algo llegaste".
-No me vengas ahora con el feminismo porque nos vamos por las ramas...
-Es así, nomás. Lo padecí. ¿Cómo llegué ahí? Y ni siquiera soy linda... Bueno. Llegué por ser una tozuda total.
¡Basta de achique!
-¿Cómo vivís esta etapa de la Argentina donde el mensaje que surge de las autoridades pasa, en ocasiones, más por el achique que por la creatividad para lograr mejores expectativas de empleo?
-Me preocupa la parálisis. Tengo memoria del año 2000. Antes de que los argentinos nos levantáramos y dijéramos "basta", hubo una parálisis similar a la actual. Me la paso mirando detalles como el cierre de negocios, las vidrieras sin luces...
“Recuerdo que cuando empecé en el ámbito de la educación, como portera de la Escuela 50 cuando se inauguró, en plena hiperinflación, teníamos un amigo roticero. 
"Al hombre le pedíamos el pan del día anterior. Con eso y un té los chicos que sabíamos que venían a la escuela con hambre llenaban un poco la pancita. Al menos les dábamos esa viandita a escondidas. Pues estamos volviendo a aquellos días que no voy a olvidar jamás".
-La inflación, el dólar imparable, las tarifas... ¿Cómo se enfrenta con un bolsillo flaco este cuadro temerario?
-Los auxiliares ganan apenas 12 mil pesos. En muchos casos sus compañeros se están quedando sin trabajo por lo que pasan a ser sosténes de hogar. ¿Cómo hacen para nutrir a sus hijos, para que no les falte nada? Deben hacer magia. Se lo que es la desesperación. Por eso no puedo tolerar que algunos gobernantes hablen con tanta liviandad, que nos falten el respeto.
-Al margen de lo económico, de los problema macro, ¿qué es lo que más te desvela Viviana por estos días?
-El Hospital Penna. Porque todos aquellos que se están quedando sin obra social van a caer allí. Eso signiifca que crecerá mucho la demanda de atención y no habrá gente que lo aguante. Ya escasea el recurso humano.
"Pero tampoco existe decisión política para cubrir semejante bache. Hubo 120 jubilaciones en el último año y medio y no nombraron a nadie. Hablan de que vamos a tener una sala de emergencia, pero está claro que sin el capital humano la salud no existe.
"En Niñez no tenemos personal, en educación resultan inexistentes los nombramientos y están cerrando cursos, con mucha gente que queda fuera del sistema, con lo cual tampoco estamos llegando a los pibes. 
"Hablan de la educación como si sólo pasara por la primaria, cuando hay que poner también el acento en la etapa del jardín de infantes y del nivel secundario. Y que sean obligatorios.
"Claro que también surgen otros problemas. Y muy serios. Si el primer piso del Hospital Penna se prende fuego no tiene salida de emergencia. Pero si mañana querés hacer una clínica privada es lo primero que te exigen. Entonces estamos frente a normativas diferentes entre lo estatal y lo privado. Una gran contradicción.
"Si en el Registro Civil de calle Las Heras hay un cortocirtuito, mueren todos adentro. No hay salida de emergencia. En calle Castelli pasa igual. Las escuelas, lo mismo. 
 "Les exigimos a los privados, pero donde nos desempañamos nosotros, no sucede nada... Los paliativos pasan por nuestra buena voluntad".
-¿Esa buena voluntad se simplifica en tapar agujeros en ámbitos en donde el Estado no acciona o se hace el desentendido?
-Por supuesto. Fijate. A partir de los planes Trabajar se comenzó a vaciar el Estado. Mi mamá era personal del Penna. Estaba a cargo del área de Archivo. Cuando entró había 25 trabajadores. Se jubiló hace 14 años. Ya por entonces ninguno de los trabajadores que la acompañaban era del ámbito provincial. ¡Era toda gente con planes, a la que se le prometió que iba a ingresar! Todavía está esperando. Pero sí sirvió para que nos precarizaran.
-¿Sentís la presencia de un liderazgo fuerte en tu gremio?
-Me resulta grato ver al Tano De Gennaro (Víctor) discutiendo con cuatro compañeros en la calle, sin tener a ningún guardaespaldas alrededor. 
 "El solía decir que con Carlos Menem tardamos cinco años en darnos cuenta del desastre. Bueno. Por lo menos ahora, con Mauricio Macri, la gente se está dando cuenta mucho antes. Aunque también hay una gran diferencia... 
 "En la época de Menem iban a privatizar Edes, el gas, la luz, la telefonía... Vos escuchabas en el colectivo: "ahora vamos a tener buenos servicios". Esta vez hablan de privatizar y pocos son los que apoyan. Ahí está el cambio".
-¿Qué será del futuro de Viviana Marfil?
-Obviamente seguiré en la lucha. Lo siento por la gente que me para y me pide que no afloje. Hay que seguir discutiendo para no ser cómplices. Es la única forma de cambiar la realidad. Los chorros pareciera que están en la Unidad Nª 4, pero los verdaderos son los que nunca van presos. 
"Yo no me olvido más que Menem voló un pueblo entero. Está condenado y sigue sentado lo más campante en el Senado".