Cartas y sugerencias
Homenaje póstumo
En calidad de integrantes del Coro Masculino Ramírez Urtasun, nos hacemos eco del reciente fallecimiento, en París, de la señora Giuliana Blasoni, que nos ha afectado profundamente. Y nos ha afectado porque su docencia musical nos enriqueció durante muchos años, como también su sensibilidad humana, que logró transformar a un grupo de cantores en una comunidad de amigos que aún hoy seguimos cantando en armonía con el lema que ella había plasmado: "Frates in cantu".
Por eso, el recuerdo de Giuliana perdurará en nosotros, junto al de José Luis, como expresión recordatoria de quienes hicieron del canto un patrimonio cultural de Bahía Blanca.
Héctor Aldacour, Horacio Arceo, Haroldo Cartagena, Adrián Casoni, Filiberto Domini, Giannino Fabris, Eduardo Gaztañaga, Mario Lezcano, Dardo Long, Albor Martínez, Eduardo Moyano, Horacio Neiiendam, Guillermo Paduan, Nicolás Perl, Néstor Rodríguez Núñez, Edolo Tamburri y Alberto Tramontana.
Bahía Blanca
Garzón y la Argentina
¿Tendremos que declarar otra vez nuestra independencia? Rechazamos las pretensiones del delirante juez español Baltasar Garzón, quien aún cree vivir en tiempos de Fernando VII. Y repudiamos en su perversa provocación su intención de ofendernos justo el 9 de julio.
En la Argentina, la guerra la inició la subversión izquierdista, con raptos, asesinatos, atentados masivos y también robos masivos a los bancos. El gobierno legal de aquellos tiempos, al peligrar la seguridad territorial, decretó su aniquilación y, como en toda guerra, hubo excesos, donde murieron inocentes de ambas partes.
Este abogado no puede incursionar en la justicia internacional porque, en su resentimiento, aún no entendió lo que sucedió en su propio país. En la guerra civil española hubo una verdadera carnicería entre hermanos, y por varios años. Sin embargo, el pueblo español comprendió que sólo la conciliación traería la paz perdida.
En nuestro país, la izquierda sigue sutilmente cultivando antiguos odios, por medio de sus sacerdotisas y los mimetizados que se apoderan de estratégicas dependencias estatales.
Como nación constituida, debemos hacer respetar nuestra soberanía. Ninguno de los tratados a que han adherido ciertos gobiernos puede ser superior a nuestra Constitución. Este asunto lo tiene que definir, y pronto, nuestra Cancillería y no la justicia.
Oscar Rimondi
Bahía Blanca
Frustración moral
El 7 de julio escuché por LU2 Radio Bahía Blanca una entrevista al comisario retirado Horacio Palmieri, quien, entre otras cosas, expresó la imperiosa necesidad de una estrecha y amable relación con las autoridades de la Fiscalía. Recordé de inmediato un hecho delictuoso grave cometido por una persona detenida por las autoridades policiales, que la sorprendieron empuñando un arma de fuego en el interior de un comercio.
Autoridades de la Fiscalía dispusieron su libertad, permitiendo que dicho sujeto tuviera posibilidades de seguir desplazándose libremente mimetizado en la sociedad bahiense, aterrorizada por la repetición de los ilícitos. De acuerdo con noticias radiales, lo habían liberado tomando en cuenta que el ingresar en un comercio con un arma de fuego en su mano no supondría intención de utilizarla.
Dejando de lado la frustración moral de los policías que tomaron intervención primaria a riesgo de sus propias vidas, me pregunto si los argumentos para ordenar su libración no son endebles, teniendo en cuenta que la exigencia legal para configurar plenamente el ataque con un cuchillo es el acometimiento. Tengo entendido que dicho requisito es obviado cuando se empuña un arma de fuego que podría dispararse en cualquier momento. Salvo, claro está, que el hombre demostrara plenamente que lo hacía con la intención de venderle el revólver al dueño del comercio.
Ricardo Vicente Gelabert
Bahía Blanca
Indiferencia ante los discapacitados
Alguien pensó que el discapacitado necesitaba diferentes consideraciones para hacer más fácil lo difícil. Por eso, se establecieron lugares de estacionamiento claramente marcados para su exclusivo uso. Pero la indiferencia golpea ferozmente a aquel que tiene disminuida su capacidad motora en este caso.
Así, en el hipermercado de Sarmiento al 4000, si bien están demarcados los lugares, están siempre ocupados por autos que no pertenecen a discapacitados. Y al recurrir a los agentes de control que pasean por la playa, argumentan que "la gente no obedece a los carteles indicadores y Ud. debe hacérselo saber a los de Atención al cliente".
