Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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La sentida pérdida de una pequeña (gran) obra de arte

Casilla de señales de Sarmiento y las vías: el final menos merecido.

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

 

Un incendio intencional ha terminado, el pasado jueves, con la centenaria existencia de una casilla de señales construidas a fines del siglo XIX por el Ferrocarril del Sud, como parte de su equipamiento ferroviario en la línea férrea entre Plaza Constitución y nuestra ciudad. 

La estructura de madera, uno de los primeros modelos mundiales de construcción en seco, prefabricada, se ubicaba en calle Sarmiento y las vías, casi escondida e ignorada. Sin molestar a nadie, como parte de un paisaje ferroviario que altísimo valor arquitectónico, cultural e histórico.

Esa casilla construida con una función específica, anunciar el paso de una formación, bajar las barreras, dar paso al tren, ha quedado desactualizada en su uso, pero es parte de una estructura funcional pionera en materia de imagen corporativa, ligada a la historia del ferrocarril en la Argentina, una verdadera obra de arte en su rubro, utilitaria y portadora de una nueva manera de generar arquitectura.

Son edificaciones que se valoran y miden con otors parámetros. No es una casilla de madera. Como tampoco se pueden minimizar los 24 por 33 centímetros que mide la pintura Persistencia de la memoria de Salvador Dalí.

Ni siquiera es cuestión de escala. Los destruidos-arrasados galpones del Noroeste, las abandonadas usinas de Ingeniero White y otros bienes ferroportuarios abandonados a su suerte pueden impresionar más por su volumen. Esta casilla incendiada en calle Sarmiento, que se suma a otras tantas también vandalizadas en la ciudad, significa una pérdida patrimonial relevante.

Que merece más que una mirada al pasar o un lamento lateral. Es parte de la memoria cercenada, de una riqueza cedida, de una historia resignada.