La "chulería" de Kirchner
El presidente del gobierno argentino ha dicho en su viaje a España, "La Argentina tiene futuro con o sin ayuda (de los empresarios). Si no la tenemos será más difícil la recuperación, pero seguiremos adelante". Así les espetó al conjunto de los empresarios españoles que concurrieron a escuchar al presidente argentino, al tiempo que en cierta forma les vino a decir como que eran unos "quejicas y llorones", para rematar con la pregunta "quién los asesoraba" cuando "era pública y notoria la imposibilidad de mantener la paridad dólar/peso para cualquier persona sensata menos para el FMI y el entonces presidente, Carlos Menem".
Las expresiones de Kirchner tenían una clara y deplorable intención: seducir al electorado argentino, aportando populismo a lo que debía haber sido una reunión para tender puentes en aras de una necesaria recomposición entre el Estado Nacional, al que representa el presidente, y sus interlocutores ocasionales.
Lo que el presidente cínicamente parece ignorar es que los empresarios que le escuchaban, no son los dueños de las empresas que gestionan y que en ese encuentro representaban, sino que esas empresas pertenecen a millones de accionistas, fundamentalmente españoles, que confían sus ahorros en esas empresas a las que el presidente puso "a parir". Debería saber Kirchner que en un país como España, en donde funciona un capitalismo popular, en las grandes empresas no hay un dueño, sino cientos de miles, millones de accionistas, y que la irresponsabilidad de los gobiernos argentinos y las reiteradas violaciones de la ley, no tienen como víctimas a los gestores, por caso Goirigolzarri (BBVA), Luzón (SCH), Cortina (Repsol), Alierta (Telefónica) o Miranda (Endesa), sino a los verdaderos dueños, los accionistas, los que tienen en sus dividendos --que han visto seriamente afectados por los aprovisionamientos realizados para paliar las pérdidas en Argentina--, una parte importante en el rendimiento de su inversión.
Pero el cinismo trepa a la categoría de sospecha cuando salva de las críticas a Repsol-YPF. Dijo el presidente: "Hay cosas para destacar, como, por ejemplo, la tarea desarrollada por esa empresa petrolera (Repsol) en la región patagónica y la forma en que cumplió los acuerdos celebrados", cuando conviene recordar que las regalías que recibió la provincia de Santa Cruz fueron depositadas (y aún siguen) por el entonces gobernador en bancos de Suiza y EE.UU. Pero inconcebiblemente, al mismo tiempo critica a los empresarios españoles que repatrian esos beneficios, cuando estos sí están obligados a hacerlo, por la sencilla razón de que esos beneficios no son de los gestores, sino de los accionistas y que esas acciones se negocian en la Bolsa de Madrid, y los dividendos se abonan en España.
Vergonzoso, y una vez más, el populismo gubernamental, la embriaguez dialéctica y la "chulería" se imponen a la razón. Así no se sale del agujero, así no se inserta la Argentina en el mundo civilizado.
¡Qué pena! ¡Qué desgracia!
Carlos Vázquez Diéguez
Buenos Aires
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Mi papá no es nazi
Hoy leí en el diario que el Dr. Zaffaroni dice que todos los que lo han criticado son nazis; creo que va a tener que pedirle disculpas a mi papá, a mi mamá y a nosotros.
El señor no sabe el daño y la bronca que causó en mi casa, no a mi papá, sino a nosotros; para que sepa mi papá se casó con mi mamá hace 17 años, mi mamá es judía y nosotros somos también judíos por ser hijos de vientre judío.
Además, mis padres me pusieron dos nombres, me pusieron David, por el Rey de los Judíos, y Pedro sobre el que Jesús dijo "sobre esta piedra construiré mi iglesia".
Yo soy la unión de dos ideas religiosas que se unieron por el amor.
Mi papá no es nazi señor, mi papá es inteligente, honesto, bueno, pero no es nazi. Hay veces que se levanta de la mesa cuando estamos comiendo porque algún drogadicto lo llama para pedirle ayuda, es el único que veo que lucha en serio contra las drogas y me da mucha bronca que usted lo trate como un nazi, usted nunca vio un nazi ni le contaron qué hacían los nazis, usted tiene que admirar a mi papá por lo que hace y si mi papá lo critica es porque siente que usted traerá caos y muerte por como piensa.
Mi papá no es nazi, mi papá es lo más grande que hay.
David Pedro Izaguirre
Es hijo de Claudio Izaguirre, el presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina que impugnara la designación de Zaffaroni como miembro de la Corte Suprema de Justicia.
Buenos Aires