Nuestras leoncitas

Redacción de La Nueva.

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 El hóckey en su fase formativa ha sido durante los últimos años una de las actividades deportivas con mayor crecimiento en nuestra ciudad. A diferencia de hace tiempo, las diversas categorías --quinta, sexta, séptima, octava, novena y décima-- compiten durante los fines de semana, produciendo una importante movida local que también influye en la zona.

 Mónica Herrero, entrenadora de la séptima de damas del Club Universitario, recuerda sus inicios con las menores.

 "Siempre estuve en `Uni', desde el 89' --paré en el 92'--, y por supuesto el número de chicas creció bastante. En el comienzo las divisiones estaban mezcladas, más tarde se dividieron y de a poco la cantidad de alumnas fue aumentando en forma considerable".

 Sostiene que en un principio se creía que el hóckey era un deporte caro.

 "Es que las cuotas, en algunas instituciones, tienden a ser muy altas. Sin embargo, hoy por hoy, hay clubes en los que por 15 pesos se puede empezar a jugar", señala.

 Ignacio Carranza, jugador de primera división en Don Bosco y director técnico de la octava de Palihue, coincide con la afirmación de Mónica y agrega que también vio un crecimiento.

 "Espero, eso sí, que no se detenga. El semillero que tenemos es muy importante para el futuro".

 En cuanto a la situación actual, Herrero sostiene que la gran cantidad de jugadoras implica una mayor competencia.

 "Antes se disputaban los partidos cada quince días y hoy tenés competencia todos los fines de semana. Esto demuestra la importancia que estamos adquiriendo", advierte.

 "Con respecto a este tema --sostiene Carranza-- sería bueno aclarar que los continuos triunfos de las `Leonas', su destacada exposición en los medios, y el hecho de que el año pasado hayan venido a nuestra ciudad, ayudó considerablemente a que muchas niñas se interesaran por este deporte".

Los torneos

 Actualmente son siete los clubes bahienses que participan en las competencias locales (Argentino, Don Bosco, El Nacional, Pacífico, Palihue, Sociedad Sportiva y Universitario), uno de Ingeniero White (Deportivo Whitense), otro de Punta Alta (Puerto Belgrano) y tres de la zona (Fútbol Club Cabildo, Club Pelota de Pringles y Club Hóckey Rugby de Suárez).

 "Personalmente me gustaría que las inferiores trabajen de otra forma. De hecho, he presentado algunos proyectos a la Asociación Bahiense. Sería muy bueno poder lograr en un futuro que los encuentros se disputen en canchas cubiertas y de piso sintético (como el club Barracas), así se puede proteger de los cambios climáticos a los chicos", reflexiona Mónica.

 Para Ignacio una actitud positiva y a destacar es la activa presencia de los padres.

 "Ahora se ve un apoyo mayor de los padres. Generalmente acuden a los entrenamientos y esto incentiva a seguir con el trabajo, tanto a los chicos como a los profesores. En lo personal, uno de mis mayores objetivos es poder transmitir lo poco o mucho que he aprendido, para que les sea útil en un futuro", aclara.

 "Yo ya tengo mis deseos cumplidos --afirma Mónica--. Por el lado técnico, muchas de mis chicas se encuentran jugando en primera y en cuanto a lo afectivo, siempre queda el cariño y el reconocimiento a través del tiempo", culminó.

Todas las voces

Importantes cambios
* "En este momento el hóckey femenino de menores está muy bien. Algunos cambios que se hicieron (como utilizar canchas de 3/4 o equipos de 9 contra 9) son totalmente positivos porque mejoran y favorecen la calidad de juego, principalmente en cuanto a la formación.

 "Aún así, desde la Asociación Bahiense estaría faltando una respuesta en cuanto a la organización para los encuentros de las categorías no competitivas, como octava y novena".

 La palabra de Santiago González, jugador de primera de Don Bosco y entrenador de quinta y sexta de El Nacional.

Un semillero muy bueno
* "Desde mi punto de vista el semillero que tenemos en la actualidad es muy bueno. Se nota el trabajo que algunos clubes hacen, pero la competencia tendría que mejorar algunos aspectos, como los horarios y las canchas.

 "Lo que veo muy mal en un futuro es el hóckey de varones, que hoy, no tiene divisiones inferiores".

 Sergio Nasso, director técnico de séptima y octava de Sociedad Sportiva, entrenador regional y forma parte del cuerpo técnico de la Selección Junior Argentina.

 
Gracias a "Las Leonas"
* "Desde el auge de las `Leonas', el crecimiento del hóckey bahiense fue bastante grande. Hoy las chicas no sólo las siguen, además ven los partidos que se transmiten por televisión desde Buenos Aires.

