Ahora, un golpe militar por el hambre en Santo Tomé y Príncipe
SANTO TOME -- Militares derrocaron en la madrugada de ayer al gobierno de la oficialmente denominada República Democrática de Santo Tomé y Príncipe, en la volcánica Africa Occidental, mientras el presidente del diminuto país potencialmente rico en petróleo se encontraba en el extranjero.
Tropas con ametralladoras patrullaban la capital, llamada Santo Tomé, tras haber capturado el "control de sitios claves" luego de breves tiroteos.
El presidente Fadrique de Menezes negociaba en Abuja, capital de la República Federal de Nigeria, buscando asistencia para que Santo Tomé pueda desarrollar "su potencial petrolero", cuando los encolerizados efectivos asaltaron el poder huérfano.
Estos alegaron que esa actitud se adoptó para "aniquilar la pobreza".
El gobierno nigeriano del muy ejecutivo mandatario Olusegún Obasanjo condenó la acción en Santo Tomé y prometió "replicar enérgicamente" si resultaban dañados los ciudadanos o propiedades de su inmenso país.
No se registró una reacción inmediata en la ex portuguesa República de Angola, otro territorio africano fecundo en petróleo sobre el Océano Indico, que negoció el fin de un golpe militar en Santo Tomé y Príncipe en 1995.
El hasta ayer ignoto caudillo del putsch en Santo Tomé y Príncipe, el mayor de infantería Fernando Pereira, proclamó el estado de emergencia y anticipó que deseaba formar un gobierno de transición.
"El pueblo se muere de hambre y los políticos no están haciendo nada", pronunció el rudo comandante a sorprendidos periodistas extranjeros.
También dijo que los soldados estaban sufriendo y que él se había quejado varias veces al gobierno que encabezaba (hasta la víspera) Menezes.
Por cierto, los efectivos golpistas detuvieron a la primera ministra, María das Neves, y a Joaquim Rafael Branco, responsable en el área de Obras Públicas.
Este último personaje está oficialmente a cargo de las reservas de oro crudo que determinarán el porvenir del país, "uno de los más pobres del planeta".
Santo Tomé se vio estremecido por turbulencias políticas en meses recientes, en parte por una disputa sobre la posible existencia de "miles de millones de barriles de petróleo en sus costas", si bien no se halló el oro negro allí.
Las especulaciones sobre las posibles reservas de crudo inflamaron la mecha de estridentes discusiones políticas en Santo Tomé, que tiene una población de 170.000 habitantes diseminados en varias islas pequeñas, Príncipe la mayor.
Entretanto, la más bien figurativa Unión Africana (UA) convocó a los líderes del putsch a liberar a los integrantes del gobierno defenestrado, mientras la ex metrópoli colonizadora, la República de Portugal, definió al golpe como un "intento de alterar el orden constitucional".
La costa occidental africana, con riqueza petrolera desde Angola hasta Nigeria, está adquiriendo mayor importancia estratégica a medida que Estados Unidos trata de "asegurar nuevas fuentes de crudo" para reducir su dependencia de Medio Oriente.
El insurgente Pereira declaró un toque de queda desde el atardecer hasta el amanecer y convocó à tranquilidade, pero no reveló qué pensaba hacer con los funcionarios presos ni quiénes integrarían la nueva administración.
Por cierto que muy respetado entre sus camaradas, Pereira lleva ya en el ejército arriba de 20 años y se entrenó en la Unión Soviética, Cuba y Portugal. Una vez se pensó que tenía posibilidades de convertirse en jefe del estado mayor general para las fuerzas armadas locales, con alrededor de 900 hombres.
Jóvenes oficiales produjeron un coup d'Etat de apenas una semana en 1995 protestando contra el pauperismo, pero fueron indultados después de que mediadores angoleños los persuadieron para retornar a sus cuarteles.
(EFE, Reuters y Télam-SNI)