Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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POR LAS ENTRAÑAS DE JUJUY

ENTRE LO REAL Y LO INTANGIBLE En un lugar de la Quebrada de Humahuaca está el pequeño albergue de la familia Lamas, que recibe a quienes buscan un sitio donde percibir costumbres y creencias milenarias. Ordeñar cabras, teñir e hilar lanas, elaborar quesos y salir a buscar los yuyos de la farmacopea popular.

ENTRE LO REAL Y LO INTANGIBLE


En un lugar de la Quebrada de Humahuaca está el pequeño albergue de la familia Lamas, que recibe a quienes buscan un sitio donde percibir costumbres y creencias milenarias. Ordeñar cabras, teñir e hilar lanas, elaborar quesos y salir a buscar los yuyos de la farmacopea popular.









 Clara es pequeña, tiene la piel del color de la canela y una sonrisa ancha.


 Como buena hija de la Pachamama, está contenta porque agosto ya se fue y los andinos creen que la deidad les asegura un año más de vida. Un año más de trabajo.


 Vive con su familia en Hornaditas, un pueblito cercano a Humahuaca y ahí nomás de la ruta asfaltada.


 Cuando sube hasta "El Antigal", el cementerio sagrado, su casa le parece chiquita y abrazada por montañas y cardones pardos.


 Está en lo profundo de la Quebrada de Humahuaca que, desde los tiempos precolombinos, es la entrada natural a la Puna, esa larga y rara meseta de altura que se pierde hacia Bolivia y Chile.


 En ese altiplano habitaron sus ancestros y la milenaria cultura Omaguaca.


 Hornaditas tiene escuela, iglesia, biblioteca, un cardón viejo y alto al que bautizaron "La Abuela Cardón", tal vez como homenaje a la femenina Madre Tierra, y un futuro signado por el turismo rural comunitario.




 Aquellas rutas perdidas.


 Héctor, el marido de Clara, fue uno de los que se animó a caminar por las Salinas Grandes, a rescatar la antigua Ruta de la Sal, el sendero por el que transitaron los primeros salineros.


 Una huella que se había perdido.


 "Tuvimos muchas dudas y miedos", admite Héctor, quien recuerda que al iniciar la expedición por el inmenso mar blanco le pidió "a Dios Tata, a la madre Virgen, a la Pachamama y a los abuelos, que nos dieran fuerza".


 Cuenta que miró a los burritos, con sus orejas enfloradas y cargados con frutas, papas, yuyos de aroma, ropa y comida, y pensó que "si los abuelos pasaron, también pasaremos nosotros con la ayuda de ellos".


 Así como los Incas construyeron su camino a puro andar y tiempo después los españoles transitaron lo que llamaron, acertadamente, "El Camino del Despoblado", por lo desolado del paisaje, desde Hornaditas resurgió otra histórica senda de trueque y trashumancia


 "Siento que vivo en un lugar privilegiado" dice Héctor, quién nada cuenta de los 18 años que la vida lo alejó de su tierra.


 Prefiere contar su presente y dejar atrás los sufrimientos. Y disfrutar de su casa, enclavada en el Valle del río Grande, en armonía consigo y con la naturaleza que lo rodea.


 Eligió trabajar codo a codo con Clara y sus cuatro hijos --Carolina, Gaby, Marina y Fabio-- y dedicarse a tareas agro-pastoriles que comparte con los turistas que los visitan.


 Un flujo de gente que ya crecía, pero que aumentó cuando, en el 2003, la Unesco declaró Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad a la Quebrada de Humahuaca.


 Fue así que los curiosos viajeros del mundo supieron de este lugar en el que habitaron etnias y creencias religiosas diferentes, fiestas y rituales andinos y viejas técnicas agrícolas. Y donde hay petroglifos y piedras talladas que encierran mensajes aún no totalmente descifrados.


 La casa de Clara y Héctor tiene una habitación matrimonial, varias para compartir y sitios para armar las carpas.


 En la cocina los huéspedes aprenden a preparar las comidas típicas de la región, con vegetales de la propia huerta, en la que predominan las papas andinas de colores.


 Y saborean el gustito que sólo el horno a leña le confiere a los platos.


 En estos días cercanos a la primavera los campos de Hornaditas se cubren de las flores amarillas del "Churqui", que también es acacia y también aromo, y el canto de los pájaros se escucha más dulce y sereno.


 Cada uno, nativo o foráneo, realiza con vitalidad su tarea.


 Sin saberlo respetan el gran precepto de la "minga": el trabajo colectivo y solidario.

CORINA CANALE

Los paseos cercanos

A

Caminata hasta El Antigal

Al cementerio sagrado se llega cruzando el cauce seco del río Grande. Allí se ven petroglifos, ruinas de viejas construcciones, tumbas y monumentos enterratorios.


B

Inca Cueva

Este sitio arqueológico de la Quebrada de Chulín es el exponente de mayor valor del arte rupestre de la región. Hay unas 13 cuevas, de las cuales la mayor tiene 10 metros de alto, 40 de ancho y 5 de profundidad. Sus paredes están cubiertas de pictografías en negro, blanco y rojo. Se destacan círculos que parecen ojos o soles, animales y figuras no definidas.


C


El Pintado

Es una pared de roca que está frente al lecho del río y que tiene figuras talladas con forma de guanacos, suris, llamas, chamanes, hombres a caballo y dibujos geométricos.

D


El taller de Olarte

Se trata de una visita al taller del músico Raúl Olarte, nacido en Humahuaca, que realiza artesanalmente instrumentos musicales del folklore andino como flautas, quenas y charangos, entre otros. (www.raulolarte.com)

HUMAHUACA

El centro de la quebrada










































 La ciudad de Huamahuaca es la histórica capital de la quebrada, con sus casas de adobe, sus calles angostas y adoquinadas y sus faroles coloniales.


 Su nombre es el de una leyenda que cuenta la historia de una cabeza que llora.


 En Humahuaca está la imagen articulada de San Francisco Solano, la primera en el mundo con esa característica, que bendice a los fieles mecánicamente.


 La iniciativa fue de Ernesto Padilla, que fue gobernador de Tucumán y a quien se conocía como "Abogado de la Argentinidad".


 Padilla impulsó ese homenaje al santo que había pasado por allí en 1590 y cuya música, que interpretaba con su violín, habían maravillado a los indígenas.


 Humahuaca está a 126 kilómetros de San Salvador de Jujuy, la capital provincial, y se llega a través de la ruta nacional 9.


 La fundaron, en 1594, el español Juan Ochoa Zárate y el cacique de la etnia local Francisco Limpitay.


 San Antonio y Nuestra Señora de la Candelaria son la pareja de patrones tutelares.


TIPS

Dónde está

Hornaditas está a 15 kilómetros de la ciudad de Humahuaca y a 200 metros de la ruta nacional 9.

Qué comer

Algunas opciones son el mate cocido, té de hierbas, jugo de manzanas tortillas y pan casero a la parrilla, dulces artesanales de frutos de la huerta y carnes asadas.

Cómo llegar

Desde Humahuaca hay ómnibus diarios de las empresas de Transporte Iruya, Panamericano y Jamabus.

Dónde informarse

Por más datos y reservas comunicarse con la web: www.clarayhectorlamas.com.ar o a través del e-mail clara_hornaditas_04@hotmail.com



126

kilómetros separan a Humahuaca de San Salvador de Jujuy.