 "También es de destacar la dedicación que tienen por el deporte --principalmente las chiquitas--, quienes a veces no se quedan en los cumpleaños para poder jugar los partidos".

 Luciana Laco, arquera de primera división de Don Bosco y entrenadora de la octava y novena del mismo club.

Siempre se puede mejorar
* "Si bien el hóckey creció bastante, siempre hay cosas para mejorar. Venimos desde el año pasado con un muy buen número, pero lo importante es seguir trabajando de manera responsable y con continuidad para tener una buena primera el día de mañana.

 "En el caso de los varones, la Asociación debería presentar un proyecto firme para poder trabajar con todos los clubes en ese tema".

 Gabriel Coronel, director técnico de sexta y octava de Pacífico.

 
Algo increíble
* "Entreno a nenas de 4 a 10 años y las ganas que ponen es increíble. Casi nunca faltan a los entrenamientos, incluso los días de lluvia. Ello demuestra la gran importancia que le están dando a esta actividad.

 "También es destacable la voluntad que ponen las chicas de los clubes de la zona, ya que viajan continuamente a nuestra ciudad para competir".

 Irene Claverie, entrenadora de octava y novena de Argentino y jugadora de primera en la misma institución.

Con todo el empuje
* "Nosotros estamos bastante conformes, ya que la séptima de Puerto es prácticamente subcampeona en un torneo donde compiten 18 equipos. Esto demuestra que las menores se vienen con un empuje bastante fuerte y, sobre todo, con un futuro interesante.

 "En la base el único problema es que muchas chicas viajan y todos los años es un empezar de vuelta, pero aún así logramos que las menores cumplan un buen papel".

 Diego Bou, jugador de primera de Don Bosco y entrenador de la séptima de Puerto Belgrano.

El entusiasmo de Cabildo
* "En Cabildo no había ningún deporte de conjunto para mujeres y decidí presentarme en un club para comenzar con la actividad. De a poco se fueron formando las divisiones y comenzamos a jugar entre nosotras. Para este año decidimos federarnos, aunque antes de empezar nos cuestionamos seriamente si éramos capaces de aceptar el compromiso de viajar para competir.

 "Lo cierto es que hoy las chicas están por demás entusiasmadas y a pesar que perdemos casi siempre, siguen tirando para adelante y se fortalecen día a día.

 "¿Como hacemos para costearnos los viajes a Bahía?, 50% lo paga el club y el otro 50% los padres, pero lo que aprendemos deportiva y humanamente no tiene precio".

 Esbelsen Scaringi, entrenadora de la sexta, séptima, octava y novena del Fútbol Club Pacífico.

 
Una actividad completa
* "Sin dudas el hóckey para damas menores es completo; hay más categorías y el tema de las `Leonas' generó una gran difusión a nivel nacional. Es una lástima que con los varones no pase lo mismo.

 "Mi idea es que todos los clubes se preocupen por formar divisiones, sino, tarde o temprano, la primera de caballeros va a desaparecer. Hace seis años que manejo un grupo de doce chicos en `Uni', recién ahora pude fichar a dos para el próximo Clausura y a uno para el Regional, lo cierto es que casi nunca pueden competir y encima ahora se sacó la categoría en los Bonaerenses.

 "A pesar de todo, voy a seguir adelante hasta que se tome conciencia de que si no lo hacemos, en un futuro no tendremos primera".

 Emiliano del Ruiz, arquero de primera de Universitario y entrenador de menores para varones en la misma entidad.

Yo, padre

 Hace 6 años me propusieron que mi hija comenzara a tomar clases de hóckey en el club Universitario. En ese momento dudé. Julieta tenía apenas 4 años y me parecía que este deporte no era adecuado para su edad. No obstante, me dediqué a observar si podía ser conveniente.

 Descubrí, entonces, que las entrenadoras las trataban con mucha paciencia y que utilizaban al deporte como motivación o eje de un juego que distaba mucho del concepto de competencia.

 Los objetivos perseguidos eran muy diferentes a los que tenemos los adultos. No importa perder o ganar. Hoy puedo asegurar que esta disciplina ha servido para que mi hija aprenda a relacionarse, a entender la importancia de trabajar con otro para lograr un fin común y, sobre todo, a representar a sus compañeros con diferentes habilidades. Sin dudas, hoy a Juli le gusta ganar, pero sabe que perder es parte del juego y no la obsesiona.

 Por todo esto el año pasado no dudé en llevar a Valentina, mi hija más pequeña, a iniciarse en esta actividad, esperando que la enriquezca y que la ayude a crecer.

Guillermo Kluin

Lorena Mighera/Especial para "La Nueva Provincia"