Así en la luna como en la tierra
LUZ-ARDIDEN, Francia (Reuters) -- Una dosis de adrenalina ayudó a Lance Armstrong a sacudirse de los problemas que lo acosaron durante el Tour de Francia este año, al ganar el ayer la decimoquinta etapa y afianzar sus aspiraciones de igualar el récord de cinco títulos consecutivos.
La etapa de 159,5 kilómetros entre Bagneres de Bigorre y Luz Ardiden fue como un resumen de lo que hizo el cuádruple campeón hasta ahora: se cayó como en la primera etapa, fue desafiado y puesto a prueba en los Alpes, tuvo problemas mecánicos y no pudo contar con sus compañeros de equipo.
Sin embargo, la clase y el coraje lo ayudaron a salir del apuro y ahora el estadounidense cree que ha roto el hechizo.
"Este ha sido un Tour con muchos problemas, han ocurrido demasiadas cosas. Quería que --las dificultades-- terminaran", dijo después de lograr su victoria en la etapa, que le dio una ventaja de un minuto y siete segundos sobre su más cercano rival, Jan Ullrich, de Alemania.
Lo que terminó en una de sus victorias de etapa más categóricas en el Tour casi culmina en desastre cuando enredó su palanca de freno en la bolsa de un espectador y cayó con el español Ibán Mayo.
No obstante, la suerte estuvo otra vez de su lado al lograr esquivar a su rival Joseba Beloki como hace una semana, cuando el ciclista español cayó frente a él en los Alpes.
Armstrong dijo que los incidentes de ayer y las pruebas que superó en los días anteriores han dictado sus tácticas.
"Estaba un poco molesto. A veces, eso me ayuda a correr mejor. Hoy (por el lunes) no sólo estuve molesto cuando llevé a cabo el ataque, también estaba un poco desesperado", confesó el estadounidense.
"Sabía que necesitaba atacar y sacarle un poco más de ventaja a Jan (Ullrich) antes de la contrarreloj", dijo.
La prueba de tiempo del viernes sobre 49 kilómetros entre Pornic y Nantes será la batalla final entre el Armstrong y Ullrich, y el estadounidense espera desquitarse su derrota de la semana pasada.
Cuando Armstrong se cayó, Ullrich esperó que se reincorporara a su bicicleta, una tradición en el Tour que Armstrong ha respetado en el pasado.
Hoy los corredores tendrán jornada de descanso y mañana reanudarán el Tour con la decimosexta etapa entre Pau y Bayonne. La carrera terminará el domingo en París.