Bahía Blanca | Viernes, 07 de noviembre

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Para entretener y provocar nostalgia

En tren de reciclar subgéneros caídos en desuso, Hollywood posó su mirada sobre el de aventuras con piratas. Quien afrontó la tarea es el productor Jerry Bruckheimer, el actual zar del cine de acción, que registra títulos como La roca, Armageddon y Pearl Harbor. Citarlos significa, también, contribuir a caracterizar a este filme.




 En tren de reciclar subgéneros caídos en desuso, Hollywood posó su mirada sobre el de aventuras con piratas. Quien afrontó la tarea es el productor Jerry Bruckheimer, el actual zar del cine de acción, que registra títulos como La roca, Armageddon y Pearl Harbor. Citarlos significa, también, contribuir a caracterizar a este filme.


 Bruckhermer puso a disposición muchos dólares y dejó hacer, tanto al director como a Johnny Depp (que juega a ser pirata como pueden hacerlo los chicos) y a los artífices de la Industrial Light & Magic.


 El resultado es un pastiche posmoderno que puede entretener a los adolescentes y jóvenes, pero seguramente hará llorar de nostalgia a los espectadores de más edad, que tuvieron ocasión de ver a Errol Flynn en aventuras más memorables.


 Lo que esta película procura conservar --y a su manera lo logra-- es el perfil lúdico, esa alegría de los juegos incombustibles de la aventura acrobática que subyacía en aquellos clásicos de Hollywood.


 La trama se desarrolla en los mares del Caribe y el protagonista es Jack Sparrow (Depp), quien busca recuperar el barco pirata "Perla Negra", luego de haber sido traicionado por su lugarteniente capitán Barbosa (Rush), quien se amotinó, lo abandonó en una isla y asumió el liderazgo de los filibusteros.


 El objetivo de Barbosa es hallar el único collar con moneda de oro mejicano que le falta para completar la colección que alguna vez los piratas robaron a los aztecas, provocando una maldición que desde entonces pende sobre ellos.


 El collar también es codiciado por Sparrow. Los dos confluyen en Port Royal, donde descubren que se encuentra en poder de Elizabeth, la bella hija del gobernador. Barbosa la secuestra, pues cree que su sangre puede contribuir a borrar el maleficio. El sacrificio se debe realizar en la Isla de la Muerte.


 Y aquí comienzan las aventuras, pues tras la muchacha también se lanzan el comodoro Norrington, jefe de las fuerzas inglesas de Port Royal, y el joven armero Will Turner, ambos enamorados de la heroína.


 Turner ignora que fue rescatado de niño de un naufragio y que es hijo de piratas. La acción le despierta su sangre filibustera y lucha con sus adversarios no sólo por el poder, sino por su más preciado "botín": Elizabeth, que en su caso justifica la gesta del héroe.


 Como en todo filme de piratas que se precie de tal, también aquí abundan las batallas navales, los bombardeos, los combates a capa y espada, los códigos, las leyendas, los héroes que escapan de la horca en el último minuto y los hechizos. En este caso, esa maldición que convierte a los bucaneros del "Perla Negra" en fantasmas esqueléticos.


 Lo que más conspira contra este filme es su indefinición entre ser una película de aventuras como marcan las normas del género, o una parodia. Y esta indefinición contribuye a que todos --no sólo Johnny Depp-- jueguen a ser héroes o piratas, derivando en una historia que cabalga alternativamente sobre la épica, la sátira y la aventura por la aventura.


 Todos los intérpretes sobreactúan a mansalva, aunque esto interesa poco o nada. Prevalece el gran espectáculo, las confrontaciones, los magníficos escenarios naturales y los efectos especiales.