Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Matías Soto Torres: “Ahora priorizo a mi familia, quiero estar cerca de ellos”

El creativo volante realizó una pausa en su vida, levantó la cabeza, observó el panorama y tomó la mejor decisión. 

Foto: Rocío Zabalza.

Por Kevin Di Donato/ Especial para La Nueva.   

   Con el número 10 en su espalda, Matías Soto Torres manejó los hilos de Liniers en la victoria de ayer ante San Francisco, por 4-1 en Villa Italia.

   El Chivo, que había comenzado perdiendo, con gol de Marcos Montenegro a los 3 minutos del pitazo inicial, lo dio vuelta por intermedio de Tomás Onorio (en 2 oportunidades), Julio Acosta y Blas Valcarcel.

   Justamente Soto Torres fue quien asistió a Onorio en el empate del albinegro, con un pase cruzado característico de un jugador de otra categoría.

   Pero entonces... ¿por qué Liniers?

   “Es una situación muy particular. Mi señora (Alejandra) es de acá y está estudiando. Y como estoy viviendo cerca del barrio, por intermedio de un amigo en común, arranqué y desde que llegué me trataron muy bien. Estoy disfrutando”, analizó.

   Pero no solamente su pensamiento en la cancha ha sido determinante para un chico, que a los trece años, debió dejar a su familia y su casa, en la remota localidad de Trevelin, para emprender la concreción de un sueño.

   “Lo más feo del fútbol es estar lejos de mi familia. Casi siempre me ha tocado estar alejado, soy del sur. Desde los 13 años empecé a jugar en la CAI y siempre me quedaba lejos mi casa. Iba solamente en las fiestas, eso me costó mucho”, sostuvo.

   No obstante, los talentosos suelen realizar una pausa, pisarla con la suela y mirar el panorama para poder decidir.

   Hoy, aquel escurridizo enganche que supo deslumbrar en sus inicios, no está dispuesto a alejarse de su nueva familia. Junto con Alejandra, están esperando una nena. Serán padres por primera vez.

   “Tenemos fecha para el 10 de julio. Estoy al tanto de que, probablemente, el final del Torneo Apertura coincidirá con una fecha cercana al nacimiento. Ojalá que venga con el pan bajo el brazo", manifestó ilusionado.

   Eso sí, si hay dos compromisos ese día, Liniers deberá esperar.

   “Si un domingo tengo que jugar la final y mi mujer está internada, seguramente voy al nacimiento. Si no, me matan, ja”.

(Esta nota también puede ser leída en la edición impresa de La Nueva.)