Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Patagones: ¿por qué los jabalíes quedaron en el centro del debate?

La Provincia autorizó la caza plaguicida de la especie en el distrito, pero la comuna no la reglamentó. Cazadores, productores y asociaciones proteccionistas tienen otras posturas. La comercialización tampoco está regulada.

La carne de jabalí se vende a $ 80 el kilo. / Fotos: La Perdiz Roja y Archivo La Nueva.

Anahí González / agonzalez@lanueva.com

   La autorización de la Dirección de Flora y Fauna bonaerense de la caza del jabalí, o chancho cimarrón, hasta diciembre del corriente año en el distrito de Patagones, derivó en la necesidad del municipio de reglamentar la práctica, y así atender las voces de los distintos actores involucrados.

   Si bien la caza del jabalí es una práctica que se viene realizando sin regulación desde hace más de 30 años, la intervención de la Provincia obligó a las autoridades locales a intentar avanzar en dar orden a una cuestión en la que hay muchos intereses y miradas enfrentadas.

   Por un lado, están los productores que tienen la plaga en su campo y se sienten afectados en su producción. También están aquellos a quienes el jabalí no les resulta perjudicial y prefieren no autorizar la caza en sus campos, para evitar situaciones irregulares como el abigeato.

   Por otro lado, están los cazadores, muchos de los cuales utilizan la venta comercial de la carne de jabalí como medio de vida. En otra vereda, se encuentran los proteccionistas de animales que están en contra del uso de perros para la caza.

   El debate comenzó en el Concejo Deliberante merced al anteproyecto de ordenanza presentado por el edil Julio Constantino. En este marco, los primeros en ser convocados fueron los productores rurales y especialistas de la Universidad de Río Negro para abordar el tema del consumo y comercialización de la carne y los aspectos sanitarios. 

   El próximo martes concurrirán los cazadores del distrito, recientemente nucleados en una Asociación y, más adelante, se escuchará la voz de los proteccionistas. “Estamos dando los primeros pasos para la reglamentación de la caza. No es tarea fácil, pero el debate no podía postergarse. Hay diferentes intereses y hay que regularlos. Había que escuchar a todas las partes”, dijo el concejal Constantino.

“Cada uno debe elegir qué hacer en su campo”

   Santiago Cévoli, presidente de la Asociación Rural de Carmen de Patagones, aseguró que los productores están a favor de la caza de los jabalíes, porque para muchos establecimientos rurales representan un problema, pero solo si se realiza en el marco de una reglamentación adecuada.

   “Este es un problema que tiene el productor, por lo tanto, es él quien debe decidir si quiere, o no, contratar a alguien, dar la autorización para que una persona ingrese en su campo con determinadas condiciones”, dijo.

Santiago Cévoli, de la AR de Patagones.

   “Hay gente que tiene cría vacuna y el jabalí no le afecta en su producción, y no quiere que alguien entre a su campo a cazarlo. Y tenemos que respetarla”, indicó.

   Los productores se quejan de que algunos cazadores autorizados para cazar en determinado campo —y otros furtivos— terminan cazando en los caminos rurales, algo que no está permitido. En este sentido, exigen una urgente regularización.

   “Queremos que la caza sea bien instrumentada, que sepamos quién va a hacerla, qué día y horario y que se informe a la patrulla rural. También para cubrirnos del abigeato”, indicó.

   Cévoli indicó que hoy existen hay muchas “zonas grises” y ni siquiera es claro en qué condiciones es debido, o no, comercializar las piezas obtenidas.

   Por otra parte, se manifestó en contra de la caza con perros, que es la modalidad más habitual entre los cazadores del distrito, ya que los canes se guían por el olfato y llevan a los cazadores hasta la presa. Luego atacan al jabalí en manada, dando mordidas por todo el cuerpo, y permitiendo que el cazador remate al animal.

Sector de campo en Patagones, hábitat del jabalí.

   “Los perros son un problema porque se pierden, se quedan en los campos y cuando no encuentran un jabalí, agarran un ternero o una oveja ¿quién se hace responsable de esta pérdida si el perro no tiene identificación?”, dijo.

   De la reunión en el CD también participaron representantes de la Rural de Stroeder y Villalonga. 

   “Tenemos más de 160 socios y hay 200 activos; la opinión es generalizada. El jabalí está, el perro también y todo esto es un problema para el productor”, indicó.

   “La carne de jabalí es muy rica. Se vende a 80 pesos el kilo, más de lo que nos pagan por la carne de novillo. Es un recurso importante y tiene proteínas de primera calidad. Sería importante poder comercializarla, pero hoy en Patagones no están dadas las condiciones”, declaró. 

La comercialización clandestina

   La faena de la carne y la comercialización se realiza en un marco clandestino, ya que no hay organismo gubernamental que regule el aspecto sanitario.

   Muchos cazadores realizan rectificaciones con veterinarios para descartar que los animales sean portadores de alguna enfermedad, pero esto es merced a la buena voluntad y conciencia.

   El edil Julio Constantino (Cambiemos) no negó esta situación, e indicó que el CD convocó a especialistas de la Universidad de Río Negro para abordar lo inherente a la cuestión sanitaria de la comercialización de la carne.

   “Nos hablaron del tipo de enfermedades que trasmite el chancho jabalí, y no solo la triquinosis. Hay 8 o 9 enfermedades de la que son portadores”, sostuvo.

