Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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El puntaltense que quiere darle vuelta a la Argentina y sacarle solidaridad

Pablo Pérez y su compañera de viaje Julia García (madrileña) recorrerán las rutas 3 y 40, llevando sonrisas y donaciones a los más necesitados.

Por Gustavo Pereyra / gpereyra@lanueva.com

   Ayudar en el camino. Esa es la propuesta de Pablo Pérez, un puntaltense de 43 años que hace 15 que vive medio en Mallorca (España) y medio viajando por los rincones más inhóspitos de África, llevando sonrisas y donaciones de la gente.

   Ahora, junto con su compañera de viaje Julia García (madrileña) quiere darle vuelta a la Argentina con el mismo fin.

   "Queremos iniciar el viaje en octubre, salir desde Pehuen Co hacia Ushuaia por la ruta 3, subir hasta la Quiaca por la mítica ruta 40 y volver. Queremos llegar hasta los pueblos más necesitados en el camino para repartir sonrisas y materiales escolares, deportivos y de ortopedia, alimentos y gafas", le contó Pablo a La Nueva.

   Para quienes quieran colaborar, crearon una campaña de recaudación de fondos en gofundme.com/desafio-ruta-40-el-viaje-solidario, donde se puede donar desde 10 euros (menos de 300 pesos argentinos) y lo recaudado prometen destinarlo al material que repartirán a lo largo del camino, a la comida y bebida que ofrecerán durante las funciones de cine nómada y para el combustible.

   "Seguimos trabajando para recaudar fondos. Julia ha estado en el Instituto de Formación Profesional Juniper Sierra dando charlas y los chicos se han ofrecido a hacer service pre ITV [la verificación técnica vehicular española] y lavado de coches. Lo generado es para el proyecto. También estamos organizando conciertos solidarios y habrá merchandising del viaje y artesanías para seguir sumando", contó Pablo.

   El recorrido también sigue su evolución, ya que los miembros del equipo se contactaron con escuelas rurales, sitios de ayuda y contención de niños y tienen varios puntos voluntarios donde recoger la ayuda que destinarán a los más necesitados.

   "Seguimos buscando puntos de interés como ONGs, orfanatos, más escuelas rurales o pueblos alejados", agregó.

   "Y nuestro socio de viaje será un vehículo antiguo —cuenta Pablo—. Tenemos varias opciones y seguimos buscando la que más se adecue a las necesidades: nuestro amado Jeep Ika, una Estanciera que necesita mucho amor, una Land Rover que lleva una lagrima de nostalgia de nuestros andares por África, una Rastrojero orgullosa de ser argentina, un Peugeot 404 que más que una herencia es un gesto de rebeldía con los que no creen, y una voluntaria La Merche Caravana, un cañito (solo para entendidos) listo para hacer kilómetros y con ansias de fabricar recuerdos."


   Por su raíces. La fundación de Pablo se llama Mi Abuelo Paulo. “Gracias a mi abuelo materno estoy viviendo en  Europa", dice Pablo. Su nono Paulo Ilacqua llegó de Sicilia y en Argentina trabajaba como florista. "Esta forma de vida es un modo  de agradecerle por su sacrificio y esfuerzo”, cuenta.

   Pablo vive en el campo. “Estoy volviendo a llevar una vida como la de antaño. Tengo un huerto y animales. Pero no estoy establecido. Vivo medio año en Mallorca y la otra mitad viajando. Quiero recorrer el mundo.”

   Aventuras solidarias. El año pasado, él y Julia cruzaron de Mallorca a Senegal (África) para hacerle llegar una camioneta Land Rover a la ONG Dentistas sobre ruedas. “Somos dos apasionados de la solidaridad y decidimos unir fuerzas y ver cómo nos va juntos”. En el año 2016, llevó su cine nómada y cocina a Marruecos, al desierto del Sahara occidental y a Mauritania. “Cocinarles pizza a los chicos en esos poblados aislados era muy raro, no la conocían. Yo me puse mi nariz de payaso y nos reímos un rato”.