Por supuesto, en Atención al cliente prometen atender su pedido. Mientras tanto, los autos para discapacitados deben ser estacionados donde haya un hueco, lejos de la entrada, mientras el señor que se privilegió con el lugar que no le correspondía nunca se enteró del reclamo.
También en el centro de la ciudad existen lugares marcados no sólo en el pavimento, sino con un cartel que indica que es exclusivo para discapacitados. Por ejemplo, Belgrano casi Chiclana. Allí, luego de ese espacio destinado a los autos para personas con discapacidad, están los taxis, que siempre ocupan el espacio prohibido con un auto de la empresa. Muchas veces he solicitado que lo retiren, haciendo ver la oblea que me identifica para estacionar allí. El chofer del taxi de turno corre su auto, lo estaciono y, cuando vuelvo por él, lo han empujado tantas veces hasta lograr que mi automóvil no ocupe el lugar que le corresponde, con el perjuicio que ello implica a la integridad de mi vehículo.
Al recurrir a las señoritas inspectoras que recorren las calles llenando de multas a quienes no marcaron el parquímetro, se me informó que "están cansadas de llamarles la atención y cobrarles multas a los taxistas de ese sector, pero es en vano. Por lo tanto, como Ud. tiene libre estacionamiento, doble por Chiclana y estacione allí".
Estamos desamparados y a merced de la impunidad con que se mueven los infractores, mientras haya personas que ignoran los derechos del otro y quienes, sin ningún reparo, lo permiten.
Liliana Fernández
Bahía Blanca
Responde un médico
Sin desear hacer una defensa corporativa de los médicos, y reconociendo que hay médicos mejores y peores (científica y humanamente), algunos que cobran plus y otros que no, deseo comentar la carta publicada el 30 de junio por el señor Antonio Martínez Palomo, quien solicita que las obras sociales contraten a los médicos previo compromiso de no realizar paros de atención en ninguna circunstancia.
Para referirme a un grupo al cual pertenezco, los médicos de cabecera de PAMI, le informo que nos veríamos beneficiados con su propuesta, pues: actualmente no tenemos contrato de trabajo ni estabilidad laboral; no cobramos aguinaldo; no tenemos vacaciones pagas (debemos reemplazarnos entre nosotros); no tenemos licencia por enfermedad (debimos atender gratis a pacientes de colegas que estaban enfermos para que éstos no dejaran de cobrar); no tenemos recibo de sueldo; no tenemos obra social; no nos realizan aportes jubilatorios; no tenemos cobertura de accidentes laborales o en tránsito (por ejemplo, al realizar un domicilio); no cobramos plus.
Hace dos años que no realizamos huelgas, pese a debernos desde 2001 siete meses de trabajo. La huelga a la que se refiere fue decidida por todos los médicos de cabecera, excepto dos que se opusieron, y decir que se puso en riesgo la vida de los pacientes es una actitud demagógica y populista, pues las guardias se cubrieron y no dejamos de atender ninguna urgencia (en hospitales ni en consultorios). No califico con ello a los médicos citados, pero a quien no tiene un ingreso, además de la medicina asistencial (cargos políticos, etc.), se le dificulta mantener a su familia si no cobra durante siete meses.
Si el planteo es que debemos tener las obligaciones como todos los trabajadores, debemos también tener los derechos de los mismos. Por ello, la exigencia a renunciar a un derecho constitucional como la huelga y la pobre defensa de muchos de los dirigentes ha llevado a la mayoría de los argentinos a la situación actual.
Dr. Juan Giussani
[email protected]
Patentamiento de bicicletas
Deseo exponer un sistema con la finalidad de disminuir los robos de bicicletas, transporte indispensable para muchas personas de menores recursos.
La idea es que por medio de una ordenanza se disponga el patentamiento de las bicicletas. El vendedor deberá entregar una tarjeta con el nombre del comercio, datos del comprador, documento y dirección y número del cuadro del rodado. Dicha tarjeta deberá ser plastificada y con obligación de portarla junto con los documentos personales, para presentarla ante la autoridad que la solicite.
Los fundamentos son: evitar robos; posibilidades de encontrar bicicletas robadas y terminar con las infracciones como circular por veredas y por paseos públicos.
Así, con el rodado patentado, el municipio o la policía podrán retener la bicicleta hasta que se pague la multa. Pasados los tres meses, el municipio estará en condiciones de rematarla y ese dinero irá a instituciones de bien público.
Miguel González
Bahía Blanca