Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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El libro de Kaltenbach: cuando las sierras tienen un poeta que les escriba

Ven la luz las vivencias de más de 50 años de experiencia en el periodismo radial.

Oscar Kaltenbach, el escritor serrano. / Fotos: Archivo La Nueva.

Guillermo D. Rueda
grueda@lanueva.com

   —¿Qué esperás para hacer un libro Oscar?
   —¿Un libro? ¿para escribir qué?
   —Y... qué sé yo. Poné lo que decís por la radio.

                  *****
   El diálogo es real.

   Más real aún es ver las consecuencias de la charla y poder embarcarse en algunas de las 40 historias —relatos o vivencias— que, a lo largo de más de 50 años en el periodismo radial, Oscar Kaltenbach, el denominado poeta de las sierras, se reflejan en su primer libro, Desde mi Ventana, que fue presentado este viernes en la localidad de Sierra de la Ventana.

   “Tenía miles de historias, todas ellas prolijamente desordenadas en la computadora con una suerte de referencia con machetes. Para el libro tomé las que consideré más relevantes de acuerdo con el momento anímico de entonces”, recordó.

   Pero todo tiene una previa.

   “Yo era corresponsal del diario La Nueva Provincia, pero me daba trabajo escribir, porque el periodismo gráfico es más formal y lleva mucho tiempo. Además, no siempre había espacio en las páginas de Regionales”, dijo.

Kaltenbach siempre se inspiró en el paisaje serrano.

   “Para la radio, LU2 Radio Bahía Blanca, me llamaron un día para hacer un boletín ante la inminencia de la temporada de verano y al final terminamos hablando de otras cosas. Lo que hacía era para promocionar a Sierra de la Ventana. Ahí mismo dejé de mandar notas al diario y me dediqué de lleno a la radio”, relató.

   “De los 50 años que estoy en radio, nadie jamás me dijo cómo tenía que mandar las notas, ni qué temas abordar. La posibilidad de hacer la agenda habla de una gran libertad de esta profesión, al menos en mi caso”, sostuvo.

   La radio sigue siendo su pasión, a tal punto que todos los viernes, por la tarde, sale al aire por LU2 con Florencia Albanesi.

“Para mí es más fácil decir que las nubes están gordas, despeinadas, con ruleros y coqueteando con el sol en lugar de afirmar que el día está nublado”, dijo Kaltenbach.

   Kaltenbach —hoy con 78 años— comenzó su carrera siendo corresponsal del diario en 1962, luego de hacer el servicio militar en el Hospital Militar de Bahía Blanca.

   Si bien nació en Olavarría (“por accidente”, aclaró en forma enfática) y existió la posibilidad de marcharse, su destino ya estaba ligado a una pujante localidad serrana que, por entonces, tenía 580 habitantes estables.

   Consiguió dos trabajos que, en función de la experiencia posterior para el relato de historias y de vínculos personales con actividades comunitarias, serían cruciales.

   Por un lado, tras su formación en el Colegio Don Bosco de Bahía Blanca, fue docente en el Instituto Secundario Fortín Pavón de Saldungaray. Por otro, ingresó como cadete en la Cooperativa Eléctrica de Sierra de la Ventana, donde fue escalando hasta llegar al cargo de gerente.

   “Creo que era momento de hacer algo diferente. Entendí que la docencia y la dirigencia cooperativa eran ciclos cumplidos y así me dediqué al rubro inmobiliario”, sostuvo Kaltenbach, en la previa de una jubilación que llegó en este abril y fue decisiva para encarar el proyecto de escribir un libro.

   “¿Cómo me considero? Historiador no, porque no me gusta repasar la historia. A mí me dicen poeta de las sierras, pero no sé; es muy presuntuoso”, añadió.

   “Cierto es que me resulta más fácil decir que las nubes están gordas, despeinadas, con ruleros y coqueteando con el sol en lugar de afirmar que el día está nublado”, dijo el escritor.

   “Me salió así describir el cielo en ese momento. O 'el sol, como gato manso, se apoyó en el sillón sin pedirme permiso'. Son flores para un relato”, explicó.

   “No soy poeta porque no me sale ningún verso. Hice dos, pero fueron circunstanciales”, indicó Kaltenbach.

   “A propósito, mi maestra de primaria me dijo alguna vez que tenía esperanzas de que anduviera bien con los números, pero no con las letras. Pero se dio así; yo no lo sé explicar”, aseguró.

   Los relatos contienen lo que uno espera de vivencias, travesuras, historias breves —y no tan breves— y un repaso transversal del devenir serrano en los últimos años.

   “Los primeros que me alentaron a escribir el libro fueron mis tres hijos (Diego, Ramiro y Flavia), así como mi esposa (Bettina). Me dijeron que se podía llegar a leer. Y una prueba de eso es que, antes de la presentación en las librerías, la editorial ya había vendido 100 ejemplares vía online, algunos de ellos a otros países”, afirmó.

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   “(...) Un jardín sin jardinero. Un templo sin torres ni campanarios.

   Algo de eso es mi ventana, comarca al natural y al desnudo, sin revoques ni maquillajes. Especial para el que sale al encuentro de la paz. Es posible que allí la encuentre. Sobre todo si cuenta con la sensibilidad suficiente como para saber disfrutarla y valorarla” (...).

   De Oscar Carlos Kaltenbach, extraído del capítulo Mi ventana, de la página 189 del libro Desde mi Ventana.

“La sagacidad del escritor juega con las letras”

    El libro Desde mi Ventana, de Oscar Carlos Kaltenbach, fue publicado por la Editorial Dunken, de CABA, en octubre del corriente año.

   "Su lenguaje vivaz, coloquial, enfático y expresivo lo identifican como un hombre con evidente influencia en radio (...) y con la finalidad didáctica propia de un docente", dijo la profesora Mariela Aramberri, en la presentación de la publicación.

   "(...) Los recursos estilísticos son variados. Las informaciones precisas, concretas, se hallan acompañadas por descripciones y adjetivos simples, donde la sagacidad del escritor juega con las letras y atrae al lector (...)", agregó Aramberri.

LU2, fuente de inspiración

   Desde mi Ventana contiene 200 páginas, con ilustraciones de Patricio Pedro Barret; la recopilación y adaptación del material fotográfico de Darío González y el aporte de historia de la profesora Marcela Willich.

   Un agradecimiento especial realizó Kaltenbach a la emisora LU2 Radio Bahía Blanca, como una fuente de inspiración para sus relatos en 50 años.