Leyendas y verdades dudosas
Jefe de Noticias de La Nueva. Analista político y conductor del programa de actualidad "Allica y Prieta a las 12" que se emite por La Nueva Play. Ha hecho coberturas políticas en el país y en el extranjero.
En Ciudad de Panamá hay un templo con altar de oro. Tierra asediada a causa de su ubicación geopolítica, en 1671 fue atacada por el corsario inglés Henry Morgan, el pirata Morgan, que arrasó con todo pero dejó intacto el altar, gracias a un fraile recoleto que lo pintó totalmente de negro con óxido de plata. No solo despistó a Morgan sino que consiguió que él mismo le diera un donativo para terminar la Iglesia San José.
La capital panameña es una típica ciudad centroamericana, con calles grises y desprolijas, ferias que ocupan media vereda y, a pocas cuadras, mega shoppings donde todo vale la mitad que en cualquier otro lado. La moneda nacional es el balboa, en recuerdo del conquistador Vasco Núñez de Balboa, aunque el circulante real es el dólar.
Panamá era parte de Colombia hasta su separación en 1903, impulsada por Estados Unidos, que iba a asumir el protectorado económico de un istmo estratégico cuyo ancho, en la zona central, presenta la menor distancia del continente entre los océanos Atlántico y Pacífico. De ahí que fuera el lugar elegido para abrir un canal artificial, el Canal de Panamá, una super obra de ingeniería en la cual murieron miles de obreros durante las explosiones para surcar la tierra. Hoy es la ruta por donde pasa el mayor tráfico comercial legal (y no) del mundo.
Hace unos años nos contó un local que en la década del 90, entre dos montes cercanos al canal, se inauguró un impactante puente vehicular que costó muchos millones. Las autoridades fueron al acto en helicóptero, porque no existían las rutas para llegar al puente. Negocios son negocios.
Caminar por el centro histórico de la capital a cierta hora, con cara y actitud de extranjero, no es recomendable. Al menos eso nos dijeron al salir de la Iglesia, cerca de la costa donde las lanchas rápidas del narco se mueven con facilidad. Por falta de presupuesto u otras decisiones, las lanchas de Prefectura son casi chalupas, en comparación.
En Panamá también hay lindas playas y su gente es muy cálida. El embajador Miguel del Sel anunció esta semana que se prevé la apertura de una ruta aerocomercial Rosario-Ciudad de Panamá con cuatro vuelos semanales. Piénsenlo.