Más de lo mismo

Redacción de La Nueva.

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 Nuestra Argentina nos sigue asombrando con su increíble política internacional, institucional, cultural, social y de altísima inseguridad digna de un país que se debate en una enorme e impune delincuencia y corrupción.

 Un nuevo presidente surgido de un proceso eleccionario con candidatos elegidos a dedo, sin elecciones internas en los partidos, designado no por los votos de los ciudadanos, sino por el resultado incierto de encuestas no siempre correctas, manejadas presuntamente por intereses partidistas e ideológicos.

 Un presidente calificado por distintas publicaciones como "un militante al fin y al cabo del paraterrorismo, amigo de fusiladores institucionales...".

 Esto no nos sorprende, porque ya hemos tenido, en estos casi veinte años de "democracia", ministros, gobernadores, senadores, diputados, etc., impregnados de una ideología marxista-castrista extraña a nuestra formación histórica.

 Un presidente que en uno de sus primeros decretos pasa a retiro, en un primer momento, a los 52 más altos jefes de las Fuerzas Armadas y a 9 de la Policía Federal sin causa alguna, con el agravante, según mi opinión, de haberles faltado el respeto y las consideraciones debidas, al no haber tenido con ellos la más mínima comunicación previa.

 El contralmirante (R) Horacio Mayorga, prestigioso jefe de nuestra Marina, escribe su opinión al respecto, que comparto plenamente, razón por la cual el nuevo comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas le impone 10 días de arresto con prohibición de recibir visitas. Hay castigos que honran. Continuamos mal.

 En la ceremonia de la asunción de la presidencia estuvieron presentes varios jefes de Estado, entre ellos Fidel Castro, de Cuba, y Hugo Chávez, de Venezuela, quienes se constituyeron en las vedettes de los actos.

 El eterno dictador-terrorista Fidel Castro fue invitado a dar una conferencia en la Facultad de Derecho, lo que significó una bofetada al pueblo argentino y un desaire a las representaciones diplomáticas presentes, si tenemos en cuenta que en las Naciones Unidas se votó para que Cuba sea investigada por sus recientes y sangrientas violaciones a los "derechos humanos". Por supuesto, la Argentina votó a favor de Cuba.

 Durante más de dos horas y media, Castro se pasó gritando e insultando a diestra y siniestra, debido a que la Unión Europea propuso aumentar las sanciones contra Cuba, por violaciones a los derechos humanos.

 ¿Cómo calificar este insólito y demencial exabrupto?

 Sobre el tema de los derechos humanos, cabe destacar que el nuevo presidente nombra como secretario de Derechos Humanos de la Nación al doctor Eduardo Luis Duhalde, que fuera, junto con Raúl Alfonsín, abogado defensor de Roberto M. Santucho, jefe y fundador del Ejército Revolucionario del Pueblo, ERP (en la causa 305, secuestro, torturas y homicidio de Oberdam Sallustro, gerente general de Fiat Argentina).

 Recibió en forma muy especial a Hebe de Bonafini, junto a otras madres de terroristas y subversivos y a los dos grupos de piqueteros por separado (D'Elía, Alderete, Castells y almorzó con Hugo Moyano).

 Otro hecho incomprensible es el consentimiento del gobierno al aceptar la extradición de militares argentinos juzgados en el exterior por jueces extranjeros, incompetentes, vulnerando y agraviando la soberanía nacional, hasta hoy siempre defendida por nuestros gobernantes. Los miembros de las Fuerzas Armadas pensarán: ¿éste es nuestro nuevo comandante en Jefe?

 Al inaugurar una escuela, se le pone el nombre de Ernesto "Che" Guevara en lugar de Doctor René Favaloro. Esto demuestra la ideología marxista-castrista del gobierno y la magnitud del lavado de cerebro de nuestro pueblo.

 El presidente le pide la renuncia al cargo de Procurador del Tesoro, recién nombrado, al doctor Sánchez Herrera, hijo del general Juan Carlos Sánchez, asesinado por el ERP, por haber sido abogado defensor del general Sasiaíñ.

 Cabe señalar que la hermana de Sasiaíñ y mujer del general Cáceres Monié, fue secuestrada y asesinada junto a su marido por los terroristas del ERP.

 En menos de un mes, la ideología que divide a los argentinos ha alcanzado una intensidad tal que nos lleva a las décadas del 60 y del 70, cuando las organizaciones terroristas le declararon públicamente la guerra al Ejército Argentino. Esta conducción y violencia ideológica tiene sus responsables, con el agravante de que ésta se halla impregnada de un odio y sentimiento de venganza de una intensidad impresionante, que puede llevar al país a una guerra civil. Más de lo mismo, pero mucho peor.

 Como ciudadano y como militar, no acepto que se me prohíba opinar.
Mario H. Laprida

Bella Vista, Buenos Aires








Tasa pagamos todos

 A partir de la nota publicada en "La Nueva Provincia" el 16 del corriente, titulada "¿Por qué Sarmiento y no otras calles?", aprovecho a manifestar una inquietud que, como vecina, tengo desde hace un tiempo.

 Más allá de una obvia estrategia de campaña, que no critico ni pongo en tela de juicio, porque, para ser totalmente franca, yo también soy miembro de una lista distrital, la que lleva al concejal Esteban Usabiaga como candidato a intendente, y dejando de lado tiempos electorales, como habitante del sector me pregunto si los vecinos de Las Villas no votamos, no importamos o simplemente no nos ven.

 Entiendo que es más económico mantener una calle que repavimentarla completamente, como el caso de Sarmiento, pero sería bueno que los funcionarios del municipio empiecen a recorrer los barrios más allá del perímetro de diez cuadras a la redonda de la plaza Rivadavia.

 Por eso, invito al ingeniero Madarieta y a su equipo a transitar con su vehículo por las calles Remedios de Escalada, Liniers, Agustín de Arrieta y otras tantas del sector. Están completamente destruidas, con baches que son cráteres y por las cuales es imposible pasar. Tanto, que la mayoría de los vecinos las evitamos, realizando circuitos más largos que los que directamente nos llevan a nuestros hogares.

 Quiero rescatar que las calles nombradas son arterias principales, muchas de ellas camino directo hacia el centro de la ciudad.

 Tengo la convicción de que hay temas mucho más urgentes que el asfalto, ya que gran parte de la población sufre necesidades básicas incomparables con el asunto que nos convoca, pero si vamos a gastar, que el gasto sea justo y equitativo, porque tasa pagamos todos.
María Florencia Salotto

Bahía Blanca