Monumento a la Bandera

Redacción de La Nueva.

contenidos@lanueva.com

Hacia fines de 1811, argentinos y españoles luchaban al amparo de la misma bandera. Correspondió a don Manuel Belgrano el honor de hacer flamear por primera vez la bandera argentina, con los colores que había adoptado el Cuerpo de Patricios durante las invasiones inglesas y que en la mañana del 25 de mayo los patriotas volvieron a usar como insignia distintiva. El Triunvirato había mandado construir baterías en las costas de los ríos Uruguay y Paraná, con el propósito de cerrar el camino a la marina española, al frente de las baterías del Paraná estaba el general Belgrano. Próximo a las barrancas del Rosario, el general bautizó dos baterías con los nombres de “Libertad” e “Independencia”. 
   Y es en ese lugar donde tras un largo y arduo proceso, el 20 de junio de 1957 se inauguró oficialmente, en la ciudad de Rosario, el Monumento Nacional a la Bandera, majestuoso complejo histórico, el más caro a los sentimientos de todos los argentinos y fiel tributo a nuestra enseña patria. La parte más importante del monumento es la torre central. Su diseño sugiere una nave imaginaria que avanza en el mar de la eternidad hacia sus mejores y más grandes destinos. La nave se abre paso majestuosamente y su elevada y cortante proa separa enormes olas a la derecha e izquierda, sobre las cuales descansan dos colosales dioses del agua: el Océano Atlántico y el río Paraná. Esta nave es la Patria, guiada por la Patria Abanderada y por la Patria de la Fraternidad y el amor. 
   La cripta del general Manuel Belgrano contiene la figura del prócer, enmarcada en un significativo juego de luces celestes y blancas. No guarda sus restos, pues el prócer pidió descansar en la iglesia de Santo Domingo de la ciudad de Buenos Aires, poco antes de su deceso el 20 de junio de 1820. En nombre de su creador, honremos nuestra bandera, que nos distingue de las demás naciones del mundo. Debemos sostenerla de un modo digno, con la unión, la constancia y el exacto cumplimiento de nuestras obligaciones, teniéndola siempre como modelo, conservándola libre de enemigos y traidores, porque es la herencia de un pasado que nos honra.
Nancy Dosio
por Reafirmación Histórica
Bahía Blanca