Mar del Plata: la vuelta obligada de la que no te vas a arrepentir

Redacción de La Nueva.

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   Así vengas por una escapada o te instales unos cuantos días, Mar del Plata te va a quedar grabada en la memoria y en el corazón. Seguramente, ya la conocés por fotos o videos, pero ahora es tu turno de disfrutarla, recorrerla, vivirla. Y con estas recomendaciones vas a descubrir que aquí la felicidad es tu destino.

   Mar del Plata es una ciudad para los 365 días del año. Todos los meses en Mar del Plata tienen encanto propio, por eso cualquier época es ideal para venir. Pisar descalzo la arena junto al sonido de las olas es una sensación única. Eso quiere decir que, en tu primera vez, a la playa tenés que ir sí o sí.

   Vengas cuando vengas, vas a tener cosas para hacer: sola, solo, con amigos, en familia o por trabajo. La playa, el puerto, la rambla, el faro, el Torreón del Monje, el casino, los tradicionales lobos, la peatonal y la costanera, son citas obligadas. 

   Si te gusta aprender sobre la historia de la ciudad y su zona fundacional, te recomendamos los circuitos a pie o en automóvil para descubrir el casco histórico o los recorridos arquitectónicos de Mar del Plata.

  En cambio, si lo tuyo es la gastronomía, vas a poder tomar una excelente cerveza artesanal, comer ricas unas pastas, pescados, mariscos, pizzas y carnes de todo tipo. Y cuando tengas ganas de algo dulce, los helados artesanales, medialunas, churros o alfajores marplatenses son imbatibles. Eso lo vas a poder consultar en sección Gastronomía. Obras de teatro, recitales, cines, eventos culturales, el delfinario o acontecimientos deportivos internacionales, son un clásico en la cartelera de la capital nacional del espectáculo. 

   Entrada la noche y en cualquier época del año, hay infinidad de bares, pubs, discos y restó con show para aquellos que les gusta disfrutar la vida nocturna, sobre todo con vista al mar.

    Ir de shopping, llevar a los chicos a una pista de patinaje sobre hielo, salir de pesca, planificar un vuelo en parapente, hacer surf, jugar al golf, visitar un parque acuático, los museos o simplemente realizar una caminata por al costanera.

   La laguna y sierra de los padres, los acantilados o los caminos de las estancias originarias, abren una posibilidad de conocer otro aspecto de una Mar del Plata más rural y campestre.

   Día 1: Con calzado cómodo y ganas de caminar, te proponemos iniciar el recorrido en uno de los lugares emblemáticos, el Monumento a los Lobos Marinos. Ambas estatuas se encuentran a los lados de las escalinatas que bajan hacia las playas dándote la bienvenida.

   Es un lugar ideal para hacer tus selfies. Estás en la rambla, el paseo tradicional de la ciudad compuesto por dos edificios. En uno de ellos funcionan el Casino Central, el Teatro Auditorium, el Centro de Información Turística de la ciudad, y el Palacio de Deportes. Mientras que en el otro, se destaca el Hotel Provincial. Hacia el Sur, pasarás por el Paseo Hermitage, donde está el Casino del Mar. También hay locales comerciales y un escenario donde se realizan eventos y recitales al aire libre. 

   Luego, llegando al extremo de la bahía, vas a ver el Torreón del Monje. Con su aspecto de antigua fortaleza, es una de las postales típicas de Mar del Plata y posee centros gastronómicos en distintos niveles con una hermosa vista al mar. Si continúas tu recorrido por la Loma de Stella Maris, notarás que la pendiente es elevada, pero lo cierto es que un poco de ejercicio siempre hace bien. Subí por la Av. Colón, pasando por el Museo de Arte Juan Carlos Castagnino, chalet anglonormando construido en 1909. 

Un día perfecto para disfrutar   en “La Feliz”

   La clave será arrancar el día con todas las pilas e ir directo al puerto de Mar del Plata. Podés ir en auto o con las numerosas líneas de colectivo que te acercan hasta allá. Al llegar, la tradicional Banquina de pescadores será la que acapare toda la atención. Vas a encontrar también un centro comercial de venta de conservas, pescados frescos y artesanías, podrás disfrutar de ver las lanchas amarillas junto a los lobos marinos y cientos de gaviotas que completan el paisaje.

   Ingresá caminando o en auto a la escollera sur y visitá la Reserva Faunística de Lobos Marinos, en la que habitan únicamente ejemplares machos de un pelo. Sacate una foto con ellos y continuá hacia el extremo de la escollera, pasando por el mural a cielo abierto más grande del mundo que cuenta la historia de la ciudad. Al final del recorrido vas a estar casi 3 kilómetros dentro del mar.