Bahía Blanca | Domingo, 07 de diciembre

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Con la cámara a otra parte

En el álbum de los recuerdos de Nicolás Richotti las mejores fotos y de mayor calidad son recientes, incluyendo el ascenso a la elite del básquetbol español (ACB) y la participación con la camiseta de la selección argentina en una gira por Angola. Con su cámara colgada, después de descubrir una pasión oculta como la fotografía, el bahiense partió hacia España, donde dejó a su novia Maribel y una muy buena imagen deportiva. Allí buscará enfocar nuevamente su carrera.

 En el álbum de los recuerdos de Nicolás Richotti las mejores fotos y de mayor calidad son recientes, incluyendo el ascenso a la elite del básquetbol español (ACB) y la participación con la camiseta de la selección argentina en una gira por Angola.


 Con su cámara colgada, después de descubrir una pasión oculta como la fotografía, el bahiense partió hacia España, donde dejó a su novia Maribel y una muy buena imagen deportiva. Allí buscará enfocar nuevamente su carrera.


 "Todavía no tengo nada claro. Canarias --contó-- está viendo qué hacer, porque apareció una segunda chance para comprarle la plaza a Alicante, que está medio fundido, y así entrar en la ACB. Estoy viendo cómo evoluciona eso y si no sale trataré de buscar otra opción en la ACB o LEB".


 --¿Priorizás Europa?


 --Sí. Acá está casi todo armado y nunca entré en el mercado, porque al tener contrato nunca me ofrecieron y tampoco era mi idea venir. Mi prioridad es seguir en Europa y llegar a la ACB.


 --Pudiste ascender, pero ¿qué tan cerca estás en cuanto a juego del nivel ACB?


 --Eso me genera mucha incertidumbre. No me pude medir, salvo en algunos amistosos. Cuando estuve en Real Madrid entrené con el primer equipo y la verdad que no me noté tan lejos. La ACB está dividida en dos Ligas, los de arriba como Madrid, Barcelona, Caja Laboral y algún otro que siempre va a pelear por el campeonato y el resto. Nosotros miramos la parte de abajo.


 --¿Cuándo jugaste el último partido alcanzaste tu mejor nivel?


 --Sí. Más que nada en cuanto a confianza y sensaciones. Después llegó el llamado de la selección argentina, que me hizo crecer en confianza y en ganas de seguir demostrando.


 --¿Qué pasó que te bajaste de la Selección?


 --Me llamaron para la gira de Angola, que incluía cuatro días de entrenamiento y tres de viaje con dos partidos. Cuando regresamos volvieron a llamarnos para reemplazar a los que estaban participando en la final de la Liga. Nos aclararon que no teníamos chances de ser incluidos en la lista para el Sudamericano, que se trataba sólo de una invitación. Y yo tenía organizado un viaje.


 --¿Dudaste en algún momento de esta decisión?


 --Si tenía chances de ser incluido en la lista dejaba todo, pero al tener las puertas cerradas consideré que no valía la pena suspender todo lo organizado. Lo hablé con Néstor (García), me dijo que nunca me habían visto jugar y que se quedaban con una muy buena imagen. Me dijeron que no había problemas.

"No tenía equipo; iba con los chicos a jugar en los playones"




 "Un jugador con gran capacidad de salto y buenas piernas que puede jugar en dos posiciones: base y escolta. El juego sin balón, una mayor consistencia y sus ganas de aprender son un plus". Así definió a Nicolás Richotti, hace tres años, Alberto Angulo, director de la cantera de Real Madrid.


 --Nico, ¿qué hay de ese jugador hoy?


 --Soy muy parecido. Gané en lectura de juego; antes era más loco a la hora de tomar decisiones; llegar a la LEB Oro me ayudó para entender que no todo era correr, penetrar y querer anotar. Ellos me calmaron. Y me sirvió mucho entrar en Canarias como un jugador de rol. Mis primeros minutos eran para defender al mejor.


 --¿En ese caso es mayor la exigencia y menor el margen de error?


 --Tenía muchos ojos puestos en mí. Ellos habían hecho una apuesta muy grande. Llegué al equipo de rebote y mucha gente estaba expectante de ver qué era capaz de hacer yo.


 --Inclusive llegaste a la ciudad porque ahí vivía tu novia, ¿no?


 --Sí. No tenía equipo; iba con los chicos a jugar en los playones y mi representante pidió si podía entrenar, al menos para mantenerme en forma. Cuando llegué me di cuenta que otro americano (David Ferguson) estaba en la misma situación y también jugaba de dos. A medida que pasaron los días advertimos que estaban lesionados los dos escoltas del equipo y nosotros dos éramos la primera opción de recambio. Nos hablaron y ahí empezaron los entrenamientos a cara de perro.

En familia




 Nicolás es hijo de Marcelo Richotti y Claudia Ricciotti. Tiene tres hermanos: Carolina (26), Bruno (23) y Bianca (20).

Personal




 26 años cumplirá Nicolás el 17 de octubre. Mide 1m82 y pesa 78 kilos.

"Mi casa es una pelota de básquet todo el tiempo"




 Nicolás nació en nuestra ciudad y saltó, de la mano de la carrera de su papá, a Neuquén, Mar del Plata y Comodoro, hasta que emigró para jugar en Hindú, de Chaco, en el TNA. Más tarde probó en Italia.


