Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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CON LAS FORMAS DEL AYER. El mejor de todos, en el Tomás

Name Takla, el anteúltimo en caer ante Fischer.

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

Hace 47 años, en noviembre de 1971, se presentó en Bahía Blanca el ajedrecista Robert “Bobby” Fischer (1943-2008), una de las más extraordinarias figuras del denominado juego-ciencia.
Poco antes de enfrentar al campeón Boris Spassky por el título mundial, Fischer aceptó la invitación del ministerio de Bienestar Social de nuestro país, para recorrer distintas ciudades del interior como una manera de promocionar el ajedrez. 
El juego se había revitalizado con el encuentro Fischer-Petrosian, disputado pocos meses antes en Buenos Aires.
“Bobby” Fischer era, a sus 28 años de edad, una verdadera figura, con un áurea de misterio y leyenda sostenida por su innegable calidad, pese a no haber estudiado jamás ajedrez.
Por otra parte, era el primer estadounidense que enfrentaría a un ruso por el cetro mundial, en una época donde la guerra fría abarcaba todos los aspectos.
Fischer llegó a Bahía acompañado por los maestros Miguel Quinteros y Miguel Najdorf, para cotejar con veinte jugadores locales y de la región. 
La cita fue en el estadio Norberto Tomás, del club Olimpo, en avenida Colón y Angel Brunel. 
Entre los rivales se contaban Emilio Ramírez, Jorge Sabas, Rubén Cuadrado, Jorge Liébana, Name Takla, Leónidas Piaggio y Javier Palermo.
Las simultáneas comenzaron a las 21.15, y a las dos horas y 40 minutos, caía el último contrincante, estampando Fischer un categórico 20 a 0. 
Sin mantener contacto alguno con la prensa, tras una comida en el Centro Ex Alumnos de Don Bosco y siempre con su tablero a cuestas, partió rumbo a la ciudad de Mar del Plata.
Ocho meses después, en julio de 1972, Fischer jugaba en Islandia el llamado “match del siglo”, despojando a Spassky del título mundial.