Renuncia Vergara

Redacción de La Nueva.

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por Mario Minervino

Hace 90 años, el 9 de mayo de 1913, renunció a su cargo de intendente municipal el doctor Valentín Vergara, uno de los vecinos que desde la política más hicieron por Bahía Blanca.
Nativo de la ciudad de Diamante, Entre Ríos, se instaló en nuestro medio en 1905. 
Pronto se involucró en el movimiento social bahiense y en 1911 fue designado intendente municipal. 
Desde ese puesto, demostró dos de sus grandes virtudes: la ejecutividad y la concreción de obras.
Pavimentó 350 cuadras, incluidos los caminos al cementerio y al puerto comercial; licitó el primer barrio obrero de la Provincia, levantó los mataderos municipales, proyectó las obras cloacales, convirtió en plaza pública el corralón municipal de Moreno y Tucumán (hoy plaza Pellegrini) y trazó la avenida Centenario (hoy Urquiza). 
A ello hay que sumarle la concreción del Teatro Municipal, para lo cual instrumentó su idea de emitir bonos y convencer a decenas de vecinos para que los suscribieran. 
Al renunciar, su labor fue valorada inclusive desde diarios porteños. “La administración del intendente Vergara ha sido excepcionalmente fecunda. Desarrolló desde el primer día una gestión eficaz, de una probidad absoluta”, publicó “La Prensa”.
Pese a no ambicionar cargos, su capacidad le permitió crecer dentro de la política. 
Fue diputado nacional y, en 1926, asumió como gobernador electo de la provincia de Buenos Aires.
Valentín Vergara murió joven, a los 51 años de edad. 
Hacía cuatro meses que había terminado su mandato en Buenos Aires y se disponía a reintegrarse a su estudio de abogacía en nuestra ciudad. 
La Escuela Nº 2, de Vieytes 51, lleva su nombre.