 --¿Cuándo te fuiste a Italia lo tomaste como una aventura?


 --Cuando me habló Pablo Coleffi (su agente de entonces) me explicó que podía romper una regla pudiendo jugar dos años como juvenil. Resulta que cuando llegué se modificó la regla y quedé bloqueado solamente para jugar en la C2 o serie A. Había jugado tres años seguidos la C2 y con 21 años me fui a España. Tuve que empezar de cero.


 --¿Siempre tuviste en claro qué querías?


 --Siempre me gustó el básquet. En mi casa no se habla de otra cosa. A los 15 años, cuando empecé a enfocarme, me agarró Diego Acosta, que era entrenador en Rada Tilly y me preguntó qué pretendía hacer. Cuando le dije que me gustaría dedicarme a esto me empezó a entrenar en doble turno. Desde ahí me fui mentalizando y se dio todo.


 --¿En tu casa te guiaron para que elijas ese camino?


 --No, nunca me obligaron. Pero era difícil que hiciera otra actividad, porque mi casa es una pelota de básquet todo el tiempo. Después, desde que me fui, a los 17 años, siempre me apoyaron.


 --¿Cargás con el legado de tu viejo?


 --Creo que si jugara en la Argentina sería diferente.


 --Claro, serías el hijo de...


 --Seguro. Pero estando lejos, la mayoría se enteró que mi padre jugaba recién cuando lo conté.


 --¿Y te gustaría mantener vivo el apellido en las canchas argentinas?


 -Sí, seguro. La Liga Nacional es donde vi jugar a mi viejo y es nuestra Liga. Me encantaría algún día poder jugarla y si fuera en Estudiantes o Peñarol, donde estuvo él, sería muy especial.


 --Hace siete años le ganaste el primer uno contra uno. ¿Le diste revancha?


 --No, je. No le jugué más. Ya está retirado oficialmente.


 --Paquito Alvarez me contó hace un tiempo que la pelota de los partidos de Pacífico, cuando recién habías nacido, la marcaban con tu nombre. ¿Lo sabías?


 --Sí. Paquito me conoce desde que soy un enano.


 --Con Paquito de un lado y tu viejo del otro no tenías otra alternativa que ser jugador de básquet.


 --Tenés que escucharlos cuando se juntan... ¡Son una ametralladora! Es para filmarlos y verlos. Son un verdadero show, je.


 --¿Qué tenés similar a tu papá?


 --Me hubiera gustado verlo siendo más grande. Vi videos y somos muy diferentes. El era base y yo escolta, aunque puedo jugar de base. Heredé las piernas y la actitud es muy parecida.


 --Ganador y tozudo.


 --Sí, je. Con ganas de ganar, peleador... En la cancha desconozco a todo el mundo.


 --¿Es tu consejero?


 --Es quien me guía, aunque la última palabra la tengo yo.


 --¿Las consultas son variadas?


 --De todo: decisiones de juego, situaciones de vida... Hablo mucho con él o con mi vieja.


 --¿Sufriste el desarraigo?


 --Sí, el primer año en Italia sufrí, porque era otro idioma, estaba solo...


 --Lo que no mata fortalece.


 --Es así. Te la aguantás y vas para adelante o te volvés. Por suerte estuve con Nico Vera, que es de acá de Bahía y nos apoyamos mucho.

"Mis mejores fotos"




 El viaje por el cual Nicolás se bajó de la Selección tuvo como destino Africa. Lo más curioso es que fue solo.


 "Tenía previsto ir con Bruno Cerella y se lesionó en el último partido. Tuve la opción de cancelar todo --contó-- pero decidí aprovechar la experiencia".


 --¿Por qué elegiste ese destino?


 --Por Bruno.


 --Claro, estuvo desarrollando un campus allá.


 --Sí. Primero iba a conocer y después estaba la chance de ir a Nairobi con Bruno y darle una mano para ver lo que estaba haciendo.


 --¿Qué viste?


 --Estuve en Namibia. Recorrimos diferentes parques nacionales, vimos mucha fauna y animales que acá sólo se ven en zoológicos. Me encantó. Y como aficionado a la fotografía, uno de los objetivos era sacar fotos. Estoy muy enganchado. Llevo siete meses haciendo un curso a distancia, teórico y práctico. Fue increíble.


 --¿Qué encontrás en la foto?


 --Me genera mucha satisfacción mostrarle a la gente el punto de vista que tengo de las cosas, transmitido en una imagen.


 --¿En ese viaje captaste las mejores fotos?


 --Sin dudas, saqué mis mejores fotos. Fui con conocimiento del tema y aproveché cada situación.


 --¿Gran parte de tu sueldo lo invertís en fotografía?


 --Y... Es un vicio, porque salen permanentemente cámaras nuevas. Es muy caro. Pero siempre que puedo compro algo.


 --¿Qué foto te gustaría enmarcar en tu carrera como basquetbolista?


 --Me gustaría estar defendiendo a un NBA en un Mundial o un Juego Olímpico.


 Por ahora, Nicolás tiene la cámara con pilas y ya se probó la camiseta de la Selección. El tiempo será testigo de qué imagen de su carrera quedará inmortalizada.

Fernando Rodríguez/"La Nueva Provincia"