Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Macri-Carrió: ¿fin del romance?

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

Archivo La Nueva.

   Calificadas fuentes de la Casa Rosada aseguran que el presidente Mauricio Macri ha iniciado un lento y sostenido, como inexorable, despegue de las posiciones de Elisa Carrió. ¿Fin del romance político más sonado pero también más turbulento de los últimos años? "No habrá ruptura, ni Lilita se irá de Cambiemos, pero es evidente que algo se quebró en estos días, y que nada volverá a ser lo mismo", dice un confidente que transita todos los días el área presidencial.

   Aquella toma de distancia de Macri de su principal aliada en la coalición, al cabo de mil y un choques como los que han tenido en estos casi tres años desde el 10 de diciembre de 2015, obedece a un "derrape institucional" de parte de la flamígera diputada de la Coalición Cívica. "Acá a Lilita se le ha permitido de todo, pero esta vez cruzó una raya, cuestionó la autoridad presidencial", dijo otro informante al tanto de lo que pasa por la cabeza de Macri.

   No es solo, o ni mucho menos, el desbocado ataque de Carrió contra las posiciones del ministro de Justicia, Germán Garavano. O su convencimiento de que Cambiemos no fue ajeno a que la voltearan de la chance de presidir la Comisión de Control del Ministerio Público de Diputados, que se cayó por falta de quórum en una comisión que preside el oficialismo. Ni siquiera la sospecha de que el gobierno a través de sus supuestas influencias no fue ajeno al fallo de la Cámara que exculpó a Carlos Menem.

   No fue nada de eso lo que hizo el "clic" en Macri y lo decidió a tomar desde ahora una prudente distancia de la líder de la CC. Fue aquella raya que dicen que cruzó Carrió cuando primero dijo que le había perdido la confianza al presidente, y luego la remató con un furibundo ultimátum contra la relación presidencial con Daniel Angelici. "Que elija entre Angelici o yo. Si no, cae".

   En el Gobierno ya se habían quejado durante el fin de semana anterior en pleno ataque de furia de Lilita contra Garavano. Algunos se preguntaban si realmente en medio del zafarrancho de temas a los que el presidente y su gabinete deben ponerle el pecho, era necesario este ataque de la diputada. "Ni la oposición nos ha pegado tanto en estos días como ella", se escucha ahora. "Si Lilita dice en público que ya no confía en Mauricio, ¿qué podemos esperar de los factores que todos los días esperan señales de confianza en nosotros?", es otro de los lamentos escuchados.

   Otros funcionarios coinciden en un argumento que se hizo carne en los alrededores del presidente y de las más altas autoridades del gabinete por caso el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, de tormentosa relación con la diputada. Y no de ahora. "A veces es más lo que resta que lo que suma" ya se decía cuando Carrió pretendía que Macri pusiera la cara en el otro berrinche que la hizo famosa y que fue su embestida contra el ex presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.

   Macri no lo va a decir en público, y mantendrá una paz tibetana para aguantar cada nuevo embate de la diputada, de los que seguramente habrá otros después de la andanada de estos últimos días. Pero desde ahora marcará él mismo una raya, dicen a su lado. "El presidente es el que toma las decisiones y el que gobierna, los aliados acompañan, sugieren, pero no deciden, esa es la diferencia después de aquel quiebre", explican en el ministerio del Interior, donde también son legión los que disienten de los métodos de la vecina de Exaltación de la Cruz.

   ¿Cómo sigue la historia? Lo dicho: ni por asomo nadie está pensando en romper. Por el contrario, habrá seguramente gestos mutuos del presidente hacia Lilita y de ella hacia al presidente, como para salvar la ropa delante de las miradas del mundo, aunque después los trapos sucios se laven puertas adentro.

    Una prueba de ese derrotero que viene tras la impresión de que el amor político entre Mauricio y Elisa si no se rompió, ya no será el mismo de antes, es que esta semana habrá foto juntos como para reforzar aquella idea de la ropa afuera y los trapos adentro. Será el jueves, en el CCK, en un claro intento por negar rumores y aquietas las turbulentas aguas de la interna de Cambiemos, donde por el lado del radicalismo también vienen tirando palos hacia la excorreligionaria, como el caso del gobernador jujeño Gerardo Morales. Ese día, en el emblemático centro cultural, Macri y Carrió, sonreirán para la foto y se tomarán de las manos en la previa de un encuentro nacional de Pymes que organiza el ministerio de Producción y Trabajo. La procesión, seguirá por dentro...