Ariel Sharon arriba hoy a la cuna de los bravos vikingos
TEL AVIV -- Un joven asesinó en la víspera con golpes de puñal a un israelí e hirió a otro en este distrito administrativo, en un ataque del cual se dijo culpable un elemento vinculado a la facción Al-Fatah del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat.
Este golpe fue el primero perpetrado por un palestino en una ciudad israelí desde que grupos radicalizados anunciaron una tregua de tres meses el 29 de junio, e hizo tambalear un endeble cese de fuego considerado esencial para el plan de paz que respalda (y garantiza) Washington.
El agresor de 23 años y de Jerusalén Oriental hirió a puñaladas a un guardia de seguridad en las afueras de un restaurante antes de huir hacia la playa, donde le infirió una herida a un israelí de 24 que paseaba con su novia.
Un transeúnte le disparó y lo hirió en una pierna, inmovilizándolo hasta que arribó presurosa la policía del Estado Judío para capturarlo.
Las Brigadas de Mártires de Al-Aksa se atribuyeron la responsabilidad del ataque en declaraciones desde Beirut (la capital del Líbano) y en su sitio en la Internet, y "se comprometieron" a efectivizar más atentados.
"Habrán más mártires y más operativos hasta que las fuerzas de ocupación dejen nuestro suelo", apostó internéticamente la agrupación extremista árabe.
Arafat no comentó sobre el golpe, pero tras reunirse con el jefe de la inteligencia egipcia Omar Suleiman, en su oficina de Ramalá, dijo a periodistas haber agradecido a Egipto su importante rol mediador "para lograr la tregua".
Suleiman, quien habló con Arafat y el premier palestino Mahmud Abbas durante dos horas y media, se topó con "líderes intemperantes" en los últimos días para apuntalar la resbaladiza disposición.
Abbas y Arafat acordaron sus visiones sobre el "proceso de paz" con Israel.
La tregua entre los principales grupos radicalizados palestinos suscitó cauteloso optimismo sobre el nuevo itinerario para bajarle el telón a 33 luctuosos meses de revuelta de la arafatista ANP, "por la independencia".
Empero, ciertos sectores extremistas anunciaron que "ignorarán el alto de fuego" y, desde entonces, sucedieron algunos brotes de violencia.
Cabecillas de varias células de Al-Aksa inicialmente negaron su vinculación con el asesinato de la víspera.
El plan de paz, diseñado por la Unión Europea, la ONU, Rusia y Estados Unidos, fijó medidas mutuas de israelíes y árabes para poner fin a la violencia y crear un "estado palestino" en Cisjordania y la Franja de Gaza hacia 2005.
En Londres ayer el hombre fuerte judío Ariel Sharon pidió presionar a Abbas para que desarticule a los grupos agresores, cual impulso al plan de paz.
No pudo persuadir a su colega Tony Blair de suspender contactos con Arafat.
"Pusimos muy en claro que si los palestinos no toman medidas contra los extremistas no conseguirán nada", reveló ayer una fuente cercana a Sharon.
El jefe del gobierno israelí se traslada hoy al reino constitucional de Noruega, remoto escenario de los viajes y aventuras de los vikingos. (EFE y Reuters)