Bahía Blanca | Domingo, 09 de noviembre

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El caso Cavallo

Se equivoca, señor presidente: porque Ud. representa, con su investidura, a toda la Nación y a cada uno de sus ciudadanos (art. 99 de la Constitución federal). Porque el capitán de fragata (RE) Ricardo Miguel Cavallo fue sometido a juicio por las leyes soberanas del Estado argentino y desprocesado en virtud de sentencia de los tribunales civiles de la democracia, sin aplicación de las leyes de Obediencia Debida ni Punto Final.




 Se equivoca, señor presidente: porque Ud. representa, con su investidura, a toda la Nación y a cada uno de sus ciudadanos (art. 99 de la Constitución federal). Porque el capitán de fragata (RE) Ricardo Miguel Cavallo fue sometido a juicio por las leyes soberanas del Estado argentino y desprocesado en virtud de sentencia de los tribunales civiles de la democracia, sin aplicación de las leyes de Obediencia Debida ni Punto Final.


 Porque con su mensaje de parcialidad exacerba el sufrimiento de un pueblo que clama unión, paz, esperanza y prosperidad, en oposición a los oscuros signos del odio y la venganza.


 Porque la defensa de la soberanía nacional no se limita a declamar títulos de dominio territorial ni a mitigar la intrusión del FMI. También hace a los atributos de soberanía resguardar el imperio de nuestras leyes, la jurisdicción de nuestros jueces y los actos cumplidos en consecuencia.


 Porque es tan injusto que en el mundo se menoscaben nuestras potestades de determinación como país independiente y Nación soberana, desconociendo la suficiente capacidad de dirimir los asuntos internos, como cruel resulta usurpar porciones de nuestra geografía a expensas de la fuerza o denigrar la libertad y el poder económico de los argentinos.


 Porque si Ud. considera al capitán de fragata Cavallo "un delincuente", según propias palabras y sin mediar fallo judicial que lo acredite, más allá del impertinente denuesto, su deuda reside en exponer los fundamentos ante la Justicia soberana de la República que preside y a la que solemnemente se comprometió a respetar, único lugar en el que habrían ocurrido los hechos.


 Usted juró por Dios y por la Patria desempeñar fielmente las obligaciones del cargo. Si Dios le demandará por sus acciones, es materia que nos excede. En cambio, los deberes a la Patria, seremos nosotros --los que de ella formamos parte-- quienes exigiremos sepa honrarlos.
Oscar Eduardo Cavallo

Punta Alta