Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Condena de 25 años de cárcel para un hombre que violó a sus dos hijas

Los hechos se registraron en nuestra ciudad entre 2013 y 2016, cuando las víctimas se quedaban en la casa del acusado.

Fotos: Archivo LN.

   Tenía miedo y no quería llevarle más problemas a su madre, pero no pudo callar más y junto la valentía necesaria para contar que su padre la había violado poco después de cumplir 18 años.

   Su hermana escuchó, comenzó a llorar y reveló que también había sido sometida por el hombre que debía protegerlas y cuidarlas.

   La mujer, separada del acusado tiempo antes de que se produjeran los hechos estalló de furia por lo que sufrieron sus hijas y denunció los abusos.

   Recientemente, el Tribunal en lo Criminal N° 2, integrado por los jueces Claudia Cecilia Fortunatti, Eugenio Casas y Mercedes Rico, condenó al hombre –no se lo identifica para preservar a las víctimas- a la pena de 25 años de prisión. 

   Para los magistrados quedó probado que el abusador, entre 2013 y 2016, en una vivienda de nuestra ciudad, manoseó a una de sus hijas, quien al momento de comenzar los hechos tenía 12 años.

   También se probó que entre 2013 y 2015 violó a la adolescente en 3 ocasiones.

   En tanto, consideraron acreditado también que en 2015, y en el mismo domicilio, sometió sexualmente en una ocasión a otra hija.

   Todos los episodios sucedían cuando las chicas concurrían a la casa del procesado para visitarlo. 

Crudo testimonio

   La mayor de las víctimas dijo que el imputado la abusó en una ocasión en la que se había quedado a dormir en su casa.

   Describió que eso tuvo lugar poco tiempo después de haber cumplido la mayoría de edad y brindó un relato del hecho.

   Explicó que habían estado tomando cerveza, que se sentía mareada y se acostó en un sillón, pero que su padre la trasladó hacia una habitación y, pese a su restistencia, la sometió.

   Comentó que quedó shockeada  y que intentó irse, pero que el hombre había cerrado la puerta y trabado las ventanas.

   La chica, según su descripción, durmió en la cocina y al día siguiente el imputado se fue a trabajar y la dejó encerrada, aunque finalmente pudo salir por una ventana de la pieza.

   Explicó que luego de la separación matrimonial, los fines de semana se quedaban en la casa de su padre, aunque luego de este episodio no tuvo más contacto con él.

   Agregó que cuando pasó esto no lo contó porque su madre tenía inconvenientes con otros de sus hermanos y estaba “muy estresada”

   Producto de la situación traumática, la chica abandonó la escuela, comenzó a autolesionarse y tenía pesadillas.

   Dijo que cuando la situación de sus hermanos se normalizó tomó coraje para revelar lo ocurrido y que un día, mientras estaban comiendo, le relató a su madre el abuso sufrido.

   La chica manifestó que en ese momento su hermana rompió el silencio y comunicó a la familia que también había sido ultrajada por su padre.

   “El relato realizado por la joven fue cabal, conciso, llano, sin fisuras, el que impresionó como absolutamente veraz realizado en un marco emocional de angustia y llanto, pero asimismo acorde, en su contenido, a las testimoniales que lo sucedieron, así como al resto de los elementos de prueba”, señaló la jueza Fortunatti en el fallo.

   La restante víctima, menor que la anterior, también describió los abusos sufridos y manifestó que junto a un hermano se quedaban los fines de semana en la vivienda del procesado.

   Contó, entre otras situaciones, las violaciones y también las ocasiones en las que era manoseada.

"Fue un asco lo que les hizo"

   La madre de las jóvenes relató la forma en que tomó conocimiento de los hechos.

   Sostuvo que “fue un asco lo que les hizo” el acusado y que sus hijas sufrieron mucho.

   Describió los problemas que tuvieron  en la escuela y los cambios de conducta que padecieron.

   También declararon otras personas que estaban persentes al momento en que las hermanas contaron los abusos sufridos.

   Una psicóloga que asistió a la menor de las víctimas dijo que le costó poner en palabras lo ocurrido y que recién un par de años después de la denuncia pudo ser evaluada por una perito oficial.

   Las profesionales que evaluaron a las hermanas describieron el ámbito familiar en el que estaban inmersas y las complicaciones que sufrieron, además de mencionar que no hallaron indicios de fabulación en sus relatos.

   Al momento de resolver, la jueza evaluó las pruebas aportadas por la fiscal Marina Lara y también los relatos de testigos ofrecidos por la defensa.

   “Nada de lo expuesto por los testigos altera lo que he considerado y la importancia que he dado a cada uno de los testimonios recibidos”, concluyó.

   Por todo ello, el tribunal consideró probada la responsabilidad del sujeto y le impuso la pena de 25 años de prisión.