Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

Trasplantan con éxito un riñón de cerdo a una mujer con muerte cerebral

La operación es inédita y fue realizada en la Universidad de Nueva York. Es un avance en las técnicas para emplear órganos animales en humanos.

Foto: ElPais.com

   Un equipo de cirujanos norteamericanos trasplantó con éxito un riñón de cerdo a una mujer con muerte cerebral, un hito médico que acerca el objetivo, pese a que todavía es lejano, de emplear órganos animales en humanos.

   El riñón, obtenido de un ejemplar modificado genéticamente, funcionó correctamente durante 54 horas, según dijeron los investigadores al diario USA Today. La operación se llevó a cabo el 25 de septiembre en el Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York.

   El nefrólogo Rafael Matesanz, fundador de la exitosa Organización Nacional de Trasplantes de España, aplaude el nuevo avance.

   “La experiencia es fascinante porque, al menos a corto plazo, la modificación genética introducida ha permitido salvar la barrera interespecies, algo que se perseguía desde hace décadas”, indicó en diálogo con el periódico español El País.

   Agregó que todavía quedan “muchísimas interrogantes” antes de dar el salto a la clínica, como descartar el rechazo del órgano porcino a medio plazo. El experto recordó el caso de Stephanie Fae Beauclair, una niña estadounidense que en 1984 aguantó 21 días con un corazón de mandril trasplantado.

   “En las experiencias de cerdo a mono desarrolladas en los 90 se evitó el rechazo inmediato, pero no el de unas semanas después”, alertó.

   La nueva operación, dirigida por el cirujano Robert Montgomery, implantó el riñón de cerdo en el muslo izquierdo de la mujer, simplemente para tener el órgano a la vista y poder monitorearlo con facilidad.

   La orina comenzó a brotar en cuanto la sangre humana fluyó por el órgano porcino, de acuerdo con la información publicada en USA Today. La familia de la mujer en muerte cerebral había autorizado el ensayo previamente al considerar que a ella —donante y amiga de personas con insuficiencia renal sometidas a diálisis— le habría encantado participar. El propio Montgomery vive con el corazón de un donante desde hace tres años.


El equipo de Montgomery en acción.

   La Organización Mundial de la Salud calcula que se hacen unos 130.000 trasplantes al año en el planeta, menos del 10% de los necesarios. Disponer de órganos animales sería una solución a esta escasez, según científicos como el español Juan Carlos Izpisua, aunque Matesanz recalcó que dar el salto a la clínica “no va a ser nada fácil”, sobre todo por razones éticas.

   Un paciente que necesite un riñón puede esperar con diálisis hasta que haya un recambio humano disponible. “Ofrecer un riñón de cerdo a una persona está manifiestamente por debajo del estándar. Los comités éticos se lo van a pensar cinco veces”, argumentó Matesanz.

   Detrás del trasplante de Nueva York está la empresa estadounidense Revivicor, constituida en 2003 a partir de la compañía británica PPL Therapeutics, implicada a su vez en 1996 en la creación de la oveja Dolly, el primer mamífero clonado a partir de una célula adulta.

   Revivicor modifica un gen concreto de los embriones porcinos, denominado Gal, para obtener cerdos con órganos más compatibles con los primates, como ya habían demostrado varios experimentos previos con monos.

   El químico español Marc Güell es uno de los cofundadores de eGenesis, otra empresa estadounidense dedicada a intentar humanizar órganos de cerdo para trasplantes.

   Güell consideró que el avance de su competencia es “una fantástica noticia” y cree que era “totalmente esperado que serían los primeros”. El investigador recordó que el campo de los xenotrasplantes —los trasplantes de una especie a otra— pasó “una época muy dura” a comienzos del siglo XXI, tras varios fracasos.

   En los últimos años, sin embargo, la revolucionaria técnica de ingeniería genética CRISPR, capaz de editar genes de manera rápida y barata, ha acelerado los avances científicos. “Ahora hay un renacimiento de la ingeniería del cerdo”, celebra Güell, de la Universidad Pompeu Fabra, en Barcelona.