Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Moradas confortables

por Mario Minervino

Hace 107 años, en junio de 1911, este diario publicó una ilustración anticipando la construcción de una “morada confortable” por parte del vecino Apolinar Banuelos, en terrenos de su quinta La Floresta, detrás del parque de Mayo.
No era un lugar particularmente atractivo el elegido por Bañuelos para levantar su vivienda familiar.
Por un lado, por estar “atrás” del parque, por entonces un área pensada para funconar como barrio parque y cuyos primeros lotes había salido a la venta unos meses antes. 
Era en parte un descampado, “camino a la cárcel”.
Sin embargo, Bañuelo pretendía con la obra dar impulso al desarrollo del barrio aledaño, cuyo loteo había sido iniciado en 1907, con el nombre de Villa Floresta.
El palacete Bañuelos fue diseñado por el arquitecto catalán Joaquín Saurí, radicado en nuestra ciudad en 1906, quien propuso una novedosa concepción que se apartó, según un comentario de la época, del “estilo único”, pasando a “la pulcritud sencilla de la línea y a la armonía equilibradora del detalle”.
La obra seguía lineamiento art nouveau, novedoso para la ciudad y muy del gusto de Saurí, aunque en ese momento se la mencionó de estilo “Luis XIV modernizado”. 
El palacete fue ocupado poco tiempo por la familia Bañuelos, debido a la temprana muerte de su propietario. 
Fue adquirido luego por Jaime Yankelevich, el hombre fuerte de la radiotelefonía argentina, quien instaló allí la estación transmisora de LU2 Radio Bahía Blanca, emisora de la que fue propietario.
En 1949 fue comprado por Sociedad Sportiva, luego de que a esa entidad le expropiaran sus instalaciones de la avenida Alem para donarlas al complejo del Instituto Tecnológico del Sur, luego reconvertido en la Universidad Nacional del Sur.