El Maldonado cobra vida
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Mario Minervino / mminervino.lanueva.com
Hace 69 años, en diciembre de 1949, comenzó la reapertura del arroyo Maldonado en el interior del Parque de Mayo, cerrado cuatro décadas antes.
El cierre del brazo del Maldonado en el paseo fue parte del proyecto llevado adelante por inversionistas que, en 1906, diseñaron en el conocido bañado de Jiménez el barrio parque Adornado y el parque Municipal.
Dado que el Maldonado era el brazo auxiliar natural del arroyo Napostá cuando éste desbordaba su capacidad por las lluvias serranas, su cierre agravó las inundaciones que por décadas asolaron a nuestra ciudad.
Era común --desde principios del siglo-- que cada lluvia en las sierras, lugar de nacimiento del Napostá, convirtiera al propio bañado en un lago y que el agua buscara la avenida Alem hasta llegar, en algunos casos, al centro de la ciudad.
Casi 40 años demoró la solución del problema, hasta que en 1945 la Dirección de Hidráulica de la provincia atendió el tema. Primero se profundizó el cauce del Napostá y en 1946 llegaron técnicos para iniciar el relevamiento y nivelación del Maldonado, debiendo incluso desalojar a decenas de familias que habían edificado sus viviendas en las tierras del brazo cegado y, aprovechando la humedad natural del suelo, desarrollado quintas con buenos rindes de acelga y otras verduras.
En 1949 comenzó las canalización del Maldonado (6 kilómetros) y del Napostá (12 kilómetros), obras que incluyeron la ejecución de losas de hormigón en fondo y taludes.
El trabajo quedó terminado a principios de 1950 y el canal afrontó su prueba de fuego en julio de 1955, cuando importantes lluvias en las sierras ocuparon casi la totalidad de su capacidad.
La reapertura del Maldonado, y su canalización junto con la del Napostá, puso punto final a las inundaciones.