Bahía Blanca | Viernes, 14 de noviembre

Bahía Blanca | Viernes, 14 de noviembre

Bahía Blanca | Viernes, 14 de noviembre

Una puesta posmoderna de Payró

Sobre las ruinas, de Roberto J. Payró fue estrenada por la compañía de Jerónimo Podestá en 1904. Es inevitable hoy, hacer una versión libre, por el envejecimiento del tema y porque, ya en su momento, fue rechazada por José Podestá por la extensión del primer acto, donde primaba el discurso narrativo sobre la acción teatral.




 Sobre las ruinas, de Roberto J. Payró fue estrenada por la compañía de Jerónimo Podestá en 1904. Es inevitable hoy, hacer una versión libre, por el envejecimiento del tema y porque, ya en su momento, fue rechazada por José Podestá por la extensión del primer acto, donde primaba el discurso narrativo sobre la acción teatral.


 El conflicto consistía en el enfrentamiento entre las nuevas y las viejas ideas y formas de vida. Cuando se representó se hizo con un naturalismo extremo: lluvia en escena, el agua de la inundación, árboles y yuyos naturales, el viento que agitaba sus ramas, etc.


 Rodríguez Brussa acertadamente ha sintetizado los conflictos de la obra. Y ante el naufragio de los sueños del centenario, remarca símbolos del fracaso y la inviabilidad.


 Ha eliminado gran cantidad de escenas contractuales y de transición, especialmente las de índole sentimental, llegando rápidamente a la concreción de ambas bodas en forma simultánea.


 Mantuvo la antítesis de los caracteres y el paralelismo en las relaciones, pero ha cambiado los nombres de todos los personajes y también la función de algunos de ellos. Así, mientras en la obra de Payró, el personaje embrague era Martín (Ovidio), pues el autor hablaba por su boca; en 1904, el personaje embrague es Ofelia.


 La posmodernidad de la puesta se denota primero, en la deconstrucción del imaginario nativista, pues se destacan ciertos elementos que funcionan como verdaderos ideologemas de sentido. Por ejemplo, Payró en las didascalias sugería que los personajes realizaran habituales tareas campesinas; en esta puesta, Don Nacho practica figuras de malambo.


 Segundo, en la utilización extracotidiana del cuerpo de los actores. Tercero, se remarca el paralelismo de las relaciones haciendo que, en ciertas escenas, en un segundo plano se mimen las acciones que se desempeñan simultáneamente en primer plano.


 Cuarto, se ofrece una interpretación abierta de los ideologemas, por ejemplo, la silla de ruedas y la luz final. Nosotros nos permitimos interpretarla como símbolo de la inmovilidad y la inercia, que aún persiste cuando concluye el drama y el sol aparece en el horizonte, tal vez anunciando una esperanza en el porvenir.


 Quinto, en la mezcla de procedimientos: justamente consideramos muy acertada la apropiación productiva del radioteatro, pues en el momento en que los actores llegan al paroxismo paródico del melodrama, mediante el recurso del radioteatro, Rodríguez Brussa resuelve un momento azaroso del drama, como es el hallazgo del cadáver de Don Nacho, que en la puesta de Sobre las ruinas se presentó mediante efectos naturalistas.


 Con notable economía de medios, un trabajo cromático acertado de la luz y una cuidada compaginación de efectos sonoros y de música bien seleccionada, han obviado la costosa y complicada escenografía que en su tiempo exigía la obra de Payró.


 El vestuario es sencillo y adecuado y se notan las marcas de un entrenamiento actoral exigente. Pero las respuestas de cada intérprete son variables, tal vez en directa relación a su experiencia actoral. Así se destacaron Néstor Castelnuovo y José Casco.


 En el drama de ideas de Payró se evidenciaba la concepción de una tesis realista a la que se subordinaba el desarrollo dramático, y este esquema Rodríguez Brussa lo ha mantenido.


 Dado que, en los aspectos coreográficos el director opta por una puesta posmoderna, pero en el plano del contenido confirma una tesis realista, se produce un conflicto en la recepción, porque bajo una forma posmoderna, evade su principal requisito, que es no demostrar nada.


 Por eso consideramos que esta puesta, que tiene sus logros, corre el riesgo de no ser muy apreciada, debido a que presenta una fractura en la construcción teatral, porque pretende dar respuesta a los planteos de un texto realista-naturalista con el lenguaje de hoy, lo que suscita una considerable distancia estética entre la tesis argumental y la forma de resolverla.



Dos funciones. 1904 volverá a ofrecerse, en el Teatro Municipal, hoy, a las 21.30; y mañana, a las 20.30.