El panorama sigue observándose muy oscuro en Africa atlántica
SANTO TOME -- Los países africanos aumentaron ayer la presión sobre los dirigentes golpistas en Santo Tomé y Príncipe, a fin de restaurar al derrocado gobierno del archipiélago potencialmente rico en petróleo.
La crisis en Santo Tomé incrementó la posibilidad de una intervención de otros estados africanos, entre ellos la influyente Nigeria, gran productora de oro negro y con intereses en las riquezas potenciales de las islas.
Sudáfrica, que emprendió un destacado papel en los esfuerzos para promover "las inversiones y el buen gobierno en el empobrecido continente", dijo que trabaja con Nigeria buscando revertir el golpe castrense de este miércoles.
"Espero que todos nosotros podamos aplicar suficiente presión sobre esos militares para asegurar que esto sea revertido y volvamos a establecer al gobierno democráticamente electo de Santo Tomé", declaró el presidente sudafricano Thabo Mbeki, sucesor del emblemático Nelson Mandela.
El mandatario relató en una conferencia de prensa que había discutido la situación con su homólogo nigeriano Olusegún Obasanjo, quien le informó que había invitado a su país a los líderes del golpe para sostener conversaciones. "Les enviamos un mensaje a ellos en Santo Tomé diciéndoles que deberían responder a esa invitación para que nosotros pudiéramos lidiar con este asunto con la mayor rapidez posible", explicitó con su tonalidad cadenciosa Mbeki.
Joaquim Chissano, el presidente de Mozambique, voló ayer a Nigeria, el país más influyente del continente africano, para mantener pláticas con Obasanjo sobre una posible intervención para restaurar al derrocado gobierno ausente.
Este tenía un acuerdo con Nigeria para explotar conjuntamente las grandes reservas petroleras en su frontera marítima, una región productora de crudo que podría convertirse en un proveedor importante de Estados Unidos.
Washington intenta reducir su dependencia de Medio Oriente en dicha área.
Fradique de Menezes, el presidente de Santo Tomé que se encontraba en Nigeria cuando los insurrectos ejecutaron el golpe, pidió ayuda para recuperar el poder en el montañoso archipiélago, abundoso en recursos naturales y ubicado en el Océano Atlántico, cerca de las espléndidas costas de Gabón.
"Quiero que la comunidad internacional restaure el orden democrático en el país sin derramar sangre, y haga comprender a los alzados que ellos están allí para defender la institución del gobierno elegido democráticamente", dijo Menezes a la televisión en una entrevista en la capital nigeriana, Abuja.
"Es por petróleo que quieren tomar el poder", afirmó el afectado líder.
Entretanto, el presidente sudafricano Mbeki dijo que Angola había enviado "gente" a Santo Tomé el miércoles, pero no especificó qué tipo de personal era.
Caudillo golpista, el mayor o comandante Fernando Pereira se comprometió a plantar una junta de gobierno para conducir al infradesarrollado territorio de 170.000 almas a comicios abiertos, aunque no ofreció más pormenores.
El Banco Mundial informó que puso entre paréntesis sus planes en Santo Tomé, al conocer el acontecimiento desestabilizador en ese archipiélago atlántico.
El putsch africano fue condenado a coro por Estados Unidos, Francia, Sudáfrica, Nigeria, Zimbabwe, Senegal y Ghana, entre otras naciones.