La Bonaerense perdió al efectivo número 31
BUENOS AIRES (Télam-DyN) -- El subcomisario de la Bonaerense Gustavo Miguel Vázquez, asesinado anteanoche en Sarandí, partido de Avellaneda, fue baleado cuando los sujetos que lo redujeron para robarle el auto descubrieron una credencial que lo identificaba como policía, informaron fuentes del caso.
Con el crimen de Vázquez, suman 31 los policías bonaerenses asesinados en lo que va del año en tiroteos con delincuentes. También en 2003, fueron asesinados 24 policías federales.
Sumando los caídos de ambas fuerzas, en promedio cada tres días y medio un efectivo es presa fatal de la delincuencia.
Los hechos se iniciaron sobre las 22.30 del sábado, en Mansilla y Supisiche, de Sarandí, cuando el subcomisario Vázquez, de 32 años, franco de servicio y de civil, circulaba a bordo de su Ford Ka azul.
Según los investigadores, en ese cruce de calles, el subcomisario fue interceptado por cuatro delincuentes que se desplazaban en una camioneta Renault Kangoo gris.
Una vez que Vázquez --numerario de la comisaría Primera de Esteban Echeverría desde hacía 40 días-- detuvo la marcha del auto, dos delincuentes se subieron al Ka y lo obligaron a pasar al asiento trasero.
Durante el robo, uno de los ladrones le quitó la billetera y descubrió la credencial que lo identificaba como policía y, enardecido, el malviviente le exigió a Vázquez que entregara el arma reglamentaria, explicó una fuente.
El hombre de la fuerza, lejos de acatar la orden, comenzó a forcejear, hasta que el otro asaltante le efectuó un disparo y lo mató.
Inmediatamente, los cuatro ladrones huyeron en el vehículo en el que habían llegado, sin robar el auto del subcomisario.
Vázquez estaba casado y era padre de una niña de 5 años.
Lo confundieron con un ladrón
Por otro lado, un agente de la Policía Federal falleció anoche en el barrio porteño de San Telmo, donde un oficial de la misma fuerza lo mató de varios disparos tras confundirlo con un ladrón.
El hecho se produjo pasadas las 19 en Piedras y Estados Unidos, donde aparentemente ambos agentes perseguían a un ladrón de pasacasetes.
Pese al hermetismo oficial, trascendió que el agente muerto, un numerario de la comisaría Cuarta que no fue identificado, corría al maleante cuando se topó con un oficial y lo confundió con el caco.
Entonces, se generó un tiroteo que finalizó con el numerario gravemente herido de varios balazos.
El efectivo fue trasladado al Hospital Churruca, donde dejó de existir a poco de ingresar.