   “Hay que hablar del lugar de la faena, tratar de tener un sitio que conforme a las partes. Hay que regular este aspecto para lograr los comunes denominadores”, dijo.

Julio Costantino, concejal de Cambiemos.

   Constantino remarcó que todos los sectores ven la necesidad de darle un marco formal a algo que, hasta ahora, históricamente estaba naturalizado en el distrito. “De chicos se salía a cazar con el arma en un vehículo de forma natural. Hoy, las condiciones sociales, económicas y culturales han ido cambiando y la cuestión requiere otro tipo de análisis y de tratamiento”, dijo.

   “Debemos intervenir para que aquellos sectores más desposeídos, que ven en la comercialización la posibilidad de un ingreso, obtengan algo y, a su vez, propiciar no perjudicar a los demás sectores y proteger la vida en general”, destacó.

   Los cazadores son quienes comercializan la carne y, en algunos casos, el mismo productor los faena y realiza pequeñas comercializaciones. “Con este proyecto se generó el debate y se está discutiendo. Está el tema instalado y eso, de por sí, es positivo”, dijo.

   “Tenemos una posición neutral. Nos toca el rol de consensuar con los distintos actores para llegar al mejor resultado, siempre dentro de los marcos legales y resguardando la seguridad para la población”, dijo.

La postura de los cazadores

   Alberto Huinca, cazador que reside en Viedma, realiza esta práctica desde hace 30 años. Indicó que hay unos 130 cazadores en el distrito de Patagones y que la intención de la Asociación de Cazadores, que se creó recientemente, es regularizar la actuación de cada uno y ser un respaldo.

   “Es impresionante la cantidad de chanchos que hay. Hemos visto cuadrillas de 70 como si nada. Cada chancha tiene siete lechones por parición. Suponiendo que críen cinco, en cada ocasión, en diez chanchas, tenés cien jabalíes más por año”, dijo.

   Indicó que el mejor momento para la cacería es de noche, porque es cuando el animal sale a buscar comida y agua y contó que, en su cacería más efectiva, logró cazar 7 ejemplares. Otras noches la caza es nula.

   “Hoy tenemos la libertad de cazar con perros y no está estipulado con cuántos canes podemos realizar la cacería. Esas son las cuestiones que debemos poner en orden. Queremos llevar tranquilidad a los productores, y nosotros queremos también poder ir al campo y transitar libremente en la extensión en la que estemos autorizados. Queremos exponer nuestras inquietudes y contar desde la experiencia cuál es nuestra manera de cazar”, dijo.

   Aseguró que los cazadores suelen llevar siete u ocho perros, ya que el jabalí es un animal muy agresivo y peligroso. Los canes suelen ser una cruza entre dogo argentino y gran danés. Una vez que los perros atacan a la presa, los cazadores la sostienen y la ultiman con una puñalada. 

   “Toda la vida se practicó esta cacería con canes. Nosotros vamos a exponer nuestra posición, porque si se hace de otro modo no sería un verdadero control de plagas”, comentó Huinca.

   “Somos 130 cazadores en el partido y solo unos 20 de ellos tienen armas. Si los cazadores no tienen perros, van a tener que armarse. Imagino que el Estado lo que menos quiere es armar al pueblo, obligar a la gente a armarse. Ahí aparecerían terribles problemas”, añadió.

   Expresó que los dueños de cada campo deberían determinar si quieren o no que en su establecimiento entre un cazador con perros o sin ellos. “La idea es poder controlar todo lo que hace el perro mediante collares con GPS. Es una de nuestras propuestas y, además, poder nuclear a los cazadores para que estén en regla y evitar situaciones no deseadas”, remarcó.

Mecanismo de defensa

* En las rutas: Otro problema es el que ocasiona los chanchos en las rutas, ya que se cruzan y ocasionan accidentes. Al no ser un animal autóctono, no tiene un depredador natural y cuanto más se lo ataca, más se reproduce, como un mecanismo de defensa. El puma ataca a las crías, pero no se acerca a los chanchos grandes.

* Los más afectados: Son los productores ovinos y quienes tienen sembradíos cerca de las localidades de Villalonga y de Juan A. Pradere, con riego y cultivo intensivo, porque los jabalíes entran y se alimentan de los cultivos.

* Plaga: El 26 de junio del año pasado, la Dirección de Flora y Fauna declaró plaga a los jabalíes y autorizó la caza plaguicida de esta especie en el territorio más austral y extenso de la provincia, donde se estima que, hoy, conviven unos 30 mil ejemplares. Este año, se dispuso que la caza podrá realizarse hasta el 31 de diciembre venidero.

La disposición de Flora y Fauna

* Solicitud: Los intendentes José Luis Zara, de Patagones y Gustavo Cocconi, de Tapalque, solicitaron la caza plaguicida del jabalí, o chancho cimarrón. Así, se autorizó  en estos distritos hasta el 31 de diciembre de 2018. 

* Leyes: Agroindustria, a través de la Dirección  Provincial de Fiscalización Agropecuaria, Alimentaria y  de los Recursos Naturales, tiene a su cargo coordinar y conducir  programas de control y fiscalización de actividades cinegéticas,  ejerciendo la potestad fiscalizadora mediante la aplicación de las normas legales vigentes (leyes Nº 14.803 y 14.805).

* Bioseguridad: Como el jabalí es una especie exótica invasora y ocasiona perjuicios y daños en la producción agropecuaria, los municipios deberán contar con las medidas de bioseguridad pertinentes para la realización de la actividad autorizada.